RAFAEL ARGELÉS, UN PINTOR DE ALGECIRAS PARA EL MUNDO
● El artista algecireño estudió con grandes maestros de la pintura, siendo galardonado en numerosas ocasiones por pinturas que recogían esencia e historia
HIJO de un militar destinado en Algeciras, Rafael Argelés Escriche nació en la ciudad el 7 de mayo de 1894, aunque a los seis meses tuvo que trasladarse a Madrid después del fallecimiento de su padre. Una vez que hubo cursado las primeras enseñanzas en la capital, como tenía predilección por el dibujo en el que destacaba por encima de las restantes asignaturas, pudo ingresar en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, donde estudió con grandes maestros de la pintura, como el valenciano Antonio Muñoz Degrain.
En 1912, a los dieciocho años, ganó la medalla honorífica en la Exposición Nacional de Bellas Artes con su obra El consuelo del abuelo. En 1915 le fue concedida una beca para que continuara sus estudios en Italia. Permaneció en Roma los siguientes cuatro años estudiando en la Academia de Bellas Artes de la capital italiana. Después de regresar a España, en 1919 abrió un estudio en Madrid y, en los dos años siguientes, recibió diversas menciones y medallas en varias Exposiciones Nacionales.
En 1922 realizó su primera exposición individual en el Liceo Artístico de Madrid, obteniendo un notable éxito. Con las obras no vendidas, y otras nuevas, marchó a Barcelona, exponiendo en el salón El Siglo. Una vez realizada la primera exposición individual, que le dio a conocer como un pintor con grandes cualidades técnicas, excelente tratamiento de la luz y cierto clasicismo de los temas, fue reclamado para formar parte en la Liga Africanista, que en esos años estaba presidida por el exministro Antonio Goicoechea y que había sido fundada en 1913 en Madrid para dar a conocer y estrechar los lazos del pueblo español con el recién creado Protectorado Español de Marruecos.
Esta institución le encargó la realización de una serie de obras pictóricas de temática marroquí. Antes de viajar a Marruecos se desplazó a Córdoba y a Granada. En esta ciudad realizó algunos bocetos de la Alhambra y pintó su célebre cuadro de Las gitanillas del Albaicín, hoy expuesto en el Museo Municipal de Algeciras, que muestra a dos jóvenes gitanas granadinas, vestidas con sus atuendos típicos y en sosegada actitud de complicidad, y Gitanilla amamantando.
En 1923 viajó a Tetuán, centro político y cultural del Protectorado, ciudad en la que llevó a cabo obras que, luego, serían expuestas en Madrid. Rafael Argelés quedó impresionado por la luminosidad y el colorido de los paisajes urbanos de la ciudad norteafricana que supo plasmar con gran realismo en sus cuadros, como antes hiciera el gran pintor africanista Mariano Bertuchi.
En el mes de junio de 1923, aprovechando su viaje a Marruecos, llegó Argelés en tren a Algeciras, su ciudad natal, en la que el miércoles 13 inauguró una exposición con algunas de sus mejores obras. El Consistorio de la ciudad, presidido por el alcalde don Pedro Mónaco Torres, acordó “elevar a la reina doña Victoria el ruego de que concediera el honor al artista algecireño de retratarla para colocar el lienzo en una de las salas del Ayuntamiento”. En aquella ocasión, como en las que tuvieron lugar después de su retorno a España en 1972, sus paisanos lo recibieron con gran entusiasmo.
La autora de un libro sobre Rafael Argelés, Margarita Bru: “La viuda del pintor, doña Marta Domínguez, recordaba con agrado que ella guardaba un ejemplar de un periódico local en el que el periodista, al hacer mención de la visita de Argelés a la ciudad, aseguraba que Algeciras
En 1922 realizó su primera exposición individual en el Liceo Artístico de Madrid
era famosa por dos cosas: por la Conferencia Internacional de 1906 y porque allí nació Rafael Argelés”. Finalizada la exposición que, según la prensa local, fue visitada por numerosos ciudadanos, Argelés cruzó el Estrecho y desembarcó en Ceuta para continuar el viaje hasta Tetuán. En la capital del Protectorado pintó escenas costumbristas tetuaníes durante tres meses, antes de retornar a Madrid.
El 2 de mayo de 1924, las obras de temática marroquí de Argelés, realizadas durante su estancia en Tetuán, se expusieron en el Círculo de Bellas Artes de Madrid con la asistencia, en la inauguración, de las principales autoridades políticas y culturales del Directorio Militar. Asi
mismo asistió al acto gran número de intelectuales y artistas entre los que se encontraban sus mejores amigos, como José Cruz Herrera, Carlos Mingo, Miguel Cruz, García Camio y Enrique Ochoa. La gran exposición, que fue titulada Evocaciones Marroquíes, compuesta por 54 cuadros al óleo de diversos formatos, siendo muy bien recibida por la prensa y los críticos de arte.
El diario ABC, en su edición de 3 de mayo, escribió lo siguiente: “El pintor Argelés, conocido y elogiado ya por la crítica, ha llevado magistralmente al lienzo una colección de sus impresiones de sus viajes por tierras marroquíes, en las que ha puesto un admirable verismo. El ambiente y los tipos africanos han tenido una excelente interpretación a través del arte de Argelés”.
En el mes de octubre del año 1924 se inauguró el V Salón de Otoño en el Pabellón del Retiro de Madrid. Rafael Argelés, asiduo a este evento artístico anual, presentó cuatro óleos: la Cabecita de oro, Carmen, Un morito y Retrato. Por sus trabajos presentados en el Salón de Otoño de 1922 y de 1924, fue nombrado Socio de Mérito de la Asociación de Pintores y Escultores Españoles. En 1926 se presentó a la Exposición Nacional de Bellas Artes con el cuadro Entierro de Cristo, ganando la segunda medalla.
Unos años más tarde inició un viaje por Uruguay, Argentina y Brasil, país éste en el que, en 1930, expuso en sendos certámenes en Sao Paulo y Río de Janeiro. En 1934 contrajo matrimonio en Argentina con Marta Domínguez.
Unos años antes, en 1928, Rafael Argelés se encontraba de nuevo en Marruecos para continuar plasmando aquel mundo exótico que tanto le había impresionado en sus lienzos, colaborando, en esta ocasión, con África en la Revista de Tropas Coloniales, con la que estaba muy unido debido a su vinculación con el mundo militar.
Otra vez, aprovechando el viaje a Marruecos, pasó por su ciudad natal, donde siempre tuvo muchos admiradores de su arte. En ella realizó varios retratos que hoy se conservan en colecciones particulares de Algeciras y de Cádiz. Asimismo, en esa visita donó un cuadro al Ayuntamiento algecireño, pintura que, es probable, que forme parte de la colección del Museo Municipal, aunque no se ha podido identificar.
Retornado a España, después del periplo americano, le sorprendió el estallido de la Guerra Civil en 1936, lo que le obligó a exiliarse y establecerse de manera permanente en Argentina. En ese país de acogida participó en numerosas exposiciones, gozando de merecida fama
En el año 1972 regresó a su ciudad natal exponiendo en el Casino de la misma 57 cuadros en enero de 1973 y, de nuevo, en 1974. En el año 1976 expuso en la recién creada galería Carteia, situada en el popular barrio algecireño de San Isidro. Los medios de comunicación comarcales destacaron la importancia del acontecimiento a cuya inauguración acudieron representantes del mundo artístico de la comarca y numeroso público.
En una entrevista realizada unos días antes de abrirse al público la exposición, Argelés se definía como “un pintor que no se preocupaba por las modas ni los ismos, pero que siempre había tenido un especial apego hacia lo clásico, sintiéndose seguidor y admirador del arte velazqueño”.
En el año 2017, la familia de Rafael Argelés donó a la ciudad de Algeciras nueve obras del pintor que pasarán a formar parte de la colección pictórica del Museo Municipal: Retrato de mi madre, Mujer con fruta, Niña en moisés, Niña en el baño, Niña con cacharro, Gitana amamantando, Militar, Virgen y yacente y Descendimiento.
Rafael Argelés Escriche falleció, en su casa de Buenos Aires, el 13 de agosto de 1979.
En el año 1972 regresó a su ciudad natal exponiendo 57 cuadros en el Casino algecireño