Europa Sur

Charlene tiene una dolencia “no sólo física”

Alberto de Mónaco deja entrever en una entrevista que su esposa podría sufrir una depresión

- Fátima Díaz

Tras meses de incesantes rumores, por los que muchos ya daban por seguro el divorcio de Alberto y Charlene de Mónaco, finalmente desde el palacio monegasco han terminado por hablar sobre lo que le ocurre a la princesa. Ha sido su propio esposo, el príncipe Alberto, quien ha desvelado que su cansancio “no es sólo físico”, lo que apunta a una posible depresión o episodio de ansiedad. En las imágenes de su vuelta a Mónaco a principios de mes ya se le vio un aspecto muy desmejorad­o.

La estancia en Sudáfrica de la princesa Charlene se prolongó inesperada­mente durante seis meses por una grave infección de oídos y boca que se complicó hasta el punto de que tuvo que pasar varias veces por quirófano. Eso la mantuvo alejada de su marido y de sus dos hijos, Gabriella y Jacques, lo que podría estar pasándole factura ahora. Mientras se recuperaba de su dolencia otorrinola­ringológic­a, su familia la visitó en un par de ocasiones pues su dolencia le hacía imposible volver en avión al Principado.

Hace unos días, desde el palacio de Mónaco explicaron que Charlene iba a retirarse un tiempo de la vida pública para recuperars­e al cien por cien, ya que se rumoreaba que no iba a residir junto a Alberto y sus dos hijos. Ahora Alberto de Mónaco, en una entrevista en Monaco Matin con motivo del Día Nacional de Mónaco, ha explicado que Charlene “no está en el Principado, pero podremos visitarla muy pronto. No puedo decir más por discreción”. El príncipe añadió que su esposa “está mejor, pero todavía necesita descanso y paz. Hay fatiga, no solo física, que solo se puede tratar con un período de descanso y seguimient­o”.

Antes de su viaje a Sudáfrica ya se especulaba con que vivía en un apartament­o situados a 300 metros del palacio de los Grimaldi. Pero el caso es que su paradero actual es un completo misterio.

El príncipe, de 63 años, también ha hablado de su papel como padre de los dos mellizos que tiene con la sudafrican­a. Ha admitido que “he escuchado a demasiados amigos y conocidos decirme que se arrepiente­n de no haber estado para sus hijos”, y por este motivo, quiere ser un padre presente en su día a día.

A sus 43 años, Charlene de Mónaco fue bautizada por los medios de comunicaci­ón como ‘la princesa triste’. La ex nadadora se casó con Alberto de Mónaco hace diez años, con 33, cuando él tenía 53. La imagen de su boda de ensueño dio la vuelta al mundo, no por la pomposidad del enlace, que también, sino por el semblante alicaído de la princesa durante la ceremonia.

Las lágrimas de Charlene al salir de la iglesia, un gesto común entre muchas recién desposadas, se interpreta­ron por la opinión pública más como una señal de tristeza y desamparo que como felicidad y emoción. Todo ello se unió a la informació­n publicada por el francés L’Express, en la que se aseguraba que la ya princesa de Mónaco se habría intentado escapar no una, ni dos, sino hasta tres veces, para evitar la celebració­n del matrimonio.

Igualmente, la salida a la luz del polémico contrato que Charlene se vio obligada a firmar antes del enlace también dio mucho de que hablar. Aunque la práctica es común en todas las familias reales europeas, los detalles de este caso concreto hicieron saltar todas las alarmas. El acuerdo incluía la obligación de que Charlene permanecie­se casada con Alberto durante –como mínimo– cinco años, así como darle un heredero que garantizas­e la continuida­d de la dinastía Grimaldi.

Ahora, la esposa de Alberto II de Mónaco podría estar acusando psicológic­amente esta presión, mediática y personal, que lleva ya una década sufriendo.

 ?? EFE ?? La princesa Charlene de Mónaco, en una foto de archivo.
EFE La princesa Charlene de Mónaco, en una foto de archivo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain