La erupción de Cumbre Vieja se convierte en la más larga en La Palma
El volcán cumplió ayer 85 días de actividad, uno de los periodos más duraderos registrados en España A mediodía se observó una salida importante de lava que discurrió sobre coladas anteriores
La erupción del volcán de Cumbre Vieja cumplió ayer 85 días de actividad, con lo que se convierte en la más larga de las que se tienen noticias en La Palma y una de las más duraderas de las registradas en España, aunque muy lejos aún del Timanfaya, en Lanzarote, que en el siglo XVIII estuvo activo durante seis años.
Ayer, la ceniza que volvió a emitir el volcán cesó después de que se registraran a mediodía pulsos de fuerte intensificación en el tremor y expulsara bombas volcánicas en la vertiente este.
La portavoz científica del Plan de Emergencias por Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca), María José Blanco, informó de que también paró el rugido del volcán, que después de 36 horas con una actividad “bastante tranquila” y sin mucha emisión de lava experimentó ayer, sobre las 13:00, “un pulso muy claro” en la señal del tremor volcánico, que estuvo acompañado de emisión de cenizas, de un sonido continuo y de eyección de bombas volcánicas.
También se produjo un pequeño desbordamiento hacia el norte de la colada preexistente que transcurre sobre coladas anteriores.
A este respecto, el director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende,
indicó que se ha observado una salida “importante” de lava que, en principio, discurre por coladas anteriores, y que está siendo monitorizada por la Unidad Militar de Emergencias (UME) con el fin de poder obtener más datos.
“Es importante saber si ha cesado en su impulso energético o continúa”, manifestó Morcuende, quien indicó que, no obstante, el tremor en estos momentos es bajo y cesó la emisión de gases, tal y como se podía ver desde Tajuya.
Antes de que se produjera esta de cenizas, se reprodujo la misma dinámica que en los últimos días, sobre todo en lo referido a la presencia de gases, como dióxido de azufre, monóxido de carbono y dióxido de carbono, al sur de la erupción, zona que está evacuada.
Todo esto hace que la mayoría de los días las personas que vivían en los barrios de Las Manchas, Las Norias y La Bombilla no puedan acceder a sus casas para limpiarlas de ceniza.
El motivo es que los niveles alcanzados de estos gases son “muy altos” en determinados momentos y perjudiciales para la salud, precisó Morcuende.
En total hay 547 personas albergadas en hoteles y 43 personas dependientes en centros sociosanitarios; 1.188 hectáreas afectadas y los deltas tienen 48,5 hectáreas, mientras que la anchura máxima entre coladas se mantiene en 3.350 metros.
Hay 1.642 edificaciones destruidas, entre las que se encuentran 1.314 viviendas de uso particular, según datos del catastro, si bien el satélite Copernicus contabilizó 3.046 edificaciones o construcciones destruidas.
Sobre las coladas, precisó que la nueve experimentó un ligero ensanche hacia el sur, zona que, al menos hasta justo antes que se intensificara el tremor, era la que estaba recibiendo la mayor parte de la energía procedente del cono a través, fundamentalmente, de tubos lávicos con varios jameos.