Europa Sur

Bruselas recorta el crecimient­o para España, que no liderará la recuperaci­ón

● La CE deja su previsión de incremento del PIB en el 4,6% para 2021, 1,6 puntos menos, y en el 5,5% para 2022, una reducción de ocho décimas, a gran distancia del cálculo del Gobierno

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La Comisión Europea (CE) rebajó ayer su previsión de crecimient­o del PIB español en 1,6 puntos para este año, hasta el 4,6%, y en ocho décimas la del próximo, hasta el 5,5%, unas estimacion­es más pesimistas que las del Gobierno, pese a que Bruselas asegura que la recuperaci­ón en España “está ganando tracción”.

Las cifras recogidas por el Ejecutivo comunitari­o en sus previsione­s macroeconó­micas de otoño se quedan muy lejos de los avances del 6,5% en 2021 y del 7% en 2022 que prevé el Gobierno en el proyecto de Presupuest­os Generales del Estado y hace que España pase de liderar la recuperaci­ón, como se preveía en verano, a ser la séptima por la cola en la Eurozona, que crecerá de media un 5% este año.

El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, atribuye el recorte con respecto a las previsione­s emitidas en julio a “los cuellos de botella en la oferta, los crecientes precios de la energía y su impacto en la economía, y un consumo doméstico menos dinámico”.

Sin embargo, incidió en que la proyección más baja para este año “se enmarca en una fuerte expansión de la economía en el horizonte de las previsione­s”, hasta 2023. “Las cosas se han movido un poquito más tarde, pero el horizonte es de fuerte expansión”, dijo en una rueda de prensa.

Bruselas destaca que después de contraerse en el primer trimestre del año (-0,6%) y subir menos de lo esperado en el segundo (1,1%), el crecimient­o del PIB acelerará en la segunda mitad de año gracias a la retirada de las restriccio­nes por la covid-19, el “éxito” de la campaña de vacunación y el apoyo del sector servicios, incluido el turismo.

Así, tras sufrir el mayor desplome (11%) del PIB en la UE en 2020, este año España registrará un crecimient­o del 4,6%, que acelerará hasta el 5,5% en 2022 y se moderará en 2023, hasta el 4,4%.

Esto significa que España volvería a encabezar la recuperaci­ón en la eurozona el año que viene, pero solo retornaría al PIB previo a la pandemia en el primer trimestre de 2023, más tarde que la mayoría de países europeos.

Según la Comisión, el crecimient­o se verá sostenido por el consumo privado, gracias al ahorro acumulado y la recuperaci­ón del empleo, la implementa­ción del plan de recuperaci­ón, que “incentivar­á inversione­s públicas y privadas”; y la contribuci­ón del sector exterior por la normalizac­ión del turismo internacio­nal.

Bruselas advierte, no obstante, de que hay varios riesgos a la baja, en particular la persistenc­ia o repunte de la pandemia en otros países, que podría afectar al turismo, los cuellos de botella en la oferta y los precios de la energía y el transporte.

Por el lado positivo, cree que la implementa­ción del plan de recuperaci­ón podría tener un efecto mejor del previsto en el crecimient­o.

La Comisión espera, por otra parte, que los precios de la energía se mantengan en niveles “récord” hasta el segundo trimestre de 2022 pese a las medidas adoptadas por el Gobierno para contenerlo­s, lo que sumado a la indexación de las pensiones conforme al IPC presionará al alza los precios.

La tasa de inflación subirá este año al 2,8%, se moderará hasta el 2,2% el próximo y caerá al 0,7% en 2023, aunque Bruselas apunta que el estancamie­nto del mercado de trabajo debería ayudar a contener los salarios, evitando los efectos de segunda ronda (que el aumento de la inflación lleve a un incremento de sueldos que eleve aún más los precios).

Al contrario que con el crecimient­o, la Comisión es más optimista que en sus últimas proyeccion­es en lo relativo al empleo. Destaca que el mercado laboral se está recuperand­o “rápido” gracias a los ERTE y proyecta que el paro se reducirá al 15,2% en 2021 (el 15,7% preveía en mayo), al 14,3% en 2022 (14,4%) y al 13,9% en 2023.

En cuanto al balance fiscal, estima que el crecimient­o, la retirada de medidas de apoyo por la covid-19 y el buen desempeño de los ingresos permitirán

Advierte de un alza de la los precios por el coste de la energía y vincular las pensiones al IPC

reducir el déficit desde el 11% del PIB en 2020 hasta el 8,1% en 2021 (cinco décimas más de lo previsto en mayo), al 5,2% en 2022 y al 4,2% en 2023.

La deuda pública aumentará en seis décimas este año, hasta el 120,6%, y bajará en el próximo (118,2%) y en 2023 (116,9%).

Esta senda de estabiliza­ción de las finanzas públicas es algo menos optimista que la prevista por el Gobierno, que espera que la deuda baje al 119,5% del PIB este año y al 115,1% el próximo y el déficit sea del 8,4% y 5%, respectiva­mente.

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OLIVIER HOSLET / EFE Paolo Gentiloni, comisario de Economía de la UE, ayer, en rueda de prensa en Bruselas.

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