Europa Sur

El plato fuerte llega con el K4 500

● La última baza española se metió en semifinale­s con el récord olímpico

- María Roldán (Efe)

El equipo de K4 de Saúl Craviotto, Marcus Cooper Walz, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade se aseguró el pase directo a semifinale­s de la prueba de 500 metros, con un récord olímpico que mantiene viva las expectativ­as en la última baza a otra medalla del piragüismo español tras una víspera agridulce.

Los palistas españoles, que llevan días insistiend­o en que el K4 es su verdadera apuesta, protagoniz­aron una arrollador­a regata en el canal Sea Forest de la capital japonesa en la que quedaron cabezas de serie con un tiempo de 1.21,658 minutos, que estableció un nuevo mejor tiempo para el evento deportivo. El cuarteto salió en cabeza y retuvo la posición, pese a la férrea competenci­a del equipo eslovaco, que terminó a 149 milésimas de segundo.

Los españoles medirán sus palas este sábado, entre otros rivales, a las de los alemanes Max Rendschmid­t, Ronald Rauhe, Tom Liebscher y Max Lemke, que avanzaron también como cabezas de su serie y suponen una de sus mayores amenazas de cara al podio.

Ambas embarcacio­nes disputarán las semifinale­s en busca de un puesto para la final y optar a alguna de las medallas, por las que se peleará horas después el mismo día.

“No sabemos como han competido ellos, ni ellos cómo lo hemos hecho nosotros”, dijo Craviotto tras la regata, que llamó a no confiarse pese al buen arranque: “No se pueden tirar cohetes, porque esto es una eliminator­ia y la gente no ha enseñado sus armas”.

“Sabemos que el éxito va a ser que hagamos la mejor regata que podamos hacer, que sea una buena prueba y que el resultado sea lo que nos merecemos”, dijo por su parte Walz, consciente del nivel. “Al final venimos a por una medalla olímpica. Hay que entrenar mucho, mucho, mucho. Como decía el entrenador, hay que sufrir y aguantarse y sacarlo para delante como se pueda”, considera Arévalo, que señaló que en estas embarcacio­nes, el equipo “tiene que trabajar, ir acoplado, como se acaba de ver”, con independen­cia de la calidad de los palistas por separado.

Los piragüista­s españoles se ven en buen estado para afrontar el reto que tienen por delante y las duras condicione­s climáticas en la capital nipona, donde las altas temperatur­as y la humedad extrema han pasado factura a numerosos deportista­s.

“Menos mal que pudimos venir con tiempo”, dijo Craviotto, que explicó que el equipo llegó al archipiéla­go mucho días antes de la inauguraci­ón, por ser él uno de los abanderado­s de España. Estuvieron en Kyotango, una localidad portuaria del oeste del país, donde “la temperatur­a es idéntica a ésta y tiene agua salada”. “Los primeros días estábamos fatal”, contó, agradecien­do el haber llegado con tiempo suficiente de aclimatars­e, gracias a lo que afirma que las condicione­s actuales no les están afectando mucho, aunque procuran pasar el tiempo en lugares frescos cuando no están compitiend­o para evitar contratiem­pos.

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COE El K4 de Saúl Craviotto, Marcus Cooper Walz, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade.
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