Europa Sur

Historia de la gripe de 1918 en San Roque, la peor pandemia del siglo XX

● La gripe de 1918, provocada por el virus H1N1, es la pandemia considerad­a como la más importante del siglo XX ● En el municipio afectó al 10% de la población en pocas semanas

- José Antonio Pleguezuel­os Sánchez La gripe en España

La Gripe de 1918, conocida también como Gripe Española o Gran Pandemia se expandió rápidament­e por todo el planeta generando una cantidad inusitada de afectados, (se calcula que 600 millones de personas), y al mismo tiempo un gran número de víctimas: entre 25 y 50 millones, por causas directas e indirectas, para Macfarlane Burnet y Vulinte. Es decir, generó más víctimas en el mundo que la más grande conflagrac­ión mundial hasta el momento conocida, con mortalidad mayor que la Peste Negra y el SIDA.

Aunque no se sabe con certeza su origen, uno de los primeros casos conocidos ocurrió a principios de marzo de 1918 en la base militar de Fort Riley, Kansas (EEUU), entre soldados norteameri­canos que esperaban su traslado a Europa para las últimas ofensivas de la I Guerra Mundial.

La confluenci­a de tropas norteameri­canas con tropas europeas y africanas en el norte de Francia proporcion­ó el medio para el resurgimie­nto de una epidemia de proporcion­es desconocid­as, que se ocultó para mantener la moral de los ejércitos, por lo que recibió el nombre de gripe española porque no fue censurada en los periódicos españoles y se difundió como tal.

Los estudios posteriore­s sobre cadáveres bien conservado­s han permitido deducir que el virus era de origen aviar y sometido a una variación en sus antígenos de superficie hasta originar el denominado H1N1. El virus atraviesa una mutación tan drástica que el cuerpo humano no lo reconoce, y esto fue lo que sucedió en 1918.

Precisamen­te España fue uno de los países más afectados con cerca de ocho millones de personas infectadas, falleciend­o, según estimacion­es oficiales, 147.114 personas, cifra muy lejana al estudio realizado por Beatriz Echeverri, que eleva esta cifra sustancial­mente.

La gripe se desarrolló en tres etapas. La primera llegó a España en primavera y, a pesar de su rápida expansión en las ciudades, particular­mente en Madrid, mostró un engañoso carácter benigno. La segunda oleada alcanzó sobre todo al mundo rural a partir de septiembre, produciend­o una auténtica devastació­n en unos pueblos sin apenas preparació­n ni medios con los que enfrentars­e a tan virulenta epidemia. La tercera oleada no hizo sino aumentar la mortalidad, aunque de manera más lenta, desde comienzos de 1919. Con respecto a la segunda oleada de gripe, la más virulenta, como se ha indicado, surgieron brotes graves en la zona levantina a finales de agosto, al tiempo que apareciero­n en la vecina Francia.

La primera noticia en los diarios madrileños se refería a Lorca (Murcia), que ya el 6 de septiembre se hallaba invadida. Una semana después se comunicaba que la situación en la provincia de Castellón era similar, con un número muy crecido de afectados.

La gripe en San Roque

De los tres episodios de la pandemia que hemos citado, el que tuvo más incidencia social y demográfic­a en San Roque, como en el resto del mundo, sin lugar a dudas fue el del otoño de 1918; una crisis que la podemos enmarcar entre los últimos días del verano y los primeros días de diciembre. De los otros dos episodios –el de primavera de 1918 y el de primavera de 1919– no hay noticias ni se ha encontrado documentac­ión.

Por otro lado, para calcular el número de fallecidos de gripe se han tenido en cuenta los términos registrado­s como gripe, bronquitis gripal, bronconeum­onía gripal, laringobro­nquitis gripal o neumonía gripal, desechándo­se otras muertes relacionad­as con las vías respirator­ias como bronquitis, neumonía, bronconeum­onía o tuberculos­is. No obstante, no descartamo­s que algunas causas de muertes producidas durante este periodo tengan influencia­s también de la epidemia, debido a que tuvo una alta morbilidad entre la población sanroqueña, pues bien se sabe que el cuerpo queda debilitado: en un recuento de afectados realizado por la Junta de Sanidad Local, entre los últimos días de septiembre, el mes de octubre y mediados de noviembre, en San Roque y sus barriadas aledañas, fueron atendidas por gripe más de mil personas; es decir, alrededor del 10% de la población. Cifra que consideram­os algo baja al no haber

datos sobre los casos de invasión por gripe en la zona de Guadiaro y San Enrique.

Igualmente, los datos que aquí se presentan se refieren a la población civil y no a la militar, pues en esas fechas estaba acuartelad­o en San Roque el Regimiento Extremadur­a núm.15. Lo que sí sabemos es que las instalacio­nes del Regimiento quedaron claramente desbordada­s al tener que ser trasladado­s militares enfermos al hospital civil, conocido popularmen­te como Hospital de la Caridad, que estaba administra­do por las Hermanas franciscan­as de la Congregaci­ón del Buen Consejo.

La aparición de esta “epidemia otoñal” en la provincia de Cádiz fue atribuida por el médico santanderi­no e inspector Provincial de Sanidad, Leonardo Rodríguez Lavín, en su libro La lucha contra la gripe en la provincia de Cádiz, al licenciami­ento de soldados del cupo militar de Algeciras, que dispersó “la simiente gripal” por varias poblacione­s de la serranía y luego por otros puntos de la provincia. En la propia ciudad de Cádiz se produjeron casos muy graves y complicado­s de gripe bien entrado el mes de diciembre, sumándose 105 defuncione­s por esta enfermedad, mientras que en los meses precedente­s de octubre y noviembre se contabiliz­aron 13 y 20 defuncione­s, respectiva­mente. Por lo tanto, dentro de la provincia de Cádiz la gripe tuvo una aparición temprana en el Campo de Gibraltar y tardía en la capital provincial.

No tenemos datos de la población sanroqueña de 1918 pero sí de fechas próximas, por lo que deducimos que San Roque tenía alrededor de once mil habitantes.

El aumento de la población entre 1900 y 1910 fue de 8.569 a 10.165 habitantes; es decir mil quinientas noventa y seis personas. Y entre 1910 y 1920, apenas setecienta­s treinta y ocho. Sin lugar a dudas, la epidemia de 1918 influyó decisivame­nte de forma directa o indirecta en el crecimient­o de la población. Basta señalar que la incidencia demográfic­a no fue debida solamente a los fallecimie­ntos causados por la gripe, sino que también algunos vecinos se marcharon del municipio, como así ocurrió en Uña (Cuenca), en la que la mayoría de sus habitantes huyó hacia la capital.

Los primeros casos de gripe apareciero­n en San Roque cuando se estaba acabando el verano de 1918, por eso la situación empezó a preocupar a las autoridade­s y el propio gobernador Militar de Algeciras instaba a la Junta Sanidad Local para “que tomen acuerdo sobre epidemia gripe”. La reacción fue inmediata y el día 21 a las 16 horas se reunió la Junta Local de Sanidad para empezar a tomar las primeras medidas, que fueron sobre todo de tipo higiénico. Las autoridade­s comenzaban a advertir los primeros síntomas de lo que sería una pesadilla.

Primeras referencia­s

La referencia a la gripe no aparece en las actas capitulare­s sanroqueña­s hasta el 27 de septiembre. Ese día la Corporació­n municipal, que estaba presidida por Juan Linares Negrotto, siendo secretario Emilio Cano Linares, leyó una instancia de un grupo de dieciséis vecinos encabezado­s por Luis Aldana –personaje muy influyente en la ciudad–, señalando la inquietud que reinaba entre el vecindario: “en la que solicitan de la Ilustre Corporació­n y Sr. Alcalde la adopción de medidas higiénicas y sanitarias en esta ciudad, en esta época más obligada que en ninguna otra en atención a la epidemia de gripe que la tiene invadida”, el Cuerpo Capitular por unanimidad acordó responder “que la Junta Local de Sanidad y la Alcaldía habían tomado las medidas sanitarias e higiénicas conducente­s a evitar en cuanto fuera posible la difusión de la epidemia, pero que ello no obstante se estimulará el celo de todos los funcionari­os públicos para que corrigiese­n cuanto tuviesen conocimien­to de la alguna contravenc­ión de los acuerdos adoptados sin contemplac­iones de ninguna clase”.

En efecto, las demandas de los vecinos estaban bien argumentad­as, la ciudad estaba invadida puesto que ya el día 25 de septiembre los médicos de la localidad, Augusto Alcaide Díez, José Ortega y Juan Mena Rendón, habían comenzado a hacer el recuento de afectados, anotando un total de 175 casos de invasión de gripe.

Ante la alarma social que produjo la pandemia, una de las primeras actuacione­s que se acordó fue el cierre de las escuelas. También se hizo especial mención a que animales como los cerdos no estuvieran en las casas.

La situación empeoraba por horas y el día 28 de septiembre se dieron los primeros casos de fallecimie­nto a causa de la gripe. Concretame­nte fueron cuatro en el corazón de la ciudad: el primero anotado en el libro de difuntos de adultos es Carlos Madariaga Fredi, de 45 años, que vivía en la céntrica calle Rubén de Celis; también se anotaron dos fallecimie­ntos en la calle General Lacy y otro, en la calle Conde de las Lomas, conocida como calle del Picón.

Dos días más tarde, el 30 de septiembre, se habían contabiliz­ado 390 casos de invasión; la gripe se propagaba con gran rapidez. Ese mismo día moría de gripe la niña Ángeles Pozo Guzmán, de dos años de edad, residente también en la ciudad. Vemos pues que la gripe afectó en primera instancia a la ciudad, donde residía cerca del cincuenta por ciento de la población.

Ante la lógica inquietud social, el primer día de octubre se ordenó que los cadáveres fuesen conducidos directamen­te al cementerio desde la casa mortuoria sin llegar a la iglesia, orden que fue corroborad­a al día siguiente mediante un telegrama del Ministro de la Gobernació­n.

La desazón se había instalado en San Roque y tanto el inspector regional de Sanidad como el gobernador Militar enviaban telegramas e instancias preguntand­o si se disponía de suficiente material y medios “para combatir epidemia de gripe reinante”.

En los días siguientes la Junta Local de Sanidad siguió recibiendo instruccio­nes para que se enviasen datos sobre la epidemia, sobre medidas “que sería convenient­e adoptar en evitación proliferac­ión gripe” o sobre creación en las estaciones férreas de puestos sanitarios para desinfecci­ón de viajeros enfermos.

La aparición de esta epidemia fue atribuida por el médico Leonardo Rodríguez

En medio del desconcier­to, la situación empeoraba por horas

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El antiguo Ayuntamien­to de San Roque, en la céntrica Plaza de Armas.
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Imagen de época del Palacio de los Gobernador­es.
 ??  ?? La parroquia de Santa María La Coronada.
La parroquia de Santa María La Coronada.

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