En ese penar de El Puerto...
Mejor quisiera estar muerto que verme algún día en ese penar de El Puerto... Puerto de Santa María. A Juanma Castaño o a Carmina Barrios sólo les faltó gemir y arrancarse por peteneras cuando Verónica Forqué estaba en su cúspide de delirios imperativos y gritos gratuitos. Hasta Pepe Rodríguez tuvo que reconocer este lunes que en nueve años no había visto algo así en MasterChef, un caos que causaba la risa cuando se comparaban los platos elaborados por los celebrities frente al equipo junior contra quienes rivalizaban. Todo esto pasaba El Puerto, aunque una vez más TVE le quitó la mayúscula al topónimo alfonsino.
El penar ante Forqué era inaudito: tiraba las espinas reservadas por Belén López, mandaba al Guadalete el pan frito y las ortiguillas limpiadas por Miki Nadal, echaba a perder los trabajos para indignación de sus compañeros. Lágrimas y favores, porque si no echa una mano Pepe aquello hubiera acabado en asesinato. Intentaron hasta el motín y con el desconcierto se les olvidaron los polvos, con perdón, de jamón, o los aires especiados para rematar las tapas de vanguardia previstas. Por verse superado por las circunstancias, hasta el estrellado Ángel León se vio desbordado por Forqué. ¿For qué? Bustamante reconocía que no era un supermán y Castaño pedía que se lo llevaran de allí. Carmina llegó a desaparecer por unos minutos por no darle así a “Gertrudis”. Para el radiofónico todo fue una “prueba psicológica extrema”.
Los juniors volvieron a dar una lección de organización y madurez. En especial la trebujenera Aurora. Los niños crearon un menú perfecto y los mayores reflejaron el esperpéntico espejo de Verónica. Después ella misma no salía de su asombro y repartía culpas. Ella había vencido en la prueba inicial tras acumular ingredientes en El Juego de la Oca. En ese reto cayó Arkano y sus rimas. Adiós. En la eliminación final, en la que Forqué gozaba de la inmunidad, vaya, todos debían enmendar sus peores platos. El siempre impertinente Castaño, con su inquina perpetua hacia Miki, mejoró su plasta de café. Y en este trance cayó otro, el modelo Iván Sánchez, que por modos y actitud era favorito. Ay.