Manzanares fue el triunfador y tocan pelo Juan Ortega y Ferrera, en Beziers
● Cierra la feria de Dax sin triunfos con una corrida bien presentada de Santiago Domecq en la que destacó el segundo toro
La salida a hombros de Manzanares en Beziers ha sido la nota más destacada de la jornada taurina en Francia.
El suceso más importante fue la faena de Manzanares al quinto toro, de Domingo Hernández, en Beziers, un buen ejemplar al que José Mari cuajó en una faena en la que aunó temple, elegancia y gusto. Cortó las dos orejas tras una eficaz estocada. Antes, con el segundo, apenas pasó de los detalles sueltos ante un toro más justo de raza de Garcigrande.
Ferrera sumó un trofeo del primero, al que toreó con su particular concepto en una faena de buena puesta en escena y mucha conexión con los tendidos. Con el cuarto, que se paró, el extremeño se estrelló contra un imposible.
Y Juan Ortega, que no pasó de los fogonazos aislados en el insulso tercero, dejó una faena preciosa en el sexto, sobre los mimbres del toreo más clásico y reposado, que le valió para una oreja.
En resumen, en la tarde de Beziers, con lleno en lo permitido, seis toros de Garcigrande –cuarto y quinto con el hierro de Domingo Hernández– de juego variado; para Antonio Ferrera (oreja y silencio); Manzanares (silencio y dos orejas); y Juan Ortega (silencio tras aviso y oreja).
En Dax no hubo salidas a hombros en el cierre de su feria, pero sí un interesante espectáculo en el que Juan Leal y Ginés Marín cortaron una oreja cada uno.
La primera la logró Leal del segundo, un buen toro de Santiago Domecq al que el francés le hizo de todo, con mucha disposición, aunque el animal pidiera otro tipo de lidia que no la de acortar tanto las distancias. Esa manía de hacerlo todo muy en corto creó división de opiniones en el quinto, toro más renuente al que Leal exprimió.
La otra oreja la logró Marín del tercero, al que pegó los muletazos de más entidad de la función en una faena que tuvo encaje, gusto y expresión sobre ambas manos. No pudo redondear con el deslucido sexto, con el que hizo un esfuerzo y fue ovacionado.
Perera pudo tocar pelo con el bonancible cuarto tras una faena muy templada pero mató mal. Con el primero, f lojo e insulso, estuvo por encima pero sin poder redondear.
Fue tarde de lleno con seis toros de Santiago Domecq, bien presentados y de juego desigual, destacando, el segundo; para Miguel Ángel Perera (silencio y ovación); Juan Leal (oreja y ovación); y Ginés Marín (oreja y ovación tras aviso).