La Audiencia absuelve a los policías del caso Santa María
La sentencia explica que los agentes golpearon con las porras al detenido en la cabeza en legítima defensa
La Audiencia Provincial ha absuelto a los cuatro policías nacionales acusados de matar a Juan Antonio Martínez, un hombre natural de Albacete afincado en Cádiz, durante su detención el 4 de abril de 2015. La sentencia exculpatoria se hizo pública ayer tras el veredicto de inocencia que emitió hace algo más de un mes un tribunal popular. La resolución judicial expone que los agentes procesados golpearon al detenido en la cabeza con sus defensas reglamentarias, si bien argumenta que actuaron en legítima defensa y en el deber del cumplimiento de sus funciones.
Queda probado así que sobre las 6:30 de la mañana del 4 de abril de 2015, Juan Antonio se encontraba en las inmediaciones de la calle Santa María de Cádiz cuando se dirigió hacia un vecino con un destornillador-punzón en la mano mientras gritaba expresiones incoherentes. Juan Antonio, continúa la sentencia, persiguió a ese vecino, que salió corriendo hasta la Cárcel Vieja, desde donde llamó al 091.
Se persona una patrulla compuesta por dos policías nacionales (dos de los acusados), que ante la amenaza de Juan Antonio –venid para acá que os voy a pinchar”– solicitaron la ayuda de otra dotación. Los intervinientes se aproximaron a él y lo requirieron para que tirase el destornillador que llevaba, “pero éste no hizo caso y lo esgrimió en varias ocasiones” contra los cuatro policías.
En una de esas ocasiones, se abalanzó sobre un agente y le lanzó un golpe con el punzón a la altura del cuello. El policía trató de esquivar el ataque, lo que logró en parte, si bien fue alcanzado a la altura del mentón y cayó de espaldas al suelo. Juan Antonio intentó aprovechar esas circunstancias para lanzarse nuevamente sobre ese policía, sin embargo, sus tres compañeros intervinieron a fin de evitar que lo volviera a agredir. Fue entonces cuando Juan Antonio “dio varios golpes con el destornillador a otro agente en el tronco que impactaron en su chaleco antibalas”.
A continuación, Juan Antonio se abalanzó con el punzón hacia otro agente, que retrocedió, perdió el equilibrio y cayó sobre una tarima de madera. A causa de este impacto, el policía se fracturó el hombro.
“Toda vez que Juan Antonio seguía acometiendo con el destornillador a los cuatro acusados, estos, para defenderse de los ataques que ponían en peligro sus vidas e integridad física y reducirlo sin que pudieran haberlo hecho de otra forma menos agresiva, lo golpearon con las defensas reglamentarias, impactando varios golpes en la cabeza del detenido”, expone la sentencia.
Juan Antonio sufrió en el parietal derecho dos heridas contusas; otras dos en la región medio frontal izquierda; dos heridas contusas en la región suprafilial izquierda y diversos hematomas con infiltrado hemorrágico y rotura de fibras musculares.
Uno los policías encausados logró acercarse por detrás, agarrarlo y en el forcejeo cayeron ambos de cara sobre la tarima de madera, lo que aprovecharon dos de los agentes intervinientes para colocarle al detenido dos grilletes, “dado que se resistía con gran energía”.
Mientras que los acusados lo reducían en el suelo, “Juan Antonio falleció a consecuencia de la hemorragia subaracnoidea postraumática que le produjeron los golpes con las defensas recibidos en la cabeza”. Después, un policía le realizó, sin éxito, maniobras de recuperación cardiopulmonar.