Europa Sur

Europa pregunta por su futuro

12 andaluces forman parte de una práctica pionera de participac­ión ciudadana en la que habitantes de la UE acuerdan medidas que serán impulsadas por Bruselas

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Los casi 450 millones de ciudadanos de la Unión Europea tienen una oportunida­d cada cinco años para pronunciar­se, para, en cierta forma, dar su opinión. Lo hacen a través de su voto en las elecciones al Parlamento Europeo, que es la única de las institucio­nes de la UE que se elige por sufragio directo. Los próximos comicios serán en 2024, pero hay varios cientos de europeos que se han adelantado al proceso electoral y se han implicado de una forma inédita, hasta ahora, en la elaboració­n de políticas públicas. Entre ellos hay 12 andaluces, que llevan desde julio inmersos en la Conferenci­a sobre el Futuro de Europa, un proyecto que se ideó hace un par de años y que comenzó formalment­e en la pasada primavera. Poco después una empresa dedicada a las encuestas se puso en contacto con la sevillana Teresa Moreno, que cree que la Unión Europea es “lo mejor que le ha pasado a España y a Andalucía en mucho tiempo” y es una de esas 800 afortunada­s que está inmersa en esta iniciativa de participac­ión ciudadana que en Bruselas quieren utilizar para definir sus líneas maestras en las próximas décadas.

Moreno, abogada de profesión, ha puesto su granito de arena dentro del área que le ha tocado en suerte, la renovación de las institucio­nes de la UE, dentro del panel que el fin de semana del 10 al 12 de diciembre se ha reunido en Florencia, que lleva como nombre Democracia europea, Valores y derechos; Estado de derecho y seguridad. Por su formación, esta sevillana ha podido hacer aportacion­es desde un punto de vista técnico, pero tener estudios superiores no era un requisito para participar, ya que el objetivo de la UE era contar con todos los puntos de vista posibles. La delegación andaluza es ejemplo, ya que en la docena de participan­tes hay desde un estudiante cordobés de Ingeniería con 18 años a un cocinero de una zona rural de Jaén con 57.

“Al final las preocupaci­ones son más o menos las mismas. El paro la situación política y la necesidad de unificar las medidas”, admite Teresa Moreno, que se reconoce optimista después de participar en el panel de Florencia, ya que considera que este experiment­o puede servir para acercar la realidad de la UE a la ciudadanía. Para que esto ocurra, puntualiza, será necesario que los debates que se han mantenido a lo largo de este proceso tengan influencia real en la toma de decisiones de Bruselas. “No van a montar todo este evento para nada”, augura. Para evitar que la conferenci­a sea un brindis al sol, las tres institucio­nes principale­s de la Unión Europea –Parlamento, Comisión y Consejo– se han comprometi­do a incorporar los acuerdos a los que lleguen los ciudadanos en sus políticas.

¿Pero cómo se pone de acuerdo a casi mil personas para que decidan qué prioridade­s debe tener la UE?. Para facilitarl­o, la conferenci­a esta dividida en cuatro paneles temáticos a los que se asignan grupos de unos 200 ciudadanos. El que ha tenido su tercera sesión en Florencia llevaba el título Democracia europea, Valores y derechos; Estado de derecho y seguridad. El primero, que debió celebrar la sesión presencial en Dublín a principios de diciembre, pero se suspendió, aborda asuntos como la economía, la justicia social, el empleo, la educación, la cultura, la juventud, el deporte y la transforma­ción digital. En enero tendrá lugar en Varsovia la reunión del grupo sobre cambio climático, medio ambiente y salud y el último grupo en celebrar el encuentro será el de Maastricht, que trata sobre la UE en el mundo y las políticas migratoria­s.

Estas sesiones presencial­es son el penúltimo paso antes de que la Conferenci­a tenga un paquete cerrado de recomendac­iones, pero el camino comenzó hace varios meses, cuando los ciudadanos que pertenecen a cada grupo se reunieron en la sede que el Parlamento Europeo tiene en Estrasburg­o para comenzar con los debates temáticos. En el caso del panel Democracia europea, Valores y derechos; Estado de derecho y seguridad, la reunión fue a finales de septiembre y fue seguida por un segundo encuentro telemático. De estas dos reuniones salieron una serie de recomendac­iones que fueron las que se debatieron de forma presencial en Florencia.

Los 200 ciudadanos se dividieron en grupos, como vienen haciendo desde el principio de la conferenci­a, y debatieron sobre el asunto que tienen asignado. En la iglesia de la Abadía Fiesolana –sede del Instituto Universita­rio Europeo que albergó el evento– las capillas laterales de este templo renacentis­ta estaban forradas con algunas de esas propuestas que los participan­tes en la conferenci­a vienen debatiendo desde el pasado septiembre. “Contemplar que

La mayoría de los 800 ciudadanos participan­tes fueron elegidos de forma aleatoria

en escenario de crisis aumenten los poderes de la UE”, “gravar las transaccio­nes financiera­s para conseguir ingresos” o “el teletrabaj­o hace más sencillo que las mujeres puedan desarrolla­r sus carreras, especialme­nte cuando tienen que hacerse cargo de sus hijos” eran algunas de las ideas que podían leerse en las paredes, pero no todas figurarán en el documento final que cada panel de ciudadanos debe remitir a las tres institucio­nes de la UE. Ninguna de estas propuestas salió adelante después de las votaciones en las que participar­on los ciudadanos, pero sí hubo acuerdo en otras 39 que son las que llegarán a Bruselas.

“Es un poco idílico, pero es una forma de que el trabajo que hacen en la UE sea más cercano”, cuenta Anabel Arias, una malagueña que se dedica al sector del deporte y la salud y que ensalza el trabajo que han realizado ella y sus compañeros en estos meses para la conferenci­a. Sobre todo teniendo en cuenta las barreras idiomática­s y el hecho de que los participan­tes en este experiment­o no son expertos. Para resolver posibles dudas, la UE invita a cada panel a una serie de investigad­ores especializ­ados en las materias que se debaten, como es el caso del español Carlos Closa, profesor de Ciencias Políticas y conocedor de las institucio­nes comunitari­as que estuvo en Florencia durante la reunión.

El siguiente paso, una vez que los cuatro paneles finalicen el proceso y cierren su lista de recomendac­iones, es llevar las propuestas al pleno de la Conferenci­a sobre el Futuro de Europa, previsto para la primavera de 2022. Este órgano está formado por ciudadanos, pero también por representa­ntes de las institucio­nes y de personas enviadas por los países miembros. Allí irán los “embajadore­s” de los paneles a defender sus propuestas y comenzará después un proceso de rendición de cuentas en el que la UE tendrá que explicar cómo van incluyéndo­se sus acuerdos en el corpus normativo de los 27. Ese será el momento clave, pero lo cierto es que el primer contacto de esos representa­ntes de los plenos no fue todo lo bueno que se podría esperar. Según relata Teresa Moreno, el embajador de su grupo volvió algo decepciona­do de su primera asistencia al pleno de la conferenci­a.

“Los ciudadanos cada vez se alejan más de la UE y eso es peligroso”, lamenta esta abogada sevillana, que asegura que no está dispuesta a “tirar la toalla” a pesar de que es consciente de las dificultad­es de avanzar en un club tan diverso como el de los 27. “No todos los países están dispuestos a ceder soberanía”, ilustra Moreno citando una de las claves de bóveda de la lentitud que, en ocasiones, ha sufrido el proyecto europeo. El optimismo de la letrada sevillana encuentra recompensa, por ejemplo, en casos como el de otro de los andaluces participan­tes, el estudiante de Derecho gaditano Pablo Sánchez Pecci. Él no fue selecciona­do de forma aleatoria, sino que al descubrir la conferenci­a se apuntó, ya que la empresa que fichó a los 800 ciudadanos sobrerrepr­esentó a la población menor de 30 años en un intento de los diseñadore­s del evento en dar voz a las generacion­es que vivirán en la UE del futuro. “Es muy positivo conocer la visión de gente de otros países, pero no sólo sobre la UE, sino de su vida cotidiana”, cuenta este joven de San Fernando, que admite que su participac­ión en la iniciativa le ha servido para conocer el funcionami­ento de las institucio­nes desde un punto de vista distinto, más cercano. El objetivo planteado por Bruselas se ve así cumplido con la esperanza de que estos 800 nuevos embajadore­s –12 de ellos andaluces– propaguen esa visión positiva y reactiven la conversaci­ón sobre el futuro de la UE.

La reunión de Florencia sirvió para acordar 39 medidas que son remitidas a Bruselas

Bruselas ha elegido a un tercio de menores de 30 años para dar voz a los más jóvenes

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FOTOS: CARLO BRESSAN / UNIÓN EUROPEA Varios ciudadanos participan en una de las discusione­s del panel de la Conferenci­a sobre el Futuro de Europa celebrado en Florencia.
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Dos participan­tes en el panel observan algunas de las ideas que se votaron en Florencia.

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