Fallece Antonio Gasset, ex director de ‘Días de cine’
El veterano periodista ha muerto a los 75 años y dejó el programa en 2007, pero se le seguía recordando
Se le recuerda por sus introducciones en el noctáumbulo Días de cine, cuando se dirigía a sus seguidores dándole la bienvenida a “politoxícómanos y algún aficionado al cine”. El maltrato horario que sufría la única revista sobre el séptimo arte en TVE le llevó a soltar ironía para reclamar el trabajo de su equipo y de la promoción siempre necesitada del más selecto celuloide.
Aunque llevaba mucho tiempo alejado de la pantalla de casa, se le seguía recordando. El periodista madrileño Antonio Gasset Dubois, que fue presentador y también director de Días de cine fallecía este miércoles a los 75 años. Su trabajo en el programa de La 2, que comenzó a dirigir en 1994, se le reconoció con un Ondas en 1997 y fue reconocido por sus compañeros de la Academia de T V en 2002 al mejor espacio divulgativo. La Academia de Cine le reconoció con el premio de Comunicación Alfonso
Sánchez en 2011. En 2007 tuvo que abandonar RTVE al formar parte del ERE por el que se daba de baja a los mayores de 52 años a cambio de una millonaria subvención para saldar las deudas del ente, convertido entonces en corporación.
Con anterioridad al formato cinematográfico había sido subdirector de Informe Semanal entre 1982 y 1993, los años más emblemáticos del espacio de reportajes de los sábados.
Cuando se le preguntaba por su apellido respondía según el momento, pero sí, era sobrino en segundo grado del filósofo José Ortega y Gasset, la principal figura del pensamiento español en el siglo XX. El fallecido periodista tuvo una vocación por el cine desde siempre y llegó a dirigir cortometrajes, como Los hábitos del incendiario, y participó en cintas como Arrebato, de Iván Zulueta. Entre sus cameos figura sus apariciones en programas donde bromeaban con sus entradillas memorables. Como crítico de cine asegura que comenzó a crear su estilo a raíz de leer desde pequeño a las firmas especializadas en periódicos y revistas. La vocación que no pudo cumplir fue la de director.
Era un exigente cinéfilo aunque en su programa tuvieron cabida autores y actores de toda índole, pero aseguraba: “el 90 por ciento del cine no me interesa lo más mínimo”. Su intención era “generar afición”, de ahí que se peleara con los directivos cuando había que trasnochar para ver su programa. Defendía el cine español y justificaba que desde la televisión pública no se podía ser cruel.
“No me gusta el cine comercial. Detesto el que le gusta a mi hijo, pero por eso no le repudio. Tiene que haber de todo”, zanjaba.