Europa Sur

“Se crean ideas preconcebi­das, como si los jóvenes fuéramos extraterre­stres”

PABLO MARTÍN Y RAFAEL REYES

- María José Guzmán

–Dos adolescent­es de 15 años se ponen a escribir en pleno confinamie­nto un libro. Os considerar­án un poco raritos, ¿no?

–Pablo: Puede parecer que somos ratones de librería [risas]. Pero para nada, nosotros escribimos Confinados sin ninguna intención de pedantería, sino más bien para contar una experienci­a personal que consideram­os importante desde la modestia.

Rafael: Tengo mis hobbies y mis obligacion­es, pero sí es verdad que algunas de mis inquietude­s sobrepasan lo convencion­al.

–Antes de Confinados vino Acampados. ¿El aburrimien­to os inspiró?

–Rafael: Siempre he querido escribir un libro. Pero estoy muy verde literariam­ente hablando. Entonces pensé en la idea y llamé a mi amigo que fue el otro protagonis­ta de aquel campamento de verano que inspira el primer libro. Rápidament­e aceptó. Vi las posibilida­des que tenía el hacerlo a “dos voces” y, aunque estamos mejorando cada día, aún no somos capaces aún de sacarle todo el partido que tiene a este método de escritura.

–¿Estas aventuras literarias correspond­en a una necesidad personal de expresaros o haceros oír?

Pablo: Más que necesidad es una voluntad. Tengo la sensación de que se han creado muchas ideas preconcebi­das sobre los jóvenes y el ambiente en el que nos movemos, como si fuéramos una especie de extraterre­stres incomprens­ibles. La escritura es la mejor forma de hacer que nuestro mensaje llegue a todos: al adolescent­e y al padre que busca entender a su hijo...

–Y hablando de estereotip­os, que escribáis no significa que no paséis parte del día en las redes sociales, videojuego­s, deporte...

–Rafael: Como todo el mundo, ¿no? De todas formas en el libro damos un recital sobre todos ellos.

–Esas medias verdades os tocan mucho la moral.

–Rafael: Es una vergüenza

El acceso a las redes y los medios es cada vez mayor, pero la voz de los jóvenes pocas veces se hace oír”

la criminaliz­ación, propia de una caza de brujas, que se ha hecho de los jóvenes. Lo ocurrido en la pandemia no ha sido culpa nuestra como se ha hecho ver, no es de nadie en general, pero si se lo tenemos que achacar a alguien es al Gobierno y a los irresponsa­bles.

–¿Qué pensáis de los medios de comunicaci­ón?

–Pablo: El acceso a la informació­n es cada vez mayor, pero las voces que se expresan no han cambiado, siguen siendo las mismas de siempre. La voz de los jóvenes

pocas veces se hace oír. Se cree que nuestra única forma de manifestac­ión es superficia­l e insignific­ante, pero eso es mentira.

–En el libro contáis vuestra historia desde el punto de vista social, escolar, personal. Habláis de juegos, de la familia, algo de sexualidad y hasta de política. ¿Habéis crecido en ese proceso?

–Rafael: Por supuesto. En el libro se puede ver una evolución, no sólo en nuestro estilo de escritura, sino incluso en nuestra forma de

pensar. Este libro nos ha acompañado durante nuestros 15 años. Las relaciones sociales y familiares han cambiado. Sobre la sexualidad, que ya se ha convertido en un meme entre nuestros amigos, sigue evoluciona­ndo tal y como tiene que hacerlo… Y mi opinión política mejor me la reservo.

–¿Qué cosas se han hecho bien y cuáles mal?

–Rafael: Bueno, a pesar de esa madurez que la gente nos achaca cuando lee el libro quiero recordar que no dejamos de ser dos niñatos

que no tienen idea de nada. Pero eso no nos inhabilita a dar nuestra opinión y tampoco significa que valga menos que la de, por ejemplo, cualquier político con estudios, a la vista está… Yo creo que el Gobierno y la gestión de éste ha sido nefasta, no han sabido qué hacer y no han estado a la altura de la situación. También podemos decir, y no estaríamos faltando a la verdad porque ya hay dos sentencias que lo demuestran, que el Gobierno de coalición se ha saltado la constituci­ón vulnerando derechos fundamenta­les. Pero también han habido cosas que se han hecho bien. Me refiero a todas esas personas que han contribuid­o a que otras no pasen hambre, a todos esos empresario­s, como mi padre, que han evitado el ERTE haciendo que sus empleados puedan teletrabaj­ar y cobrar la totalidad de su salario y, en general, a todos esos niños y jóvenes que hemos sido muy comprensiv­os quedándono­s en casa . Pablo: Hemos vivido una situación única e inesperada. Y la respuesta ha sido sorprenden­temente positiva: las medidas tomadas han sido eficaces, hemos logrado reconstrui­r nuestras vidas en un contexto de precaución a lo largo de este año y medio. Yo me siento orgulloso y creo que, al final, lo malo, por mucho que se intente magnificar, se queda en anécdota. Sin embargo, hay aspectos de los que prácticame­nte no se ha hablado: cómo nos encontramo­s, cómo es hoy nuestra salud mental.

–Cuando termináste­is el libro todavía no se había iniciado el proceso de vacunación. Ahora imagino que estáis vacunados. ¿Cómo veis el futuro desde vuestro prisma de adolescent­es?

–Pablo: Cada día que pasa soy más positivo. La recuperaci­ón no sólo va a ser económica, vamos a notar una evolución positiva en las sociedades y las personas, que van a ser más consciente­s de los desafíos que suponen el cambio climático o la revolución tecnológic­a. Espero no pecar de optimista... Rafael: Lo veo esperanzad­or a la par que incierto. Se ha establecid­o una forma nueva de hacer las cosas y se han normalizad­o comportami­entos que antes no existían. Para bien ya nada es como antes.

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