China restringe los viajes al exterior
China restringió los viajes de sus ciudadanos al exterior para protegerse de los casos importados y declaró de “máxima prioridad” las tareas de prevención contra el Covid para atajar los rebrotes que se están propagando por distintos puntos del país, con más de 500 casos en las últimas dos semanas.
Las autoridades chinas anunciaron que dejarán de expedir o renovar pasaportes para salir del país salvo casos “urgentes y necesarios” dada “la complicada situación pandémica en el exterior”, y también exigieron a los gobiernos locales “un mayor control” en aeropuertos y puertos para “prevenir casos importados” del virus.
A nivel interno, decenas de vuelos han sido cancelados en pleno período vacacional por el parón escolar, mientras que el volumen de solicitudes de reembolso de billetes de tren y de avión ya ha crecido diez veces respecto al mes anterior, según la prensa local.
El funcionario He Qinghua, de la Comisión Nacional de Salud, afirmó ayer en rueda de prensa que los brotes son “controlables” y consideró necesarias las medidas, “rápidas y efectivas”, para trazar los contagios, aislarlos e impedir que el virus se extienda.
“La gente tiene que entenderlas y cumplirlas. Entre ellas está también usar mascarilla, vacunarse o evitar viajar a los lugares en los que se registren casos. Hay zonas en las que se pensaron que el virus no iba a volver y no podemos bajar la guardia”, indicó.
En ese sentido, la viceprimera ministra china Su Chunlan ordenó a las autoridades locales que den “máxima prioridad” a las tareas de control y prevención contra los brotes, que afectan hasta ahora a 144 localidades consideradas de riesgo, la cifra más alta desde que China estableció estándares para prevenir contagios.
En los últimos días, las autoridades chinas han ampliado las restricciones al transporte, impuesto confinamientos selectivos y llevado a cabo test masivos.
Entre ellas se encuentra la ciudad de Wuhan, que llevaba desde junio de 2020 sin presentar infecciones a nivel local, o Zhengzhou, en la provincia de Henan, que después de sufrir las peores inundaciones en China en décadas sus habitantes se someten a una nueva ronda de test desde ayer.