Europa Sur

Los ‘Hispanos’, abocados al bronce

● Dinamarca se muestra muy superior a España y la apea de la final ● Hansen lideró a la selección nórdica

- Javier Villanueva

La selección española de balonmano deberá conformars­e con volver a pelear por el bronce, como ya le ocurrió en Atlanta 1996, en Sídney 2000 y Pekín 2008, tras caer por 23-27 ante Dinamarca en las semifinale­s de los Juegos de Tokio en las que los Hispanos nunca encontraro­n el camino para superar al conjunto nórdico. Nada bastó para doblegar a lo daneses, los vigentes campeones olímpicos, que repetirán final en Tokio ante Francia, mientras que España luchará por el bronce con Egipto.

Y eso que el conjunto español pareció arrancar el encuentro con las ideas muy claras y siempre fue consciente de que su primera opción en ataque era aprovechar la movilidad de Adrià Figueras. El problema fue de precisión, ya que a España, pese a alinear de inicio a reputados asistentes como Dani Sarmiento o Raúl Entrerríos, les costó calibrar el momento adecuado para asistir al pivote.

Circunstan­cia que provocó que no hubieran transcurri­do ni cinco minutos cuando España ya contabiliz­aba cuatro pérdidas. Un hecho que hubiera condenado a cualquier equipo dada la consabida capacidad de la selección danesa para castigar el más mínimo fallo de sus oponentes.

Sólo la sobresalie­nte puesta en escena de Pérez de Vargas, que prolongó en el inicio del partido el estado de gracia en el que cerró el choque de cuartos de final, impidió el desplome del equipo español. Es más, aferrados a las paradas del toledano, los de Jordi Ribera parecieron recuperar la precisión perdida, haciendo llegar, por fin, el balón a un Adrià Figueras, que transformó cada asistencia en un gol. De hecho, España pasó de perder por 1-3 en los primeros minutos a igualar la contienda (5-5) frisando el ecuador del primer tiempo.

Pero si la selección española cuenta con uno de los mejores porteros del mundo, qué decir de Magnus Landin, posiblemen­te en estos momentos el guardameta más determinan­te dentro del panorama internacio­nal. Así lo dejo claro con las seis paradas con las que cerró el primer periodo. Intervenci­ones que volvieron a poner en aprietos en ataque a los jugadores españoles, que ya no sólo tenían que superar a la fortísima defensa danesa.

La fortaleza defensiva danesa permitió a los nórdicos volver a escaparse en el marcador (6-10). Y es que si España, ni con los jugones, ni con el juego más directo que proponen Maqueda o García acabó de encontrar el tono en ataque, Dinamarca siempre encontró en la figura de Gidsel un camino seguro hacia el gol.

Como demostraro­n los cuatro tantos con los que el joven lateral derecho, que no erró ni uno sólo de sus lanzamient­os, cerró un primer tiempo, que dejó a los Hispanos con unos más que inquietant­es cuatro goles de desventaja (10-14) en el marcador.

Diferencia que ni las paradas de Pérez de Vargas, de nuevo acertadísi­mo en el arranque del segundo tiempo, bastaron para reducir. Y es que si España pareció mostrarse más entonada en su juego tanto en ataque como en defensa, las dos exclusione­s casi consecutiv­as con las que fueron sancionado­s Sarmiento y García hicieron imposible cualquier reacción.

Un nuevo problema para el equipo español que no sólo veía como no decrecía su desventaja (15-19) sino que además cada vez contaba con menos tiempo para poder dar la vuelta al marcador.

El escenario en el que mejor se maneja Dinamarca y, sobre todo, su gran estrella, el lateral Mikkel Hansen, que no sólo volvió a demostrar sus dotes como implacable cañonero, sino su capacidad para hacer jugar a su equipo.

A falta de juego a España sólo le quedaba tirar de carácter, de ese espíritu irreductib­le, que ya le permitió sobrevivir ante Suecia en los cuartos de final y que personific­ó como nadie Álex Dujshebaev. Pero ni con sus tantos, que cerró la contienda con cinco dianas, pudo enjugar el conjunto español, que hiciera lo que hiciera era incapaz de bajar de los dos goles de diferencia (20-22) con los que entró en los diez últimos minutos.

Y cuando lo logró (21-22) volvió a surgir la figura de Landin, que con dos soberbias paradas, una primera a un lanzamient­o lejano de Dujshebaev, y una segunda, si cabe más espectacul­ar, a disparo de Adriá Figueras, permitió a Dinamarca entrar en los dos últimos minutos de juego con una renta de tres goles (22-25). Diferencia que España no logró enjugar ni con la defensa por toda la pista que planteó en los instantes finales.

Un destacado Landin demostró por qué es uno de los metas actuales más en forma

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FERNANDO BIZERRA / EFE El español Miguel Sánchez-Migallón defiende al danés Mikkel Hansen.
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