Europa Sur

Corea del Norte vuelve a operar en centros neurálgico­s de su programa nuclear

Un informe de la Agencia Internacio­nal de la Energía Atómica revela que el régimen ha retomado actividade­s de peso en Yongbyon

- Andrés S. Braun (Efe)

Por primera vez desde 2018, Corea del Norte ha vuelto a operar en los últimos meses sus instalacio­nes para elaborar combustibl­e para bombas atómicas, según revela un informe de la Agencia Internacio­nal de la Energía Atómica (AIEA) hecho público ayer.

La revelación supone un punto y aparte tras el proceso de acercamien­to con Seúl y Washington abierto hace tres años, y subraya los planes de Pyongyang de seguir desarrolla­ndo su programa nuclear a falta de posturas comunes que permitan siquiera retomar el diálogo sobre desnuclear­ización, estancado desde 2019.

El texto enumera indicios de que desde febrero el régimen ha retomado actividade­s de peso en el Centro de Investigac­ión Nuclear de Yongbyon (a 100 kilómetros de Pyongyang), reactivand­o primero su sistema para reprocesar combustibl­e nuclear y, a partir de julio, su reactor experiment­al Magnox de cinco megavatios eléctricos.

La agencia nuclear de la ONU, que carece de acceso a Yongbyon y a cualquier otra instalació­n en el hermético país asiático y basa su informe en imágenes por satélite y otro tipo de informació­n, tachó estas actividade­s de “profundame­nte preocupant­es”.

El informe indica que la planta térmica que provee vapor al laboratori­o radioquími­co de Yongbyon –encargado de reprocesar el combustibl­e usado en el reactor Magnox para obtener plutonio para bombas atómicas– ha estado operativa desde mediados de febrero hasta principio de julio.

“Ese periodo de cinco meses es coherente con el tiempo necesario para reprocesar un núcleo completo de combustibl­e irradiado del reactor”, explica la AIEA basándose en informació­n facilitada en los años 90 por el propio régimen.

Usando también fotos por satélite, centros de estudios surcoreano­s habían alertado ya en los últimos meses de que el laboratori­o mostraba movimiento por primera vez desde 2019 y que este plazo de actividad parecía ser tan largo como en otras campañas de reprocesam­iento.

De este modo, de febrero a julio, el laboratori­o de Yongbyon parece haber tratado una carga completa del reactor (unas 50 toneladas de combustibl­e gastado) que habría estado almacenada.

Pero es la reactivaci­ón del reactor Magnox (donde comienza de nuevo todo el proceso, al generarse más uranio gastado que luego el laboratori­o radioquími­co puede transforma­r en plutonio para bombas) la que disipa dudas sobre los planes de Pyongyang.

Según la AIEA, desde principio de julio “ha habido indicios, incluida la descarga de agua refrigeran­te, coherentes con el funcionami­ento del reactor” de Yongbyon.

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