España choca en su intento por reformar el mercado eléctrico y bajar los precios
● Una docena de países, encabezados por Alemania, rechazan la propuesta del Gobierno en un Consejo de Ministros de Energía de la UE
Con mucha persistencia pero pocos apoyos, España sigue luchando para impulsar una reforma europea de los mercados del gas y la electricidad en la Unión Europea que rechazan frontalmente una docena de países liderados por Alemania, y que también aleja la Comisión Europea.
Tras meses de presión española para que la UE reaccione con medias “excepcionales y urgentes” ante la situación “excepcional” del precio del gas y el contagio que produce en el carestía de la electricidad, que los Veintisiete no quieren, España llegó con una nueva propuesta informal al consejo extraordinario de ministros de Energía, celebrado en Luxemburgo, para debatir soluciones a medio y largo plazo.
Propone, entre otros puntos, sacar el precio del gas del sistema marginalista en casos de violentas escaladas de precios como la actual, de forma que no infle el precio del megavatio eléctrico, o limitar el precio máximo al que se pude considerar el gas para ref lejarlo en el resto de tecnologías de generación, más baratas.
Por un lado, una docena de países (Alemania, Austria, Dinamarca, Luxemburgo, Estonia, Finlandia, Irlanda, Letonia, Países Bajos, Suecia, Bélgica y República Checa) rechazan que se intervenga en los mercados. “No tiene mucho sentido puesto que ya sabemos que va a haber un análisis” del mercado eléctrico y del mercado de ETS, según quedó reflejado en las conclusiones aprobadas por el Consejo Europeo de la pasada semana, declaró la secretaria de Estado española de Energía, Sara Aagesen, a su llegada a un consejo ministerial.
España cuenta con el apoyo de Francia, que también cree que debe reformarse el mercado, aunque París libra su propia batalla por que la nuclear se declare energía verde en un ámbito tan amplio, diverso e interconectado como el energético. Y Grecia, Rumanía y Portugal, alineados con Madrid en la crisis de precios en las últimas semanas, se abren a estudiar las nuevas iniciativas españolas para congelar el sistema marginalista. “Ven con buenos ojos las propuestas que hemos puesto sobre la mesa”, declaró al término de la reunión Aagesen.
La Comisión, en cambio, tampoco parece dispuesta a ese viaje porque “no está muy claro cómo un sistema con diferentes fuentes de precios funcionaría en la práctica ni si sería mejor que el diseño del sistema actual”, dijo en rueda de prensa, al término de la cita, la comisaria de Energía, Kadri Simson. “Cambiar el mercado es un riesgo en términos de predictibilidad de mercado, competitividad y transición a la energía limpia”, agregó.
Aunque en ese escrito se planteaba que la Comisión permitiera que España pudiera modificar individualmente el sistema de precios de la electricidad excepcionalmente, fuentes diplomáticas subrayan que no se debe de interpretar como un ultimátum, una medida unilateral o una amenaza.