Europa Sur

Los Juegos más extraños, ¿y los menos rentables?

- Antonio H. Gandul (Efe)

12.650 millones por la pandemia Triatleta ruso que compitió en Tokio, positivo en EPO

El efecto positivo de los Juegos Olímpicos de Tokio en la tercera economía mundial será mucho menor del esperado debido a las restriccio­nes a raíz de la pandemia, que además ejercen una carga creciente sobre las arcas públicas niponas.

Las medidas extraordin­arias que tuvieron que aplicar los anfitrione­s para sacar adelante Tokio 2020 en el contexto de crisis sanitaria global han convertido a estos Juegos en los más caros hasta la fecha, con un coste de unos 1,64 billones de yenes (12.650 millones de euros), que todavía no está claro quién pagará.

REAJUSTE POR EL COVID

Tokio prometió al mundo unos Juegos compactos y económicos cuando ganó en 2013 el proceso de elección de sede olímpica. Pero el presupuest­o se fue hinchando, como suele pasar, conforme se avanzaba en la construcci­ón de las sedes, hasta duplicar la primera estimación.

Las cifras terminaron de dispararse por los costes añadidos de las medidas anticontag­ios (96.000 millones de yenes/740 millones

El triatleta ruso Ígor Polyanskiy, que compitió en los Juegos Olímpicos de Tokio, ha dado positivo por eritropoye­tina (EPO), según informó la Unión Internacio­nal de Triatlón (ITU). La federación adelantó que Polyanskiy, que terminó el 43ª, será suspendido, y que se abrirá una investigac­ión que implicará tanto al atleta como a sus entrenador­es por el consumo de una sustancia que incrementa la llegada de oxígeno a los músculos. La prueba fue realizada el 21 de julio en Vladivosto­k, donde se había concentrad­o parte del equipo olímpico ruso. de euros) y de extender los contratos de alquiler de sedes y de su mantenimie­nto derivados del retraso de un año de los Juegos, además de gastos de personal, hasta alcanzar la antes citada cantidad de carácter provisiona­l.

Esa estimación de presupuest­o correspond­e al pasado diciembre, y se espera que sea significat­ivamente mayor una vez se añadan sobrecoste­s de los Juegos que concluyero­n el pasado 8 de agosto, además de los Paralímpic­os, que se celebrarán entre el 24 de agosto y el 5 de septiembre.

Tokio 2020, asimismo, ha tenido un impacto positivo en el producto interior bruto nipón (PIB) de unos 1,67 billones de yenes (12.880 millones de euros) en la economía nipona, según dijo a Efe el analista Takahide Kiuchi, del Instituto de Investigac­ión Nomura.

Todo este dinero se inyectó en la economía nacional “al construirs­e estadios y otras instalacio­nes” y “fomentar las compras de televisore­s, los gastos de transporte o de alojamient­o relacionad­os con el evento, entre otras cosas”, según Kiuchi, autor de un estudio sobre este tema.

Pero este impacto se vio “notablemen­te reducido” por el veto a los visitantes extranjero­s y por la decisión de celebrar las competicio­nes a puerta cerrada, señaló el experto, quien estima las pérdidas por dichas medidas en 150.000 millones y 90.000 millones de yenes (1.157 y 700 millones de euros), respectiva­mente.

¿QUIÉN PAGA LA CUENTA?

El presupuest­o de los Juegos se reparte principalm­ente entre la ciudad anfitriona, el Gobierno central nipón y el comité organizado­r, un ente público-privado cuyos ingresos dependen sobre todo de aportacion­es de patrocinad­ores y ventas de entradas.

Según el contrato entre el Comité Olímpico Internacio­nal (COI) y la ciudad anfitriona, las autoridade­s locales deben asumir el potencial déficit. “La reducción de los ingresos por entradas supondrá en último término una carga para la ciudad de Tokio y sus ciudadanos”, señaló Kiuchi.

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