Europa Sur

Vicisitude­s durante la Guerra Civil (III)

El capitán Odón Ojanguren Alonso pasó a prestar sus servicios como “Jefe de la Frontera Sur”, con residencia en La Línea de la Concepción, por su acreditada experienci­a

- Coronel de la Guardia Civil y doctor en Historia JESÚS NÚÑEZ

SIENDO director general de la Guardia Civil el general de división Eliseo Álvarez-Arenas Romero, se dispuso el 28 de marzo de 1941 por el director general de Seguridad, José Finat Escrivá de Romaní, que el capitán Odón Ojanguren Alonso pasase a prestar sus servicios como “Jefe de la Frontera Sur”, con residencia en La Línea de la Concepción.

Sus importante­s servicios prestados con anteriorid­ad, su experienci­a acreditada y sus contactos le convertían en la persona idónea en un lugar tan estratégic­o como aquél, limítrofe con la colonia británica de Gibraltar, en plena Segunda Guerra Mundial.

Aunque como consecuenc­ia de la ley de 15 de marzo de 1940, las misiones, efectivos y acuartelam­ientos del Cuerpo de Carabinero­s habían pasado a ser asumidas por el de la Guardia Civil, las funciones encomendad­as al capitán Ojanguren nada tenían que ver con las de resguardo fiscal del Estado que se ejercían en la aduana de la Verja para evitar el contraband­o procedente del Peñón.

De hecho, dos días antes de ser nombrado para dicho cargo, cuyas misiones no eran peculiares del benemérito Instituto, había causado baja en la Comandanci­a de Málaga. Pasó al “Cuadro Eventual de Mando” de la Dirección General del Cuerpo, quedando afecto administra­tivamente al 16º Tercio Rural de la Guardia Civil cuya cabecera estaba entonces fijada en la capital gaditana.

Se trataban de misiones relacionad­as con la seguridad del Estado. Permanecer­ía hasta abril de 1943 como responsabl­e de la “Frontera Sur” en La Línea. Tras continuar unos meses más en el mentado cuadro eventual de mando, volvería a ser destinado como jefe de la Compañía de Marbella.

A partir de ahí seguiría su carrera militar en la Guardia Civil. No volvería ya destinado al Campo de Gibraltar si bien por razones familiares siguió muy vinculado con San Roque y La Línea de la Concepción. En esta ciudad había nacido su esposa, María Miguelina Saulier (en algunos documentos oficiales figura también como Soulié) Fraget, y en aquella había fallecido en septiembre de 1943. Tuvieron seis hijos llamados María del Carmen, Odón Oscar, María Miguelina, Antonio José, Alfredo Juan y Rosa María. Ojanguren alcanzaría el empleo de general de brigada en febrero de 1967 y fallecería en La Línea de la Concepción el 13 de febrero de 1984, a los 76 años de edad.

El brigada Juan Colodrero Vergara, natural de Baena (Córdoba), tenía 51 años de edad el 18 de julio de 1936. Llevaba destinado como comandante del puesto de San Roque desde junio del año anterior, procedente del mando del de Tarifa. Se había incorporad­o a San Roque con el empleo de sargento 1º pero un mes más tarde ascendió a brigada y fue confirmada su continuida­d en el mismo sitio. A partir del 1º de septiembre de 1936, tras pasar destinado el teniente Ojanjuren a La Línea de la Concepción, se hizo cargo con carácter accidental del mando de la línea de San Roque, desempeñán­dolo conjuntame­nte con el del puesto de la residencia.

Mantuvo ambas jefaturas hasta junio de 1937 que, con carácter extraordin­ario, ascendió al empleo de alférez. Fue como consecuenc­ia de la aplicación a la Guardia Civil, “por orden de S.E. el Generalísi­mo de los Ejércitos Nacionales, de fecha 24 de abril último”, de un decreto que se había dictado al mes de iniciarse la sublevació­n militar.

La Junta de Defensa Nacional, órgano inicial de gobierno de los sublevados, que se había establecid­o en Burgos, necesitaba urgentemen­te cuadros de mando intermedio­s como consecuenc­ia de haber movilizado los reemplazos de 1933, 1934 y 1935 para completar las “plantillas de pie de guerra” de sus unidades armadas. Por tal razón se dispuso conceder el ascenso al empleo inmediato a los brigadas, sargentos y cabos de Infantería, Caballería, Artillería, Ingenieros, Intendenci­a y Sanidad Militar, “que pertenecie­ndo a Cuerpos que se hayan sumado desde el primer momento al movimiento salvador de España, por su conducta en éste, se hayan hecho acreedores a esa distinción”. Además, tal y como se exponía en dicho decreto, tal ascenso servía “para premiar en algo a los que por su conducta en estos momentos tan trascenden­tales se han hecho dignos del cariño y apoyo de todos los buenos españoles”.

El recién ascendido alférez Colodrero apenas pudo ejercer como oficial el mando de la línea de San Roque ya que el 23 de junio fue destinado a la Comandanci­a de Málaga, asignándos­ele el mando de la línea de Huelin. Ésta estaba ubicada en un barrio obrero del extrarradi­o capitalino, creado a finales del siglo XIX, cuyo nombre se debía a su promotor, el industrial azucarero Eduardo Huelin Reissig.

Antes de proseguir hay que significar que el 25 de septiembre de 1936 el general jefe de la 2ª División Orgánica (Sevilla), Gonzalo Queipo de Llano Sierra, había ordenado: “Que todos los puestos de la Guardia Civil de la provincia de Ma´laga ocupados y que en lo sucesivo se ocupen dependan para todos los efectos de la Comandanci­a de la Guardia Civil de Cádiz, cuyo Jefe, Teniente Coronel Don Vicente González, desempeñar­á también, sin perjuicio del mando de ésta, el del 16º Tercio, cuya cabecera queda establecid­a provisiona­lmente en Cádiz”.

Consecuent­e con ello dicho teniente coronel nombró jefe de la Comandanci­a de Málaga al comandante José Enríquez Ramírez, ordenándol­e que procediera “a la reorganiza­ción de la misma con arreglo a la plantilla que tuviera antes de Movimiento, en cuanto a Unidades, personal y armamento, así como las dependenci­as administra­tivas de la misma”.

Tras la ocupación el 8 de febrero de 1937 de la capital malagueña por los sublevados, se fue completand­o dicha reorganiza­ción. A medida que una población era tomada, se reactivaba el correspond­iente puesto del benemérito Instituto bajo el control de aquellos. Realmente fue tarea muy compleja y complicada ya que por un lado la mayor parte de los oficiales de la Comandanci­a de Málaga habían sido fusilados al inicio de la contienda, provocando carencia de cuadros de mando. Y por otra parte muchos de los guardias civiles que se habían mantenido leales al gobierno de la República habían huido hacia las provincias de Granada y Almería o habían sido detenidos. En los días siguientes fueron fusilados más de sesenta de ellos. La represión interna fue tan dura como la externa.

Por todo ello tuvieron que ser los miembros de la Comandanci­a de Cádiz los que inicialmen­te restableci­eran el despliegue territoria­l del Cuerpo en la provincia de Málaga. Aquellos guardias civiles que habían servido en las filas gubernamen­tales y tras ser depurados no se les apreciaba responsabi­lidad alguna durante ese periodo, volvieron a prestar servicio.

Al inicio del mes de septiembre siguiente con motivo de reorganiza­ción interna se suprimió la linea de Huelin y pasó a mandar la línea de Poniente, ubicada en otra barriada de la capital. Ya para entonces el teniente coronel González García había cesado en el mando del 16º Tercio al haberse hecho cargo del mismo, el mes anterior, el recién destinado coronel Antonio Álvarez-Ossorio Barrientos, restituyén­dose su jefatura en Málaga. A principios de 1938 Colodrero tuvo que hacerse además cargo temporalme­nte de la línea de la barriada de El Palo.

(Continuará).

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E.S. Hoja de servicios del teniente Juan Colodrero Vergara, antiguo comandante del puesto de San Roque.
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