Las defensas de los cuatro acusados del caso Ardines alegan falta de pruebas
La Fiscalía atribuye el asesinato del concejal asturiano al odio que le tenía el inductor del plan
Las defensas de los cuatro acusados del asesinato del concejal de IU de Llanes Javier Ardines alegaron ayer falta de pruebas directas y objetivas en su contra, al sostener que no hay ni testificales, ni visionado de imágenes, ni biológicas de ADN que los identifique y posicione en la parroquia de Belmonte de Pría el día del crimen, el 16 de agosto de 2018.
La Audiencia de Oviedo celebró ayer la primera sesión del juicio con jurado de las 18 previstas contra Pedro N. A., acusado de ser el inductor del crimen por celos tras descubrir que su mujer y el concejal mantenían una relación en secreto; los dos ciudadanos argelinos Djilali B. y Maamar K., acusados del asesinato material a cambio de 25.000 euros cada uno, y Jesús M., señalado como el intermediario.
En la sesión se procedió a dar lectura a los escritos de las acusaciones, que piden 25 años de prisión para cada uno de los cuatro acusados, las calificaciones provisionales de las defensas, que piden la absolución, y sólo declararon los dos supuestos sicarios.
Antes de que las defensas incidieran en la ausencia de pruebas directas que incriminen a los acusados, la fiscal ya se había dirigido al jurado para advertir de que el hecho de que no haya grabaciones de cámaras de videovigilancia o testigos del asesinato no es óbice para llegar a un veredicto de culpabilidad porque sí existen indicios suficientes.
Los ciudadanos argelinos Djilali B. y Maamar K. rechazaron que hubieran viajado alguna vez a Belmonte de Pría, la parroquia en la que residía Ardines y donde fue asesinado, a escasos metros de su casa. Djilali B. afirmó que sólo conoce a Pedro N. A. y Jesús
M. de verlos a raíz de esta causa, y que sólo tenía una relación de amistad con Maamar K. Éste se limitó a decir que tenía una relación cordial con Djilali B. hasta que la amistad se rompió cuando estando preso en Suiza se enteró de que lo había implicado en el asesinato de Ardines.
La fiscal ratificó su convicción de que Ardines fue asesinado por el “odio profundo” que sentía hacia él el presunto inductor, Pedro N. A., obsesionado por los celos que sentía desde que descubrió que su mujer y el concejal lo engañaban. Ardines sufrió una emboscada el 16 de agosto de 2018 cuando se dirigía al puerto de Llanes y tras ser rociado con un espray de pimienta fue golpeado en la cabeza con un palo o un bate de béisbol y estrangulado hasta la muerte.