Málaga acelera para convertirse en el tercer polo económico tras Madrid y Barcelona
Economistas prevén que el crecimiento sea del 6,6%, superior al 5,8% nacional y al 5,9% andaluz
En un contexto mundial muy complicado –altos precios de materias primas y energía, inflación desbocada, problemas en China y Reino Unido, etc.– y con España dando signos de no terminar de despegar, Málaga se configura como una isla mucho más dinámica en lo económico que el país y Andalucía, hasta el punto de aspirar a posicionarse como tercer polo económico nacional tras Madrid y Barcelona.
Esa es una de las conclusiones del Barómetro Económico de la Provincia de Málaga correspondiente al segundo trimestre de 2021, presentado ayer viernes por el Colegio de Economistas de Málaga. La provincia crecerá, según la previsión de los economistas, un 6,6% en 2021, un porcentaje que supera en ocho décimas a la estimación para España (5,8%) y en siete la realizada para Andalucía (5,7%).
Málaga se beneficia, como señala Fernándo del Alcázar, director de estudios económicos del colegio, de un efecto rebote, ya que fue en el inicio de la pandemia de las provincias que sufrió una caída más pronunciada.
Ahora ha conseguido equilibrarse con otras zonas de España y hay datos que apuntan a que esta tendencia ascendente continuará, pese al contexto exterior. El turismo se está recuperando y, gracias a que Málaga ha sido la provincia con mayor crecimiento de visitantes nacionales, se ha llegado al 60% de la actividad de 2019 en verano. “La temporada podría haber sido mejor, pero hay una recuperación inequívoca”, afirma De Alcázar. Antonio Pedraza, presidente de la comisión financiera del colegio, asegura que hay esperanzas fundadas de que la temporada turística se prolongue, por la apertura de los mercados “cautivos” hasta ahora del Reino Unido y Alemania. Eso, afirma, ayudará a alargar el empleo temporal vinculado al turismo.
Otro de los sectores clave en la provincia, el inmobiliario, “empieza a arrancar”, afirma Del Alcázar. “Ya se ha parado la tendencia de descenso de viviendas visadas (-17%) y ahora se crece al 3%, aunque todavía hay que recuperar inversión”. A ello se le añade que el número de operaciones hipotecarias sube un 32%, las de ventas de viviendas nuevas un 6% y las de inmuebles usados un 2,9%.
También van bien las exportaciones, porque “muchas pequeñas y medianas empresas se están moviendo muy bien”, dice Pedraza, se estabiliza el volumen de sociedades mercantiles creadas y el volumen de crédito sigue creciendo, cuando en España y en Andalucía se frena.
Este dinamismo tiene sus consecuencias en el empleo. La afiliación crece el doble que la media española y si bajó un 10% en lo peor de la pandemia ahora crece un 11%, aunque con el matiz de que aún hay muchos trabajadores en ERTE y cese de actividad. Respecto a la tasa de paro, del 19,1% ahora, aún queda camino para llegar al nivel prepandemia, porque “al crear más puestos de trabajo la provincia atrae a más trabajadores y la población activa crece más”.