Informar de un cáncer de mama, mucho más que empatía
● Más de 33.000 mujeres recibirán el diagnóstico de esta enfermedad en 2021, una comunicación que requiere de formación y de un trabajo preparatorio por parte del especialista
Cuando acabe el año, más de 33.000 mujeres habrán sido diagnosticadas de cáncer de mama. Informar de algo así requiere no sólo de empatía, también de formación en comunicar malas noticias y de todo un trabajo preparatorio de esa primera consulta en la que la vida de las pacientes cambia para siempre.
“Aún se sigue notando el cosquilleo de ver a una paciente nueva y pensar cómo se lo vas a decir; tienes que tener mucho lenguaje visual, observar si entra nerviosa o tranquila, si viene acompañada y por quién o si viene sola”, relata Noelia Martínez Jañez, oncóloga médica de la Unidad de Patología Mamaria del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
“Es preferible buscar el momento y el sitio adecuados antes de dar el diagnóstico”, afirma Juan de la Haba, oncólogo médico del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, quien apuesta por organizar bien las agendas, aunque haya que aplazar la consulta, mucho más si lo que se va a comunicar es una recaída. “Tener tres recaídas una misma mañana es sencillamente insoportable”, zanja.
“Tienen que formarse para informar, deben preguntar y escuchar”, explica la psicooncóloga María Die Trill. “Tampoco se puede esperar que hagan de psicólogos, pero sí es importante que aprendan a gestionar la relación con la paciente” por el bienestar de ambos: dar malas noticias y estar detrás de tratamientos tan agresivos también “quema” al personal sanitario.
En el caso del cáncer de mama, del que hoy se celebra el Día Mundial, hay tres “ventajas” que juegan a favor en el momento de comunicarlo frente a otro tipo de tumores, señala esta profesional volcada desde hace años en la formación y la atención psicológica de sanitarios y pacientes.
Uno, la alta tasa de supervivencia: según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), a 5 años supera el 90%; es decir, nueve de cada diez continúan vivas 5 años después del diagnóstico. Si se detecta en un estadio precoz, alcanza el 98%.
La variedad de modalidades terapéuticas también lo hace un poco más fácil. “En la actualidad no podemos hablar de curación, pero en el futuro ya veremos porque es una enfermedad que tiene muchísima investigación detrás. El cáncer de mama está viviendo una revolución en cuanto a las expectativas de vida de las pacientes, incluso en estados avanzados”, sostiene De la Haba.
Sólo en España el Registro Español de Estudios Clínicos (REEC), dependiente de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), tiene contabilizados 329 ensayos, de los que 303 están en marcha.
“Antes estas pacientes se morían y hoy viven. Así que es más fácil transmitirlo cuando se pueden dar buenos datos”, indica la psicooncóloga.
Existe además una mayor concienciación que hace unos años. “Se ponen como una especie de coraza que les puede hacer parecer inhumanos. Hay quienes tienen un don natural, a otros les cuesta más y otros no saben porque simplemente no se les enseña, pero hoy están más concienciados”. Sin embargo, nada de ello quita dureza al proceso porque al final es como que las enfermas “tienen que ponerse malas antes de ponerse bien”.
Y “estar enfrentándose a dar malas noticias y después a poner tratamientos que dejan machacada a la gente les genera sentimientos de culpa, les hace sentirse mal”; a lo que se suman la falta de apoyo institucional, elevadas cargas asistenciales y “el no saber gestionar la parte emocional de la relación con el paciente porque no se les enseña”.