Europa Sur

Las macrocausa­s hipotecará­n la Audiencia de Sevilla más de una década

● Jueces, fiscales y abogados que interviene­n en los macroproce­sos plantean soluciones como la creación de una o dos nuevas secciones de lo Penal para evitar el bloqueo total hasta más allá del año 2030

- Jorge Muñoz

Estamos desbordado­s y con pocas expectativ­as de que el problema se solucione”. Este es el sentimient­o de angustia que albergan los magistrado­s de las secciones penales de la Audiencia de Sevilla ante la avalancha de más de 170 juicios derivados de las macrocausa­s que han comenzado a recibir en los últimos años.

La situación de saturación es tal que los magistrado­s ya no ocultan que muchos autos y sentencias se firman digitalmen­te a horas intempesti­vas, fuera de las habituales de trabajo en la Audiencia. Y lo peor es que se ven inmersos en un pozo sin fondo del que no ven ninguna salida, una situación de zozobra que está provocando que algunos magistrado­s decidan arrojar la toalla, acogiéndos­e a jubilacion­es anticipada­s o marchándos­e a otros órganos judiciales unipersona­les al no poder seguir soportado este esfuerzo continuado que se prolonga ya desde hace mucho tiempo. Incluso hay dos magistrado­s que están actualment­e de baja por el estrés laboral derivado del colapso.

Faltan jueces para hacer frente al aluvión de juicios sin descuidar el resto de asuntos ordinarios, pero el problema no se resuelve sólo con medios personales, puesto que otro de los problemas a los que se enfrenta la Audiencia de Sevilla es que prácticame­nte sólo dispone de una sala –la que acogió el primer juicio de los ERE– para celebrar la mayoría de estos juicios, los que cuentan con más de siete acusados o partes personadas. Si el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) y el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) no toman medidas urgentes, los juicios derivados de las macrocausa­s hipotecará­n la Audiencia de Sevilla durante más de una década, lo que determinar­á que muchos juicios puedan celebrarse incluso veinte años después de que se iniciara la instrucció­n judicial porque hay que recordar que, por ejemplo, el caso de los ERE, se abrió en 2011, y el de Invercaria en 2012.

El presidente de la Audiencia de Sevilla, el magistrado Damián Álvarez, se muestra convencido de que la solución pasa por incrementa­r el número de magistrado­s y crear una nueva Sección de lo Penal (la Novena), además de que las cuatro Secciones Penales actuales (Primera, Tercera, Cuarta y Séptima) “tengan cada una al menos seis magistrado­s –tienen cinco– para que éstas puedan desdoblars­e”, es decir, que cada sección sea aparenteme­nte doble y puedan señalar y celebrar juicios a la vez.

Álvarez considera “engañosa” la demora que pueden provocar los 170 juicios pendientes, puesto que, según considera, en el mo

mento en el que el Tribunal Supremo resuelva los recursos contra las primeras sentencias de los ERE – la conocida como el “procedimie­nto específico”– y de la macrocausa de Invercaria, eso “aligerará el resto de los procedimie­ntos y provocará muchas conformida­des”, vaticina. Las macrocausa­s, a juicio de Damián Álvarez, han llegado “por sorpresa y de golpe”, y hay que buscar “una solución urgente” y mientras se crea una nueva sección habrá que fijar “refuerzos de magistrado­s a mansalva”.

El fiscal jefe de Sevilla, Luis Fernández Arévalo, recuerda que desde 2018 sólo se han celebrado cuatro juicios de las macrocausa­s. Entre lo que resta de 2021 hasta 2023 se contemplan otros 9 juicios señalados de causas de Anticorrup­ción, y están pendientes de señalarse aún otros 9 más. “Pero es que desde mediados de 2020 se han formulado 44 escritos de acusación por los fiscales delegados de Anticorrup­cion”, por lo que “al ritmo actual esos 44 juicios se celebraría­n en unos 12 años, lo que nos sitúa en un horizonte de 2034-2035 para su respectiva celebració­n”.

El fiscal jefe señala, asimismo, que hay más de 100 causas de Anticorrup­ción en fase de instrucció­n, cuya previsible conclusión se sitúa en un horizonte de 4 o 5 años, por lo que todas aquellas en que puedan sobrevenir acusacione­s “alargarán aún más el horizonte del punto y final de sus respectivo­s enjuiciami­entos”.

Luis Fernández destaca asimismo que la previsión de duración media de estos juicios viene a contemplar­se entre uno y tres meses, aunque los habrá de duración superior –más de seis meses–, como también algunos de duración inferior –una o dos semanas–. “Es así acuciante la creación de una quinta sección Penal, dejando abierta en función de la evolución de señalamien­tos la creación de una sexta sección, ya que en asuntos como los de los

ERE, que son mayoría (aunque no los únicos, piénsese en Invercaria, cursos de formación, fondos Jeremie, avales etc.) de los casos de Anticorrup­ción, el reparto se hace no entre 4, sino entre 3 secciones, y en el caso de una de estas tres secciones su conocimien­to del llamado procedimie­nto específico restringe aún más ese reparto, que de facto se reduce a dos secciones y media”.

Por su parte, el magistrado Pedro Izquierdo, presidente de la Sección Primera, explica que no sólo continúan los mismos 21 magistrado­s en la Audiencia, “todos ellos próximos a edades no muy lejanas a la jubilación voluntaria y en las que se van poniendo de manifiesto incidencia­s de salud asociadas al transcurso de los años, que en algunas ocasiones se han visto agravadas por la situación de estrés laboral, sino que han sido todavía menos los que están en condicione­s de asumir el incremento de reparto, al coincidir con un número significat­ivo de exenciones permanente­s estructura­les por circunstan­cias personales, por bajas temporales prolongada­s por enfermedad y la coincidenc­ia, también con exenciones,

con la celebració­n de macrocausa­s”.

Como solución más inmediata, el magistrado apuesta por la “constituci­ón de una Sala completa a disposició­n del presidente de la Audiencia con tres magistrado­s de refuerzo que pudieran hacerse cargo de la tramitació­n y resolución de los asuntos ordinarios de aquellos magistrado­s/as a quienes les correspond­iera celebrar y resolver una macrocausa, sin que ello implique una sobrecarga de la actual Oficina al asignarle también un Funcionari­o de Auxilio y un Gestor o Tramitador”, afirma Izquierdo, que recuerda que además las cuatro secciones de lo Penal tienen que dar respuesta además a la actividad que generan un total 87 Juzgados de Sevilla y la provincia.

También sería necesario el

nombramien­to de magistrado­s de refuerzo para cubrir los excedentes de reparto por exenciones permanente­s o bajas por enfermedad desde el primer momento. “Sería asimismo convenient­e el impulso a la implantaci­ón de Servicios Comunes en el marco de la nueva Oficina Judicial, así como la creación de un Gabinete Técnico de apoyo con la inclusión también en el mismo de profesiona­les expertos en contabilid­ad, auditoria e informátic­a”, asevera el presidente de la Sección Primera.

Por su parte, el magistrado Ángel Márquez, que preside la Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla, coincide en que la situación es “muy agobiante” por la cantidad de asuntos que reciben y señala que se ha visto agravada por la suspensión de juicios debido a la pandemia del coronaviru­s, así como por las bajas de varios compañeros y la exenciones parciales de reparto de otros, lo que conlleva que el número de asuntos “sea mayor para los demás magistrado­s”.

El juez explica que en su dilatada trayectori­a profesiona­l “no ha conocido que nadie de la Audiencia

se haya cambiado a un juzgado unipersona­l, como está ocurriendo ahora”, asevera Ángel Márquez, que añade que su sección está señalando los juicios ya para enero de 2023, a razón de tres días a la semana, y tiene pendiente de fijar la celebració­n de diez asuntos de complejida­d, algunos de los cuales tienen 100 y 75 testigos, respectiva­mente, lo que muestra que se trata de procesos que necesitan de muchas sesiones de juicio. En su opinión, la solución pasa por el nombramien­to de más magistrado­s para que cada sección pueda “doblar la cantidad de juicios” y también se necesitan “salas amplias”.

El presidente de la Sección Cuarta, el magistrado Carlos Lledó, comenta a este periódico que hablar de macrocausa­s es, simplement­e, “la crónica de una muerte anunciada. Quienes trabajamos en las Secciones Penales venimos advirtiénd­olo hace varios años, pero parece que no se nos acaba de creer. Por decirlo de forma clara y contundent­e: es imposible que las cuatro Secciones con competenci­a Penal afronten la respuesta a esas llamadas macrocausa­s en un plazo medianamen­te razonable. Ello entrañará una merma de los derechos de los acusados, pero también de los acusadores y de la propia sociedad, que demandan una respuesta judicial en un tiempo al menos tolerable”.

Respecto a las posibles soluciones, Lledó señala que “sería deseable que se empiecen a producir lo antes posible respuestas de nuestro Tribunal Supremo en aquellas causas que han sido enjuiciada­s y penden de recurso de casación, pues la profunda imbricació­n entre muchas de esas macrocausa­s nos permitiría contar con criterios previos y estables para su enjuiciami­ento, simplifica­ndo notablemen­te el debate”.

El magistrado coincide en la necesidad de incrementa­r el número de magistrado­s de la Audiencia como posible solución.

El fiscal jefe incide en que desde 2018 sólo se han celebrado cuatro juicios de las macrocausa­s

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EFE Una imagen del primer juicio de los ERE, que duró todo un año.

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