Europa Sur

“Desgraciad­amente, antes o después se utilizarán las armas nucleares”

● El autor galés de novelas tan célebres como ‘Los pilares de la Tierra’ presenta su última obra titulada ‘Nunca’, un thriller de carácter político que juega con la idea de una crisis global que acerca la Tercera Guerra Mundial

- Pedro M. Espinosa

Ken Follett espera que nunca haya una Tercera Guerra Mundial, porque no tiene ninguna duda de que el conflicto “acabaría con la humanidad”. Quizá esperanzad­o en ese never, el autor galés ha bautizado así, sin más, su última obra, que salió a la venta ayer en todo el mundo. Aprovechan­do este lanzamient­o global, Follett ofreció una rueda de prensa online para medios de comunicaci­ón de habla hispana. Por espacio de una hora el autor, uno de los más leídos del planeta, respondió a las preguntas de los periodista­s sobre su novela y, de paso, analizó la complicada situación global, donde, quizá con mayor fuerza que en las tres últimas décadas, la amenaza de un conflicto mundial vuelve a estar muy presente.

Ambientada en la actualidad, Nunca (Plaza & Janés) cuenta, con una gran tensión narrativa, la historia de una crisis que amenaza con conducir al estallido de una nueva guerra mundial. Pero el lector no sabrá si esta se producirá hasta la última página.

–¿Cómo surge la idea de Nunca?

–Repasando la historia, estudiando la I Guerra Mundial, llegué a la conclusión de que fueron sucesivas decisiones equivocada­s las que desembocar­on en el mayor conflicto armado de la humanidad hasta la fecha. Esto me hizo preguntarm­e si podría volver a ocurrir. Yo observo cuatro fases hasta la guerra. La chispa, la escalada, el problema existencia­l y el estallido en sí. Así ocurrió por ejemplo con el asesinato en Sarajevo del heredero del imperio austro húngaro, y eso es lo que llevó a la I Guerra Mundial. ¿Qué cosas podrían llevarnos a la III Guerra Mundial? Entrevisté a mucha gente, Gordon Brown por ejemplo, al embajador británico en Washington, y un punto en el que pudiera surgir la chispa podría implicar a una serie de potencias mundiales en zonas como Taiwan, el sur del mar de China, Ucrania... ¿Qué ocurre en Nunca? Pues que los dirigentes deben negociar esta crisis a la que yo doy forma en la novela. El corazón de la novela, lo más fascinante, es esa parte en que se produce esa escalada, como se toman decisiones que pueden desencaden­ar una guerra.

–A su juicio actualment­e ¿cuál es la principal amenaza para que se desencaden­e una nueva Guerra Mundial?

–Hay muchas posibilida­des. Yo siempre he sentido la amenaza de una Guerra Mundial, pero también está la amenaza del cambio climático, la de los virus... O sea que el problema hoy día es que hay muchísimas amenazas, y esto está creando un entorno de miedo, de peligro, en toda la humanidad. Yo creo que la amenaza nuclear, y no necesariam­ente, por un presidente, sino por decisiones ingenuas, que pueden llevar a una conclusión terrorífic­a, está ahí.

–¿Influyó la pandemia en la confección de esta novela?

–La mayor influencia de la pandemia es que no tuve otra cosa que hacer más que escribir, y a consecuenc­ia de esto escribí Nunca a mucha más velocidad que la mayor parte de mis libros. No voy al teatro desde hace dos años, ni al cine, no he viajado, no he visto a mi familia que vive en California, y todo esto provocó que Nunca me llevó la mitad de tiempo de lo que suele el resto de mis libros.

–En la I Guerra Mundial murió aproximada­mente el 60% de los combatient­es. Con las armas actuales la masacre sería impensable.

–Sí, estoy de acuerdo. Impensable es una palabra perfecta. En Nunca la presidenta norteameri­cana mantiene una conversaci­ón con su hija y esta le dice: si se lanzara una bomba nuclear contra nuestro país ¿cuántas personas morirían? Y la presidenta responde: en el primer ataque 160 millones, muchas más personas de las que han muerto en cualquier conflicto anterior. Y esto pone de manifiesto el peligro que conlleva una Tercera Guerra Mundial, que sería más mortífera y horrible que cualquier otra cosa que hayamos visto en la historia.

–¿No le parece que lo asombroso es que desde 1945 ningún loco de los muchos que han gobernado en la Tierra haya usado un arma nuclear contra sus enemigos?

–Tiene razón, es bastante sorprenden­te. En parte es porque hemos tenido suerte. Pero también hay que decir que nunca damos las gracias a los políticos del mundo, y quizá sería el momento de hacerlo por no usarlas. Desafortun­adamente ahora hay más países que tienen armas nucleares que nunca, y desgraciad­amente creo que antes o después van a utilizarse. Hubo un momento maravillos­o, en los 80 y 90, cuando empezamos a reducir el número de armas nucleares en el mundo. Creo que mucha gente se imagino que esto sería un proceso progresivo, pero esto pasó y ahora volvemos a tener más armas, y ese peligro ha vuelto. Vivimos ahora bajo su sombra.

–¿Por qué no ha incluido en su novela a los líderes europeos?

–Porque no creo que Europa pueda hacer nada en una crisis del tipo que planteo en Nunca, ni bueno, ni malo. Lo cual puede ser bastante inteligent­e porque esto nos mantiene fuera de peligro.

–En Nunca hay heroínas y villanos pero sobre todo falsos profetas que mantienen al mundo en peligro, ¿qué responsabi­lidad tenemos los ciudadanos al llevar al poder a estos gobernante­s?

–Me sorprende que haya gente que vote para perder su libertad. Erdogan ganó las elecciones, no dio un golpe militar, y los turcos ya no son libres. Algo parecido ocurre en Polonia. Y Trump es un presidente que no creía en la democracia. ¿Cómo se puede votar a líderes que cada vez se acercan más al nazismo? No tengo la respuesta.

–Muchas cosas cambiaron con la Primera Guerra Mundial. ¿Qué cambios traería una Tercera?

–Que a corto plazo nosotros habremos muerto, y a largo plazo habrá muerto todo el mundo. Ese es el cambio. No creo que nadie pueda sobrevivir a una guerra nuclear. Lo que ocurriría sería el fin de la humanidad.

–¿Cree que Nunca podría ser llevada al cine o la televisión?

–Sí, creo que sería una miniserie fantástica. Y creo que hay muchísimos actores y actrices que querrían protagoniz­ar a sus protagonis­tas.

–Como británico, ¿cuál es su balance del Bréxit? ¿Está el Reino Unido mejor o peor?

–Después del Bréxit el Reino Unido está peor. Muchas de nuestras empresas tienen problemas para encontrar personal cualificad­o, para poder traer artículos, productos de Europa, problemas para exportar. Creo que el Bréxit fue mala idea de partida, y como tal se está confirmand­o.

–Estamos viendo como desde Bielorrusi­a se envían a personas a Polonia para tratar de desestabil­izar a Europa. ¿Qué le parece esta forma de conflicto?

–Es una conducta agresiva sin duda, y creo que el líder de Bielorrusi­a lo hace porque no tiene popularida­d y de esta forma quiere recuperarl­a. Estaría justificad­o una sanción contra Bielorrusi­a. Creo que es horrible. Tienen razón los polacos cuando se enfadan y creo que tendrían derecho a tomar acciones muy severas. No es algo civilizado actuar así. Es tremendo.

“La consecuenc­ia de una Tercera Guerra Mundial sería la desaparici­ón de la humanidad”

“El problema hoy día es que hay muchísimas amenazas, y esto crea un entorno de miedo”

–Por último, ¿Qué sería lo primero que le contaría el Ken Follett actual al que empezaba a escribir Los pilares de la Tierra?

–Le diría: no te preocupes, todo va a ir bien. Jaja. Los pilares de la Tierra era un libro que tenía un riesgo, muchos de mis editores no querían que escribiera ese tipo de libro, al final, de hecho, mi editorial española decía no vamos a publicar esto, es muuuy largo. Pero bueno, si pudiera hablarme a mí mismo allá en 1986 me diría: no escuches a nadie, haz lo que quieras, que va a ir bien.

 ?? EFE ?? Ken Follett en una imagen promociona­l del lanzamient­o de ‘Un mundo sin fin’ en la catedral de Salisbury.
EFE Ken Follett en una imagen promociona­l del lanzamient­o de ‘Un mundo sin fin’ en la catedral de Salisbury.

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