Dimite el canciller de Austria por las acusaciones de corrupción
● Sebastian Kurz propone que el ministro de Exteriores sea su sustituto para que siga el Gobierno de coalición con Los Verdes
El canciller federal de Austria, Sebastian Kurz, al frente de una coalición conservador-ecologista desde enero de 2020, anunció ayer su dimisión en medio de un escándalo de corrupción que le salpica a él mismo, a su círculo más íntimo de colaboradores y a su gobernante partido popular ÖVP. Le sigue al frente de la Cancillería federal el hasta ahora ministro de Exteriores, Alexander Schallenberg, propuesto por el canciller para que siga vigente la coalición con los Verdes, mientras que el propio Kurz se traslada al cargo de portavoz parlamentario del ÖVP.
“Quiero ceder el espacio para evitar el caos y garantizar la estabilidad. He propuesto al presidente federal (Alexander van der Bellen) a Alexander Schallenberg como nuevo canciller federal”, dijo Kurz en una declaración ante la prensa.
Con este paso, el hasta ahora jefe del Ejecutivo austriaco pretende mantener la coalición de Gobierno con Los Verdes y evitar que se forme una alianza en contra del ÖVP, con los ecologistas y los opositores socialdemócratas, liberales y ultraderechistas.
En cuanto a las acusaciones de la Fiscalía Anticorrupción en su contra, el ya dimitido Kurz destacó una vez más que se trata de alegaciones “falsas”.
Kurz está siendo investigado por un supuesto caso de malversación y soborno en el que se habrían usado fondos públicos para pagar a un periódico sensacionalista encuestas que beneficiaban a su formación política, informó el pasado miércoles la Fiscalía, que confirmó entonces que se había abierto una investigación contra el canciller y otras nueve personas, así como contra entidades jurídicas, ante la sospecha de un caso de malversación y soborno.
Los fiscales sospechan que el Ministerio de Finanzas habría pagado entre 2016 y 2018 a un diario de Viena para que publicara encuestas y artículos favorables al ÖVP y al propio Kurz, que era entonces responsable de Exteriores y estaba maniobrando ya para hacerse con la dirección del partido.
Se trataría, según la Fiscalía, de “encuestas exclusivamente partidistas, a veces manipuladas, de una empresa de estudios de opinión, que se usaron en interés de un partido político y de sus altos funcionarios”.