La UE rechaza una respuesta sobre el precio de la energía
Las profundas discrepancias entre los estados comunitarios impiden alcanzar un pacto para frenar las notables subidas
La Unión Europea dejará pasar 2021 sin haber logrado consensuar una respuesta coordinada a la notable subida de los precios de la energía, que durante los últimos meses han alcanzado cotas históricas debido principalmente al aumento del precio del gas.
Las profundas discrepancias entre los Veintisiete han provocado que las reuniones, tanto a nivel de líderes como de ministros del ramo, impulsadas desde inicios de otoño en parte por España como uno de los países más afectados, no hayan derivado en una postura común del bloque.
El último capítulo fue la cumbre del jueves, de la que los jefes de Estado y de Gobierno de la UE salieron sin un texto de conclusiones tras un debate que llegó a ser “apasionado”, según tildaron fuentes comunitarias incluso antes de que las negociaciones descarrilaran.
El bloque se divide en la superficie entre los países que conciben la crisis como un fenómeno temporal, como Alemania o Países Bajos, y los otros, como España o Francia, que piden una revisión profunda del sistema y medidas ambiciosas como impulsar las compras conjuntas de gas o reforzar las reservas estratégicas de este recurso.
La complejidad del asunto provoca que por debajo se entrelacen multitud de intereses distintos que generan que algunas delegaciones estén coordinadas en unos aspectos pero enfrentadas en otros.
Por ejemplo, Madrid ha encontrado en París a su principal aliado en la crítica al sistema de fijación de precios en el mercado eléctrico en el que se impone el de la tecnología más cara, pero ambos discrepan en otro de los puntos que ha estallado en las últimas conversaciones: la futura clasificación que la UE dará a la energía nuclear.
El presidente francés, Emmanuel Macron, renovó recientemente la apuesta de su país por esta tecnología, pero el Gobierno español cree que no puede ser considerada sostenible en la decisión que debe tomar la Comisión Europea y que se espera antes de que acabe el año. Alemania mantiene en este punto la misma posición que España, pero presiona para que el gas salga beneficiado en la llamada “taxonomía”, algo que no ven con buenos ojos España.
España y Francia discuten sobre la clasificación que debe recibir la energía nuclear