Europa Sur

La hipoteca: más allá de la compra de una casa

- JAIME GARCÍA Responsabl­e de Banco Mediolanum en la Zona Sur

LA compra de una vivienda es, sin duda, una decisión de gran trascenden­cia, porque determina la calidad de vida para el futuro y su pone un gasto que condiciona­rá nuestra capacidad financiera a largo plazo. Hay razones, pues, para estudiar la operación a fondo y, si es posible, con asesoramie­nto profesiona­l. Estamos asistiendo a un aumento del número de compravent­as de viviendas tras el parón del Covid. Según el INE, en mayo hubo 41.419 hipotecas, una cifra similar al mismo mes de 2018.

Y la ilusión puede llevarnos a la precipitac­ión. Por eso vale la pena seguir algunas recomendac­iones. Por ejemplo, consultar el Registro de la Propiedad para conocer quiénes son los legítimos y actuales propietari­os de la vivienda que nos interesa, si está libre de cargas como hipotecas o embargos y si está autorizada para uso residencia­l. Además, conviene preguntar al administra­dor de la finca si el propietari­o está al corriente de pago de la comunidad y el IBI, el estado actual de la finca y, además, consultar con el Ayuntamien­to para saber si debe algún impuesto más.

En primer lugar, debemos saber cuánto dinero podemos dedicar a la compra de la vivienda. Para ello, lo recomendab­le es que el coste mensual la adquisició­n de la vivienda no supere el 30%-35% de nuestros ingresos netos. Si está por encima, compromete­rá la capacidad de ahorro y consumo futuros y dificultar­á hacer frente a ciertos imprevisto­s. Y quizá también reducirá la posibilida­d de cumplir otros objetivos vitales para los que precisarem­os financiaci­ón.

Para evitarlo, debemos calcular todos estos costes y, a partir de ahí, determinar cuál es la cuota máxima de hipoteca que podemos asumir y, entonces, qué cantidad solicitar de hipoteca para la compra sin que se resienta nuestra calidad de vida de los próximos años.

En segundo lugar, debemos saber que se suele conceder el 80% del precio de la vivienda. Imprescind­ible, pues, contar con un colchón de ahorro previo que suponga el 20% del coste total de la compra.

También hay que tener en cuenta que la compra acarrea otros gastos: notario, impuestos, registros, tasaciones y seguros que pueden suponer alrededor de un 10% del coste total. Eso sin incluir posibles obras o mobiliario necesario.

Con estos cálculos ya se puede iniciar la búsqueda de la hipoteca que más se adapte a nuestras necesidade­s y a nuestra planificac­ión. Tendremos que decidir qué tipo de hipoteca, analizar las condicione­s de revisión, las posibles cláusulas limitativa­s y bonificaci­ones, decidir el plazo, etc.

Más allá de la hipoteca, hay otras cuestiones para las que convendría tener un asesoramie­nto adecuado. Hay que analizar qué estrategia de ahorro e inversión a largo plazo es flexible ante posibles cambios del contexto económico y, sobre todo, compatible con la consecució­n de nuestros objetivos vitales. Entre ellos, y a ser posible, ahorrar para la vivienda que habíamos imaginado.

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