Los antivacunas le están ganando la partida al Estado en Rumanía y Bulgaria
Los dos países balcánicos, con un tercio de su población inmunizada, están a una distancia abismal del resto de la UE, con el 70%
Mientras que de media en los países de la Unión Europea (UE) cerca del 70% de la población ha sido vacunada contra el coronavirus, en Rumanía y Bulgaria –los dos países más pobres del bloque– no llegan ni a un tercio.
Con un 32% (Rumanía) y un 20% (Bulgaria) de inmunizados, los dos países balcánicos se encuentran así a una distancia abismal del resto de la Unión, poniendo en duda la estrategia de inmunidad de rebaño entre los Veintisiete.
¿Qué ha llevado a este fracaso en los esfuerzos de Bucarest y Sofía por inmunizar a la mayoría de la población?
Analistas consultados por Efe a ambos lados del Danubio –que separa los dos países– apuntan a la desconfianza general hacia la medicina y el escepticismo que despiertan los políticos, tanto en Rumanía como en Bulgaria.
“Sobre todo en las zonas rurales, donde las supersticiones y las recetas tradicionales tienen más éxito que la medicina moderna, los rumanos son difíciles de convencer en cuestiones médicas”, dice a Efe el analista rumano Niels Schnecker.
Su compatriota Gelu Duminica, sociólogo, hace referencia a las similitudes entre la estructura social de las dos naciones vecinas, y destaca la existencia en ambas sociedades, que tienen las tasas de analfabetismo funcional más altas de la UE, de fuertes corrientes antivacunas.
Los argumentos contra la vacuna que ni Bucarest ni Sofía han sabido contrarrestar son casi idénticos en ambos países.
“Mi padre que tenía problemas cardiovasculares falleció una semana después de la primera dosis; estoy seguro que la vacuna le provocó trombosis y los médicos rechazan confesarlo”, dice a Efe Jivko Georghiev, un funcionario público en Sofía.
En Bulgaria, el Gobierno del entonces primer ministro Boyko Borisov, que gestionó la pandemia hasta su dimisión el abril pasado, vio lastrada su capacidad de concienciar sobre la vacunación por los recelos generalizados hacia un Ejecutivo acosado por los escándalos de corrupción y las protestas que exigían su dimisión.
“La desconfianza hacia la manera en que el Gobierno anterior combatía la epidemia afectó a la vacunación”, declaró a Efe Hristo Hinkov, director del Centro Nacional de Salud Pública y Análisis.
Causas: desconfianza general respecto a la medicina y escepticismo hacia los políticos