Italia se encomienda al certificado sanitario entre la resignación y las protestas
En Italia desde ayer es obligatorio mostrar el certificado sanitario del coronavirus para comer dentro de un restaurante, ir al cine, a un museo o practicar deporte en lugares cerrados, una medida polémica que entra en vigor un día después de que el Gobierno decidiese extenderla también a los profesores y a los medios de transporte de larga distancia, pero que muchos han aceptado sin problemas.
Con un teléfono móvil en la mano y la nueva aplicación proporcionada por el Gobierno para leer los certificados sanitarios, se recibió desde ayer a turistas y visitantes en los museos y sitios arqueológicos italianos.
Los mayores de 12 años con al menos una primera dosis de la vacuna del coronavirus, el certificado de que ya ha estado contagiado o un test de antígenos realizado en las últimas 48 horas pueden acceder, si no se posee pues se puede pedir la devolución de la entrada.
El mismo procedimiento lo deben realizar los gestores de restaurantes a las personas que deseen comer en su interior, así como en y cines y otros espacios culturales. La verificación se lleva a cabo a través de una aplicación especialmente creada, Verificationc19, que lee el código QR y en el caso de infracciones se cobrarán multas de entre 400 y 1.000 euros tanto al operador como al usuario y el cierre
del negocio de 1 a 10 días si las infracciones se encuentran tres veces en tres días diferentes.
La gran mayoría de turistas accede sin problemas a los Museos Vaticanos, los más visitados de Italia, aunque hay algún despiste, como el de Theresa, una joven checa cuya prueba negativa de coronavirus ha excedido las 48 horas:
“Tenemos el test, pero lo hicimos en la República Checa y ya no es válido, así que tendríamos que ir a la farmacia a hacernos uno nuevo”, explica, la turista antes de solicitar la devolución de la entrada.