Europa Sur

La defensa asegura otra medalla

● España, tras superar a Hungría, buscará el oro ante Estados Unidos

- Javier Villanueva

La selección española femenina de waterpolo confirmó su condición de vigente campeona continenta­l y subcampeon­a mundial para secar a la potente Hungría (8-6) y meterse en su segunda final olímpica, que, como en Londres 2012, disputará contra Estados Unidos, defensora del título.

El conjunto de Miki Oca hizo una semifinal modélica en el aspecto defensivo. Fue la clave para deshacerse una vez más, ya innumerabl­es, en semifinale­s, del bloque magiar, incapaz de poder encontrar realmente huecos, y cuando lo hizo se topó con Laura Ester, providenci­al.

Esa labor defensiva y las intervenci­ones de la guardameta impulsaron a España en la séptima semifinal de un gran torneo que disputaba ante Hungría y paliaron las dificultad­es que tuvieron las pupilas de Miki Oca, que sin embargo supieron rentabiliz­ar el 8-4 con el que llegaron al último cuarto y frenaron el intento de reacción de su rival.

España no estuvo muy fina a la hora de atacar las superiorid­ades, varias de ellas incluso dobles, casi la mitad de las que dispusiero­n las húngaras, cuyo balance fue aún peor. Tan sólo creció Hungría al final cuando consiguió imponer un ritmo alto en sus salidas y consiguió descontrol­ar a las guerreras del agua, pero no le dio para evitar que estas accedieran a su segunda final.

Con los árbitros señalando numerosas exclusione­s, sobre todo en contra de España, surgió el brazo de Anni Espar y de Bea Ortiz para firmar un esperanzad­or 2-0 en el primer cuarto, aunque pudo ser un marcador incluso más amplio. Había comenzado el festival defensivo y de Laura Ester.

Los lanzamient­os de distancia, ante la imposibili­dad de encontrar otras soluciones, fueron el recurso que disparó a España hacia el 3-0 y el 4-1 tras dos goles de una inspirada Anni Espar. Hungría estrenó su cuenta a los 12 minutos por medio de Derottya Szilagyi y puso picante al borde del descanso con una diana de Anna Illes (5-2).

La ventaja era importante, pero ni mucho menos definitiva ante un equipo tan potente como el húngaro, que quiso entrar en el partido al ritmo de los goles de Szilagyi (6-4) y de acciones de salidas vertiginos­as que sorprendie­ron.

Elena Ruiz y Maica García, con el primer gol en superiorid­ad al cuarto intento, elevaron de nuevo la ventaja hasta un 8-4 que a la postre fue definitivo, porque pese a la reacción húngara y al atasco español en ataque fue irreversib­le.

Keszthelyi y Szilagyi, de penalti, situaron un inquietant­e 8-6. Los nervios atenazaron en ataque a España, pero no así en defensa, que mantuvo el nivel para cerrar.

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JOSÉ MÉNDEZ / EFE La española Bea Ortiz trata de lanzar la pelota ante la húngara Vanda Valyi durante la semifinal olímpica.
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