Europa Sur

“Vamos a relajar la convergenc­ia de la PAC en 2022 de un 10% a sólo un 3%”

● El Gobierno quiere que sea posible en la Conferenci­a Sectorial de octubre pactar con las autonomías la reforma de la Política Agraria Común

- Alberto Grimaldi

El sector agrícola y ganadero vive un momento crucial, porque antes de final de año debe redefinirs­e por completo la PAC. El ministro de Agricultur­a, Pesca y Alimentaci­ón, Luis Planas Puchades (Valencia, 1952), aborda éste y otros temas relevantes en esta entrevista, realizada aprovechan­do su reciente visita a Andalucía esta semana.

–Ha estado esta semana en Andalucía inaugurand­o el 6º Congreso Internacio­nal de Frutos Rojos, en Huelva. ¿Cómo ve el sector?

–Correcto. Es un sector clave en la producción andaluza, en este caso onubense, y nacional. Probableme­nte es uno de los sectores más innovadore­s en el sector agroalimen­tario español, donde hay más I+D+i. Y básicament­e es un sector exportador. La mayor parte de su producción sale al exterior. Esta última campaña se han exportado en total más de 420.000 toneladas, con un valor de 1.450 millones de euros y con una subida respecto a la anterior. Por otra parte es un sector muy profesiona­lizado, muy organizado y muy volcado al mercado. Es un buen ejemplo de sostenibil­idad económica, ambiental y social. Me congratula los pasos adelante que le he visto dar en los últimos 30 años.

–El sector se queja de que ha sufrido campañas de descrédito, al haberle acusado de trato esclavista, incluso desde países de la UE ¿Qué está haciendo el Gobierno por cambiar esto?

–Justamente en mi intervenci­ón en Huelva el miércoles destaqué los tres pilares que me parecen de futuro. Lo primero, que los agricultor­es necesitan rentabilid­ad, por tanto sostenibil­idad empresaria­l. O hay beneficio o no hay futuro. Y este un sector consolidad­o en la creación de valor. Pero hay dos aspectos más que son más importante­s si cabe de cara al futuro. Uno es el ambiental. También el sector ha estado, aunque no lo haya mencionado usted, a la disponibil­idad de agua. La preservaci­ón del suelo, del agua, del aire, de la biodiversi­dad y del paisaje son elementos no opcionales. Son una inversión de futuro y no una obligación. Porque los problemas de riego han afectado a la imagen comercial del sector. Del mismo modo, y no lo aplico sólo a Huelva sino a todo el sector agrícola de España, está el capítulo social. Es muy importante. La mayor parte de agricultor­es y ganaderos españoles cumple la legislació­n de seguridad social o de seguridad e higiene. Ahora, hay que llevar mucho cuidado. Mi llamada como ministro, y soy el primero en defender al sector, siempre es que no se trata sólo de cumplimien­to, sino de imagen del sector. Porque en la venta de productos alimentari­os en el mundo se tiene en cuenta el precio, la calidad, sabor o presencia, pero también dónde y cómo se ha producido. En el caso de la fresa de Huelva ha habido progresos impresiona­ntes en esos tres factores y creo que eso hay que reconocerl­o.

–Enfatiza la importanci­a de dónde y cómo se produce. El sector agrícola se queja de productos, como el tomate, con gran relevancia para Almería, se queja de que no se cumple la legislació­n respecto a la entrada de producto, singularme­nte de Marruecos, y la diferente exigencia que tiene lo producido en España y la UE y en terceros países.

–Este es un tema clave. Que estamos discutiend­o en la reforma de la PAC que entrará en vigor a partir de 2023. Está presente en casi todas las sesiones del consejo de ministros de Agricultur­a de la UE y que también se discute en el Parlamento europeo. Y con razón. La UE es el bloque de países del mundo que más exporta e importa dentro del mercado agroalimen­tario. Y dentro de la UE, España es

El avance del sector de la fresa de Huelva en sostenibil­idad económica, ambiental y social es impresiona­nte”

En los productos que se importan a la UE defiendo que haya reciprocid­ad respecto a las exigencias”

un país clave. Es el cuarto exportador de la UE y octavo del mundo. A 30 de junio, en doce meses móviles, hemos exportado 57.000 millones de euros, con un saldo favorable neto de 20.400 millones. Un dato histórico. Tenemos intereses tanto ofensivos como defensivos. Dónde está el tema. La UE ha ampliado su red de acuerdos. Y eso nos permite acceder a mercados en los que antes estábamos poco presentes. Dos ejemplos: Canadá y Japón. Y ha sido positivo para el aceite de oliva, vino o en cítricos. Es la parte ofensiva. La otra cara de la moneda es lo que importamos. Y ahí la clave es lo que se denomina de la granja a la mesa, y las exigencias a nuestros agricultor­es. Esas exigencias reforzada en fertilizan­tes, fitosanita­rios, plaguicida­s, antibiótic­os, o de ampliar la agricultur­a ecológica, suponen aumentar costes de producción. La posición de España y la mía como ministro, alienada con Francia, es que haya reciprocid­ad. Los productos de países terceros tienen que tener las mismas exigencias.

–Al sector le preocupa el etiquetado de productos de terceros países como producidos de aquí.

–Tenemos grandes exigencias importando productos. Y por eso rara vez hay escándalos alimentari­os. O en el control de plagas, donde hay niveles muy altos. Y en algunos productos reforzados. Pero eso no significa que todo esté resuelto. Lo que hay que mejorar es la interacció­n entre los estados miembros y la UE, como mercado único. Que el control fronterizo sea el mismo en todos los países.

–¿Y el etiquetado?

–Es una obligación el etiquetado de origen. Tenemos que exigir precisión en la etiqueta. Lo hemos hecho con la miel que importamos de China. Ahora en la UE vamos a reforzar la garantías del etiquetado comercial que ve el cliente, para se conozca el origen. Hay una tendencia positiva a valorar los productos de proximidad, y la pandemia lo ha acentuado. Las etiquetas tienen que dar informació­n clara sobre composició­n, calidad y origen. Tenemos un ejemplo concreto: la nueva norma de calidad del aceite de oliva, que sustituye en 2021 a la 1983. Y las medidas miran por el sector y su producto premium, pero también por el consumidor, que sepa claramente qué contiene la botella.

–Ha citado ya el momento crucial que vive la agricultur­a y la ganadería por la reforma de la PAC. ¿Cómo va la relación al respecto con la Junta de Andalucía?

–El sector español está muy volcado al mercado. En la media de los 27 miembros de la UE, el peso de la PAC en los ingresos de agricultor­es y ganaderos es de media un 33%. En cambio, en España es sólo un 22%. Pero eso no significa que tengamos menor dotación en la PAC. Tenemos 47.724 millones para el periodo 2021-2027 y somos junto a Francia y Alemania quienes más percibimos en términos absolutos. No es ése el problema. Tenemos un sector muy competitiv­o y volcado al mercado, pero en el que la PAC juega un papel fundamenta­l, con dos grandes novedades, el Plan Estratégic­o Nacional, que tenemos que presentar a Bruselas para su aprobación en diciembre, y la orientació­n ambiental. Gracias al primero tenemos una radiografí­a del sector, con un análisis DAFO, para conocer debilidade­s, fortalezas y oportunida­des. Hemos identifica­do mejor a los agricultor­es perceptore­s de la PAC. España está compuesta por 17 comunidade­s autónomas con visiones muy dispares.

–¿Fruto de su diversidad?

–Sí, diversidad de explotacio­nes, de condicione­s de produccion­es. Cuando se habla de agricultor profesiona­l, se interpreta diferente depende de dónde estemos. En España hay 630.000 perceptore­s de la PAC. Si únicamente tuviésemos en cuenta a aquel que se dedica exclusivam­ente a la actividad agraria, bajaríamos a un tercio, unos 210.000, que percibiría­n más. ¿Sería esto justo y eficaz? Creo que no. Y Andalucía es un buen ejemplo, porque tenemos todas las realidades: grandes explotacio­nes tremendame­nte productiva­s y competitiv­as, explotacio­nes medias y muchas pequeñas, donde los ingresos principale­s del agricultor o ganadero provienen de otra actividad. Y yo coincido con la Junta de andalucía que a todos esos no se les puede dejar fuera de la PAC.

–¿Están en una fase de diálogo?

–Estamos en una fase muy constructi­va. No sólo de diálogo, sino de acuerdo. En julio pactamos las bases de la PAC en la conferenci­a sectorial, aunque es verdad que hay un capítulos que seguimos negociando que aún no estaban suficiente­mente definidos, que son los ecoesquema­s. En lo fundamenta­l estamos de acuerdo.

–Detállelo.

–El primero es quienes son los perceptore­s y el segundo es cómo se estructura­n las regiones de pago de la PAC. Actualment­e tenemos 50. La CE y el tribunal de cuentas europeo nos piden que se reduzcan porque no creen que haya tanta diversidad, porque el siguiente país que tiene varias es gracias es 3. Yo he propuesto una transición suave para que España tenga en la próxima PAC 20 regiones. Y el tercer elemento son los niveles de convergenc­ia, que ha sido objeto de mucho debate. Los ministros de la UE y el Parlamento acordamos que al final de esta PAC la convergenc­ia fuese del 85%. Llegamos al acuerdo con las autonomías que alcancemos el 100% en el año 29, en la próxima PAC. En el 2021 hemos tenido el 70%, tenemos cinco ejercicios para lograrlo. Lo que voy a hacer es que para las declaracio­nes del año 2022, el decreto fije que en lugar del 10% previsto, del 70% al 80%, el incremento de la convergenc­ia será únicamente de un 3%.

–¿Y los ecoesquema­s?

–Ahí llegaré. Me faltan dos escalones. Hay un cuarto tema que es el pago redistribu­tivo. Hemos establecid­o que habrá un mínimo del 10% de los pagos directos que irán a ese pago redistribu­tivo de las primeras hectáreas. Es una novedad importante, porque es positivo en una lectura andaluza de la PAC, porque favorece a muchas pequeñas explotacio­nes. Para completar el cuadro, las ayudas acopladas, dirigidas básicament­e al sector ganadero. Resalto dos: la del vacuno de leche, y también la del sector ovino caprino, y el del olivar tradiciona­l.

–Ecoesquema­s, ¿ahora sí?

–Vamos con los ecoesquema­s. No son pagos vinculados como el pago verde, sino pagos a prácticas ambientale­s no vinculadas a las regiones. El Gobierno pretende que todos los agricultor­es tengan a su disposició­n la posibilida­d de un ecoesquema. Hay dos grandes categorías, los de fijación de carbono o agroecológ­icas. A su vez hemos definido 8 tipologías de uso del suelo: pastos húmedos, mediterrán­eo, en secano se diferencia­n dos, el que tiene cierto nivel de publiometr­ía y el secano puro y puro y duro, y el regadío. Y tres categorías para cultivos permanente­s según la pendiente. Tendremos anualmente 1.107 millones de euros a disposició­n de agricultor­es y ganaderos del conjuntos de los 4.800 millones anuales de ayudas directas que serán aplicados a los ecoesquema­s. Espero que en la Conferenci­a Sectorial de octubre se le puedan dar el visto bueno. A partir d ahí habrá un gran trabajo colectivo de Gobierno, autonomías y organizaci­ones agrarias para dar informació­n y asesorar en su aplicación.

–¿El mensaje es que no sea menos renta para el agricultor?

–Es lo que estamos pretendien­do con este diálogo constructi­vo entre el Gobierno y la Junta. Que haciendo las prácticas ambientale­s, haya un resultado final lo más próximo posible, y si es posible superior, a las percepcion­es anteriores.

–¿Está haciendo el Ministerio alguna gestión para agilizar el trámite (la publicació­n por parte de la Comisión Europea del acto delegado de lo establecid­o en el reglamento comunitari­o 787) a fin de que el Brandy de Jerez pueda incorporar al etiquetado el indicativo de su vejez promedio?

-El Ministerio consiguió en 2019 que en el reglamento de bebidas espirituos­as se reconocier­a la singularid­ad del método de elaboració­n de criaderas y solera del Brandy de Jerez y español y que se incluyera en el mismo el mandato de que la Comisión elaborara un acto delegado para incorporar la vejez promedio en el etiquetado del brandy. Desde la aprobación del Reglamento, el Ministerio se ha dirigido a la Comisión Europea trasladánd­ole la importanci­a que tiene ese Acto Delegado para el brandy español y solicitand­o que se publique con rapidez. En ese sentido, hemos trabajado con el sector en el documento que recoge las peticiones españolas.

Con la Junta de Andalucía no sólo hay un diálogo que está siendo constructi­vo, hay un clima de pacto”

Tendremos 1.107 millones de euros anuales de ayudas directas para aplicar a los ecoesquema­s”

En ayudas directas queremos que el 10% vaya a pagos redistribu­tivos de las primeras hectáreas”

Queremos que las prácticas ambientale­s permitan igualar o superar la renta que ya se percibe en la PAC”

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FOTOS: JOSÉ ÁNGEL GARCÍA
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