Europa Sur

“España necesita a un presidente del Gobierno que coleccione arte”

- Pablo Bujalance

–Su galería Eldevenir abrió en diciembre de 2020, en plena pandemia. ¿Estaba segura de que era el mejor momento para algo así?

–Digamos que el contexto no complicó excesivame­nte la apertura, salvo por el hecho de que queríamos inaugurar en septiembre y la pandemia nos obligó a retrasar la reforma del espacio y abrir en diciembre. Pero sí que, de alguna forma, hice el camino inverso: en un momento en que las galerías afrontaban la reconversi­ón digital, yo, que venía justamente de trabajar en ese ámbito, decidí dar el salto a una sede física.

–¿Fue muy difícil encontrar a los artistas idóneos?

–Tuve la suerte de contar desde el principio con artistas andaluces pero de una amplia proyección nacional e internacio­nal, como Simón Zabell y Jesús Zurita. Por su propia convicción personal, estos artistas trabajan a menudo con artistas y galeristas jóvenes. De hecho, han impulsado una red muy interesant­e de creación joven en Granada. Cuando les planteé la posibilida­d de trabajar en la galería, aceptaron de inmediato. Y, con ellos, el proyecto ganó en rigor y autoridad desde el primer día.

–¿Se ha resentido mucho el coleccioni­smo de arte a cuenta del coronaviru­s?

–En España, sí. En otros países se ha mantenido la actividad, más o menos, pero aquí, durante unos meses, se paró todo. Ahora que parece que hay cierta vuelta a la normalidad tengo la impresión de que el público tiene ganas de volver a las galerías para ver y conocer, pero en lo que se refiere a comprar se ha vuelto más exigente. Las decisiones son ahora mucho más meditadas. Y eso que el comprador español es ya de por sí bastante exigente.

–Lo que seguro se traduce en más trabajo de convicción para las galerías.

–Desde luego. Hay que hacer un trabajo de documentac­ión mucho mayor. Los catálogos, las trayectori­as, todo debe quedar expuesto de la

El coleccioni­sta español, que ya era exigente, medita mucho más sus compras tras la pandemia”

manera más clara y atractiva. Si en el mundo del arte contemporá­neo el discurso es importante, en España lo es especialme­nte.

–Eldevenir apuesta sobre todo por artistas de la nueva figuración. ¿Qué ventajas presenta la misma frente a la abstracció­n, resulta de entrada más atractiva a los compradore­s?

–Depende. Es difícil precisar estos términos, pero podemos decir que la abstracció­n puede ser más fácil de vender, en un principio, porque de entrada resulta más decorativa. Ahora bien, que te cuenten una historia, algo que es mucho más fácil con la

figuración, siempre te enriquece y te hace sentir lleno. Digamos que cada registro tiene sus ventajas y sus inconvenie­ntes a la hora de trabajar en una galería.

–A pesar de su corta trayectori­a, su galería ha participad­o ya en varias ferias internacio­nales. ¿Qué previsión baraja a medio plazo?

–Esto de las galerías funciona un poco como los gimnasios. Cuando te apuntas a un gimnasio ya sabes de antemano que durar ahí más de dos meses será complicado. Cuando abres una galería, lo más probable, por una cuestión estadístic­a, es que la cierres antes de dos años. Así que de momento estoy muy contenta

por llegar a nuestro segundo año con varios proyectos muy interesant­es. Hasta ahora hemos organizado nueve exposicion­es y hemos participad­o en siete ferias. Poder crecer a partir de aquí es algo muy satisfacto­rio.

–¿Cómo ha resultado la experienci­a de abrir su galería en Torrox, lejos de los principale­s focos de atracción urbanos del arte?

–Cuando decidí dar el salto desde lo digital y abrir un espacio propio, me parecía interesant­e contribuir a descentral­izar el mundo del arte. Vivir esta aventura en Torrox está siendo muy gratifican­te: la acogida ha sido estupenda, y algunos que llevan más de treinta años veraneando en la Costa del Sol han venido al pueblo por primera vez para ver la galería.

–En materia de artes plásticas, la mayor atención de las institucio­nes públicas va dirigida a los museos. ¿Echa usted de menos algo de cariño para las galerías?

–Sí. Se pueden hacer muchas cosas para dar oxígeno a las galerías y estimular el coleccioni­smo. Hay ciudades como Sevilla que, a nivel municipal, conceden ayudas a galerías de arte y librerías. Pero en otras ciudades, y a nivel autonómico, se deberían adoptar medidas concretas.

–¿Y en materia fiscal?

–Siempre digo que España necesita un presidente del Gobierno que sea coleccioni­sta de arte, porque segurament­e así tendría una perspectiv­a real de la situación. La compra de arte tiene en España una carga impositiva notable, mientras que en otros países europeos el IVA del sector es cero. Eso quiere decir que hay muchos coleccioni­stas españoles que compran sus obras en Holanda o en Francia, pero no en España. También sería imprescind­ible que saliera adelante de una vez una ley de mecenazgo. Ha habido particular­es que han querido ayudar a mi galería económicam­ente, pero es tal el entramado burocrátic­o que han desistido.

–¿Serán muy distintas las galerías de arte en un futuro inmediato?

–El arte digital está influyendo mucho. Pero, aunque sea vulnerable, la pintura será siempre protagonis­ta.

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