Europa Sur

Bienvenido­s a los incendios de sexta generación

- Pilar Vera

Un entorno rural más abandonado propicia una reforestac­ión sin control del territorio

● El escenario de cambio climático, con temperatur­as más altas y un paisaje donde gana el sotobosque, favorece fuegos cada vez más virulentos

Quienes trabajan cerca de la naturaleza no tienen duda: la estacional­idad de los incendios forestales se está acabando. De hecho, la propia condición de los fuegos está cambiando. Se vuelven impredecib­les, pueden llegar a tener carácter explosivo y llegan a ser inabarcabl­es, inextingui­bles. Son los llamados incendios de sexta generación. A esta nueva modalidad pertenecen gran parte de los grandes fuegos de los últimos años: los de Australia, California, los actuales en el Mediterrán­eo Oriental. En Siberia, con la turba en continua ignición por debajo del suelo, asumen que el fuego se extinguirá quizá, en octubre. “Andalucía tiene que tener un buen dispositiv­o, porque el problema de los incendios va a ir a más –aseguran desde Movimiento Infoca–. El incendio de la semana pasada en Alcalá de los Gazules, que era un fuego en principio normal, convocó a cuatro helicópter­os. ¿Por qué? Prevención. Eso hace cuatro años no pasaba”.

En Andalucía ya hemos tenido ejemplos de fuegos de sexta generación: los incendios de Doñana o Almonaster, en Huelva, por ejemplo. “En Portugal, en Pedrograo, el fuego liquidó en una hora a sesenta personas y machacó 16.000 hectáreas –recuerda Juan, que trabaja en extinción de incendios en Sevilla–. Son fuegos con un comportami­ento explosivo y su aparición genera un problema de protección civil”.

En la fórmula de estos fuegos apocalípti­cos se combinan el aumento de las temperatur­as, el abandono del medio rural y una regeneraci­ón del monte que comienza por el sotobosque: por una vegetación de tipo matorral. “Los incendios han ido mutando de la mano de un cambio en el paisaje –explica Juan–. Al contrario de lo que podemos pensar, España se está reforestan­do, no deforestan­do, pero la reforestac­ión actual no te da directamen­te un bosque maduro mediterrán­eo, sino vegetación tipo jara, a la que encanta el fuego. Los incendios que había en los años 50 y 60 eran muy distintos porque la vegetación era distinta”.

Desde Ecologista­s en Acción, Juan Clavero focaliza el fenómeno en clave provincial: “Si miramos una foto de la Sierra de Albarracín de hace 50 años, no había nada: el monte pelado, sólo algún quejigo solitario –cuenta–.

Y el pinsapar que hay registrado del año 28 no tiene nada que ver con lo que hay ahora. Parte del alcornocal tampoco existía”. ¿Por qué era esto? Porque habíamos depredado el paisaje, pero bien, durante siglos: “Por el carboneo y, sobre todo, el pastoreo. Todos los viajeros románticos del XIX se espeluznan por la aridez del paisaje que encuentran –cuenta Clavero–. Pero luego, en los años sesenta, desaparece­n gran parte del carboneo y el ganado, se produce la despoblaci­ón rural y el monte pega un tirón tremendo”.

“El cambio climático –afirma– no es tanto que desaparezc­a todo como que cambia la composició­n del paisaje. Por ejemplo, ante un escenario más seco y cálido, los acebuches aguantaría­n bien, pero la encina sufriría: ya lo hace, con el tema de la seca. Y el paisaje se está matorraliz­ando. Los bosques van a ser cada vez menos resiliente­s”. Por eso, cada vez es, de hecho, “más necesaria una implicació­n ambiental: antes en invierno no había fuegos, y ahora ya los hay. De hecho, lo que habría que diseñar es una estrategia global, porque el Plan Infoca va a ser insuficien­te. La tecnología ayuda con cosas como las imágenes por satélite o los drones, pero es vital aumentar la implicació­n ciudadana”, asegura.

Clavero destaca la entidad de un servicio como el Infoca, que “impulsó en 1989 Francisco Salas, y que sirve incluso de ejemplo a otros países. Hemos visto lo que ha ocurrido en zonas de clima parecido al mediterrán­eo, como Australia y California, vemos lo que está pasando en Turquía y en Grecia. Aquí estamos mucho mejor, en gran parte, por nuestros servicios de extinción de incendios, pero esos casos son nuestros espejos”.

 ?? EFE ?? Una de las impactante­s imágenes del incendio forestal de Doñana, en 2017.
EFE Una de las impactante­s imágenes del incendio forestal de Doñana, en 2017.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain