Aulas ATAL: Un puente para lograr integrar al alumno inmigrante
El programa autonómico enseña el español a menores estudiantes que no hablan el idioma en diversos centros de Códoba
“Lo más difícil es que confíen en ti. Vienen de sufrir y aquí ven que pueden contar contigo”. Es parte del relato que ofrece Toñi Ariza, una de las diez profesoras de Córdoba de ATAL, esto es, una profesional encargada del aula temporal de adaptación lingüística. Se trata de un servicio que ofrece la Consejería de Educación a aquellos menores extranjeros con el fin principal de que obtengan un pronto aprendizaje del español y, así facilitar su integración en la comunidad educativa.
Este curso Toñi, que lleva ya 11 años como docente en este programa, da clases en cinco centros educativos de la capital cordobesa: los institutos de Secundaria Maimónides, Góngora, López Neyra y los colegios Torre Malmuerta y Caballeros de Santiago. A su juicio, el de ATAL es un programa que “tiene mucha demanda” dada la constante presencia de alumnado extranjero que llega a Córdoba.
Según los datos facilitados por la Delegación de Educación, esta decena de profesores realizan su labor en 62 centros de la provincia de Córdoba. En total, este curso, se atiende a 111 alumnos de 21 nacionalidades. La mayoría procede de Marruecos (40%), Rumania (18%) y Georgia (11,7%), pero es significativa también la presencia de estudiantes que llegan desde China (6,3%), Afganistán (3,6%), Argelia (2,7) y Moldavia (2,7%).
Es una medida que tiene una duración de un curso académico, aunque se puede ampliar a dos bajo petición del equipo directivo de los centros, siempre y cuando el alumnado se haya incorporado tardíamente al curso escolar o no se hayan cumplido los objetivos el primer año debido a enfermedad o absentismo.
En las aulas se trabaja la competencia lingüística, para lo que se realiza una primera evaluación inicial para determinar el nivel de competencia a partir del que se lleva a cabo un plan de trabajo. Desde Educación destacan que “la necesaria progresión competencial del alumnado se debe corresponder con una efectiva disminución del número de horas de asistencia a los grupos de apoyo y una mayor presencia en el aula ordinaria”.
Y ese es el trabajo que realiza Toñi Ariza, quien explica que atienden al alumnado “cuando no tienen conocimiento de la lengua española para acceder a la formación”. Pero no solo lleva a cabo esta labor, porque también facilitan el trabajo al profesorado de cada centro para que acompañen a los estudiantes. En todos estos años como docente, Ariza alude a la llegada en los últimos años de un más que elevado número de estudiantes de Europa del Este. En su mayoría, anota, se trata de personas que llegaron a Córdoba y que han llamado a sus familias una vez que han encontrado recursos.
Además del inglés, el español es la lengua que utiliza en sus clases, además de símbolos comunes, aunque después de tanto tiempo ha logrado aprender a saludar ya “en muchos idiomas”, confiesa.
Otra profesora, María Luisa Martos, detalla que “nuestro trabajo tiene varias funciones y la más asidua es la enseñanza de español, pero también de integración en las aulas y la orientación al resto del profesorado, al que facilitamos material para trabajar”.