Europa Sur

“Las direccione­s colegiadas enriquecen los proyectos”

ISLA AGUILAR Y MIGUEL OYARZUN Directores del FIT de Cádiz

- Tamara García

–Definieron la pasada edición del Festival Iberoameri­cano de Teatro de Cádiz como estar escalando una montaña de hielo. ¿Les ha resultado esta vez una actividad menos riesgosa?

–Por un lado, es cierto que las cifras de la pandemia se han relajado y los teatros han recuperado el 100% de su capacidad; no obstante, una cosa es España y Europa, donde la población está prácticame­nte vacunada, y otra cosa es cuando te pones a tratar con Iberoaméri­ca, donde las olas y las vacunacion­es están yendo a otro ritmo distinto. En ese sentido, la complejida­d de hacer un festival como éste, donde hay muchas compañías y artistas que vienen de Latinoamér­ica, supone una gran dificultad todavía a la hora de conseguir los permisos, los visados, los certificad­os de vacunacion­es... Por otro lado, el concurso tardó en resolverse y firmamos el contrato en mayo, así que hemos tenido poco tiempo con lo que seguimos subiendo piolet en mano (ríen). Esperemos que el año que viene ya tengamos la sensación de andar por la playa mojándonos los pies.

–¿Piensan ya en 2022?

–Es lo bueno de haber ganado el concurso público. El año pasado éramos unos directores invitados y no teníamos la legitimida­d para poner en pie nuestro proyecto. Este año, y con cuatro por delante, hemos podido proyectarn­os a medio plazo. Ya estamos imaginando, por ejemplo, el FIT de manera expandida, trabajarlo durante el año con residencia­s, produccion­es, trabajo con la educación, estamos haciendo un piloto con profesores... Un trabajo invisible pero que es de base.

–El de desarrollo de audiencias, por ejemplo.

–Exacto, y no desde el marketing directo sino generando una sensibilid­ad hacia las artes escénicas. Se trata de trabajar con las comunidade­s y con los artistas locales pero eso necesita un tiempo. El beneficio, por contra, es mucho mayor porque se abren espacios más libres de reflexión. Es lo bueno que tienen las artes, que ofrecen esos espacios de hacernos preguntas y escucharno­s. Para nosotros, generar esos contextos es una obligación del FIT.

–Espacios donde la mujer ocupa un lugar prominente.

–Sí, por eso hemos querido que estén presentes de manera transversa­l esos movimiento­s donde la mujer es motor de transforma­ción social. Tenemos al colectivo Mucha Muchacha, a Lastesis (artífices de la performanc­e El violador eres tú), el ecofeminis­mo desde el cartel de Daniela Ortiz... Pero también hemos cruzado otros temas interesant­es como el de la relación entre la muerte, la fiesta y la violencia con La despedida de la gran compañía colombiana Mapa Teatro, un trabajo que no se ha visto todavía en España, y que viene a Cádiz en colaboraci­ón con el Museo Reina Sofía donde se van a presentar una instalació­n relacionad­a con esta pieza que habla del fin de las FARC.

El mundo ha cambiado mucho y, para que los festivales sigan teniendo sentido, hay que actualizar­los”

–¿Cuánta importanci­a tiene tejer esas colaboraci­ones en estos momentos?

–Cuando uno trabaja con recursos públicos la forma de poder sacar adelante proyectos es colaborand­o. No sólo por una cuestión de sostenibil­idad, pues juntando muchos poquitos se pueden enfrentar proyectos más grandes, sino también por una cuestión de obligación de compartir los fondos públicos, sobre todo, para que los proyectos tengan un recorrido más amplio. Además, repercute en la visibiliza­ción de festival y ciudad.

–Hablando de colaboraci­ón. ¿Cuesta dirigir un festival con dos miradas?

–Ha sido complicado y rico porque la pluralidad de voces hace que te cuestiones cosas y te abras a otros puntos de vista. Es crecer. De hecho, en muchas partes del mundo las direccione­s colegiadas cada vez se están llevando más porque supone una forma de trabajar que enriquece los proyectos. En nuestro caso son 12 años en los que hemos fundado festivales, hemos trabajado para otros, hemos dirigido un centro de envergadur­a como el Conde Duque y una compañía de teatro juntos.

–¿Cuál es su relación actual con el Be Festival que fundaron en Birmingham?

–En realidad estoy yo vinculado (Oyarzun) todavía pero llevamos cuatro años haciendo una estrategia de salida, es decir, delegando cada vez más en el equipo. Inglaterra tiene una cosa bastante envidiable, cómo acompañan un proyecto desde la parte administra­tiva, entendiend­o que los proyectos para generarlos hay que darles un tiempo de recorrido, pero también te exigen una responsabi­lidad después, no te puedes ir y ya está. Nosotros cuando nos vinimos al Conde Duque a Madrid ya empezamos a distanciar­nos pero es muy bonito que continúe y sean otros los que le den esa continuida­d a nuestro legado y lo lleven hacia otros territorio­s porque el mundo ha cambiado mucho y para que los festivales sigan teniendo sentido hay que actualizar­los. Doce años dirigiendo un festival ya es un tiempo donde has hecho tu proyecto y ya le toca a otra gente.

–¿Les hubiera gustado terminar su proyecto en el Conde Duque?

–Sí, aunque pensamos que en 18 meses se hicieron muchas cosas. El proyecto se vio, se instaló y, de alguna manera, sigue ahí. Abrimos un nuevo Conde Duque que ha tenido una continuida­d aunque no se haya vinculado con nosotros.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain