Un “fatal accidente” pudo causar la muerte del joven Pablo Sierra
● El hallazgo del cuerpo en aguas del río Guadiana, cerca del lugar donde fue encontrado su móvil, pone fin a 15 días de incertidumbre
El hallazgo del cuerpo sin vida del joven Pablo Sierra en aguas del río Guadiana ha despejado trágicamente la incertidumbre de su desaparición hace 15 días y, mientras no se conozcan los resultados de la autopsia, la línea de investigación “más consistente” apunta a “un fatal accidente”.
A las 10:00 de ayer, según relató en una rueda de prensa la delegada del Gobierno de Extremadura, Yolanda García Seco, uno de los perros que participaba desde una embarcación de búsqueda “marcaba” el cadáver, que flotaba cerca de la ribera donde horas después de su desaparición, el pasado día 2, fue encontrado su móvil.
Natural de Zorita (Badajoz), donde residen sus padres, Pablo, de 21 años, estudiaba Matemáticas en la Universidad de Extremadura y se alojaba en la residencia universitaria de Badajoz. Desde el día de su desaparición, la línea “más consistente” estaba relacionada con “un fatal accidente” cuando Pablo, al parecer, se dirigía a la residencia y por motivos que se desconocen se dirigió hacia el río, apuntaron responsables de la investigación realizada por Policía Nacional y Guardia Civil.
No obstante, la investigación abrió diversas líneas de trabajo, desde la visualización de cámaras de seguridad en numerosos lugares de la capital pacense y el análisis de móviles que permitieran obtener alguna información a la toma de declaración de posibles testigos y de personas que “creían haber visto a Pablo”.
“No se han escatimado horas de trabajo ni medios”, remarcó García Seco, quien reconoció la labor “sin descanso” de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, que han “batido toda la ciudad” y el río, con la participación de Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, bomberos, Cruz Roja y Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), así como unidades caninas.
Al inicio de la investigación ya se barajó la posibilidad de que, en el caso de que el cuerpo sin vida de Pablo Sierra estuviera en el río, cuya aguas han ofrecido estos días temperaturas muy bajas, el cadáver tardaría en salir a f lote alrededor de 15 días, como ha ocurrido.
Hasta que no se conozca el resultado de la autopsia, la investigación “seguirá abierta” y se mantendrá el secreto judicial de las actuaciones, remarcaron desde Policía Nacional y Guardia Civil, que mantienen la prudencia que exige estos casos, muy especialmente por respeto a la familia.
Las muestras de dolor, recuerdo y pésame han sido constantes desde todos los ámbitos de la sociedad pacense y extremeña.
La Universidad de Extremadura y el Consejo de la Juventud se han sumado al dolor de la familia y trasladado sus condolencias, como así lo han hecho también los compañeros de Pablo de la residencia, que se acercaron hasta el Instituto de Medicina Legal para depositar velas encendidas.