La vida sin banco en los pueblos
● Algunos ayuntamientos cuentan con transporte a localidades vecinas que sí tienen oficinas
La Diputación Provincial de Málaga ha pedido recientemente a las entidades bancarias que realicen un esfuerzo para que las pequeñas localidades puedan contar con servicios financieros.
Y es que en los últimos años las diferentes entidades han ido cerrado oficinas en las pequeñas localidades, aunque todavía se mantienen las oficinas en aquellas que cuentan con un mayor tamaño.
Mientras tanto, los vecinos de estas pequeñas localidades han adaptado su forma de vida al hecho de no contar con oficina propia o que la misma solo esté abierta algunos días de la semana.
Una circunstancia que hizo que muchos de los vecinos tuviesen que dar un paso adelante en su adaptación a las nuevas tecnologías, algo que ya incluso los mayores han asumido y lo tienen claro. “Hay que adaptarse a los nuevos tiempos y nos toca aprender”, dice Antonia, una vecina de Benarrabá que ya controla su cuenta corriente desde la aplicación de su teléfono. Pasó a realizar los pagos con tarjeta en lugar de con dinero en efectivo y ya lo tiene todo listo para poder realizar los pagos de sus compras con el propio teléfono. “Mis nietos ya me lo tienen preparado, pero a pagar con el teléfono todavía no me atrevo”, explica mientras recuerda que tras instalarse la aplicación del banco en el primer intento la borró. “Me lo tomo con tranquilidad, nosotros no estamos acostumbrados a estas cosas y es normal que nos cueste un poco más, pero a mí no me supone ningún problema equivocarme”, dice Antonia.
Mientras tanto en este municipio tras el cierre de la oficina bancaria desde el Consistorio se puso en marcha una ingeniosa medida para facilitar dinero en efectivo a los vecinos, ya que tampoco disponen de cajero. Por ello, en los comercios locales hacen los cobros mediante tarjeta de crédito y en el caso de que el cliente lo solicite le realizan la devolución en efectivo.
“Hay mucha gente que lo utiliza”, explica Andrea, que también reconoce que hay un número de vecinos que ya hacen los pagos con tarjeta de crédito o con alguna de las aplicaciones para realizar los pagos desde el teléfono móvil.
Por su parte, en el centro Guadalinfo se atiende a los vecinos en caso de que tengan que realizar alguna gestión mediante internet y tengan algún problema con la misma o no puedan hacerlo.
Cerca de Benarrabá el municipio de Algatocín optó por la instalación de un cajero para que se pueda obtener efectivo en caso de necesitarlo, una medida que están estudiando también en Jimera de Líbar y que podrían implantar durante un año para saber la aceptación que tiene entre los vecinos. Y es que a partir del primer año el mantenimiento del mismo tendría que ser asumido por el Consistorio, lo que supondría un coste de unos 500 euros mensuales, una cifra demasiado elevada para una localidad de varios cientos de habitantes.
De momento, el Consistorio dispone de un autobús que traslada a los vecinos que lo deseen todos los miércoles hasta la vecina localidad de Cortes de la Frontera para realizar gestiones en las oficinas bancarias o en los cajeros de la misma.
“El servicio se suele utilizar más a principios de mes”, explica el alcalde, Francisco Lobo, tras una jornada en la que ningún vecino solicitó hacer uso del servicio.
Precisamente, en Cortes de la Frontera su Ayuntamiento también optó por poner un servicio de transporte gratuito para los vecinos de sus pedanías en las que tampoco tienen servicio bancario, aunque en este caso lo hacen cada 15 días.
Todo ello se complementa con la colaboración entre los propios vecinos, y es que muchos aprovechan los viajes que realizan a municipios vecinos que disponen de oficinas bancarias para irse con ellos y realizar las gestiones, en especial, cuando tienen que desplazarse hasta Ronda.
Mientras tanto, algunos alcaldes, como el regidor de Cortes de la Frontera, José Damián García, también lamentaron que desde la Diputación no se hubiese mostrado mucho interés a la hora de apoyar soluciones como la instalación de cajeros municipales en las zonas que carecen de servicios de bancos. A ello se sumó que las personas mayores también mostraron ciertas reticencias a esta posible solución debido a que no entendían bien el manejo de estos sistemas. Precisamente, son los mayores los que más quejas tienen por el cierre de oficinas, ya que no cuentan con la opción de poder ser atendidos de forma presencial.
Los mayores se están adaptando y muchos ya pagan con tarjeta y aplicación del teléfono
La Diputación pidió a las entidades que realicen un esfuerzo para prestar el servicio