1 Madrid gana, Cataluña pierde
Madrid, junto a País Vasco y Navarra, lideran el Índice De Competitividad Regional y son las regiones más atractivas para los inversores. A favor de Madrid juega el efecto capitalidad, la concentración de oportunidades y sus políticas fiscales. Navarros y vascos, aparte de un relevante PIB industrial, tienen regímenes forales que son claramente beneficiosos. El País Vasco, por ejemplo, con poco más de dos millones de habitantes y un 9% de desempleo, es la quinta economía de España. Tiene un PIB per cápita de 34.000 euros frente a los 23.000 de la media española. Andalucía, Extremadura, Canarias y Baleares siguen en los últimos lugares del índice. Y Cataluña ha perdido posiciones de manera alarmante: muy lejos de las primeras y con influencia perniciosa de lo que se denomina “entorno institucional”. A quienes se les ocurrió jugar con fuego en aquella comunidad deberían correrlos a gorrazos. Pero lo peor es que buena parte de la sociedad catalana, ajena a las consecuencias reales del procés, siga apoyando en las urnas a las opciones que condenan a Cataluña a perder los trenes más importantes: progreso social, convivencia, influencia y desarrollo económico,
2 4.000 suicidios
30 años después de la reforma psiquiátrica, que cerró los manicomios y le devolvió la dignidad a los pacientes, los profesionales de la salud mental siguen denunciando la escasez de recursos así como graves carencias en los dispositivos previstos para la atención y la prevención de estas dolencias. Enfermedades silenciosas y para colmo, estigmatizadas. Hoy son noticia: la pandemia ha disparado los trastornos psiquiátricos en la adolescencia. Más de 4.000 personas se quitaron la vida en España durante 2020, la peor cifra desde que existen registros. 14 de ellos fueron menores de 15 años. Hace poco un diputado insensato gritó a Errejón “vete al médico” cuando este defendía en el Congreso la actualización de la estrategia nacional para la atención psicológica. La muerte de Verónica Forqué ha puesto el foco en este asunto, que, al menos, ya no forma parte de los vetos históricos e inexplicados de los medios de comunicación.
3 Castigados sin cenar
El PP ha incorporado otra baliza al manual de desafectos: la suspensión de las cenas de navidad. Sostiene la dirección nacional que es por responsabilidad sanitaria, pero parece más bien que es por colocar muros entre unos y otros en la crisis del PP de Madrid, que ya enquistada, amenaza con dejar diferencias profundas instaladas en el partido. Primero fueron los bloqueos de Ayuso a Teodoro García Egea en su wassap. Ahora son las cenas. Y Rajoy escribiendo el manual de referencia del marianismo popular: “Política para adultos” se llama el libro. Y por lo visto los dirigentes actuales no se lo han leído.