Los médicos tampoco tienen un futuro
● Los sanitarios critican su estado de inestabilidad tras haber renovado los “contratos Covid” por meses
Desde que en marzo de 2020 estalló la pandemia, las comunidades autónomas llegaron a formalizar unos 90.000 contratos para reforzar el personal sanitario, buena parte de los cuales sirvieron para “fidelizar” a trabajadores que salían y entraban de los centros de salud y los hospitales con contratos temporales. Pasado el abismo de las hospitalizaciones y las muertes causadas por el coronavirus, la temporalidad de los sanitarios continúa. Muchos siguen yéndose. Ni siquiera los médicos tienen un futuro.
A medida que la alerta sanitaria ha ido mitigando, la mayoría de las administraciones autonómicas ha dejado de renovar de forma paulatina los contratos firmados a lo largo de la emergencia sanitaria. Para los afectados esta nueva merma del personal supone una “oportunidad perdida” de reforzar unas plantillas que, denuncian los colectivos médicos, llevan años diezmadas y sin posibilidad de ofrecer la atención merecida. En Andalucía fue un día “la joya de la corona”.
Según el sindicato CSIF, el sector sanitario ha perdido en los últimos tres meses más de 50.000 empleos en toda España –13.311 en septiembre, 36.252 en octubre y ahora 8.973 en noviembre–, unos datos que podrían ir a peor si, como parece que sucederá, los gobiernos autonómicos prescinden en el próximo año de más trabajadores además de los ya producidos.
En el caso de Andalucía, al comienzo de la pandemia se realizaron 20.000 contratos vinculados a la emergencia sanitaria de la pandemia. El pasado 31 de octubre expiraron 8.000 de ellos, la mayoría correspondientes a las categorías de auxiliares administrativos y celadores. Según el Gobierno de la Junta, casi el 100% de los médicos y El 66% de los enfermeros han renovado, sí, pero por un periodo de seis meses, es decir, hasta abril de 2022, informó Efe. La precariedad acecha también a los profesionales sanitarios, cebándose principalmente con la población más joven.
Julia Lanceros, de 31 años, es internista y tiene lo que en el gremio denominan un “contrato Covid” en el Hospital Puerta del Mar de Cádiz. Lo obtuvo nada más terminar su estado de residencia en Sevilla, ya que su último año de MIR coincidió con el de la pandemia. Lanceros vive con incertidumbre su situación, pero venía preparada para una realidad que considera cronificada en los hospitales andaluces. La situación es crítica.
“Nunca he tenido confianza en el sistema, sabía que no iba a tener grandes contratos y estabilidad al acabar la carrera. Con la pandemia pensé que tendría más posibilidades, pero ya a finales de octubre vi mucha incertidumbre. A mí me renovaron 6 meses por última vez pero varios de mis compañeros sólo firmaron por otro mes. Hasta el último día estás sin saber si mañana vas a poder ir a trabajar”, cuenta.
Una situación que acaba afectando a las decisiones vitales. “Cualquiera que quiera asentarse, casarse o formar una familia... No es lo mismo ver que vas a estar en un trabajo fijo que no saber si en un mes te va a tener que ir a la calle y vas a tener que hacer un trabajo en otra provincia o incluso en otra comunidad. Eso está claro que dificulta la conciliación”, lamenta.
La internista cree que más allá del coronavirus, los hospitales viven una situación general de saturación heredada desde antes de la pandemia. “La gente está trabajando por encima de lo que debería. Hace tiempo que no se cubren jubilaciones, que no se renuevan contratos... Ya partíamos de una carencia de personal sanitario, no solo de médicos”.
Por eso cree una oportunidad perdida que en los próximos meses no se estabilice el empleo sanitario. “La pandemia nos ha hecho aprender muchas cosas pero también se nos olvidan muy pronto”, lamenta.
Julia Lanceros Médico internista en Cádiz Hasta el último día estás sin saber si mañana vas a poder ir a trabajar”