Casado advierte que nadie va a “amordazar” su trabajo en la oposición
● El líder del PP culpa al Gobierno de la subida de la luz y la inflación en su discurso durante el cónclave popular en Aragón
El presidente del PP, Pablo Casado, está convencido de que su partido está “en el lado correcto de la historia” y de que nadie, y menos los que gobiernan “con quienes quieren destruir España”, va a dar lecciones a los populares, según ha asegurado ayer en Zaragoza. Por ello advirtió de que nadie les podrá callar, entre otras cosas porque lo que hace el PP es cumplir “su obligación constitucional” de oposición.
Casado arropó ayer a Jorge Azcón, alcalde de la capital aragonesa y que fue elegido en el XIV Congreso Autonómico del PP de Aragón nuevo presidente de esa formación con el 97,9% de los votos, en sustitución de Luis María Beamonte.
Durante su intervención, en la que insistió en que no se va a dejar “amordazar”, Casado hizo una vehemente defensa de la labor del PP, que tiene una obligación constitucional, ya que un país sin una oposición parlamentaria “no es democrático”, y el PP debe hacer valer su creencia en una España con un futuro en libertad, sus agendas de reformas y trasladar a los ciudadanos que está preparado para gobernar.
Un mensaje de esperanza que contrasta con la realidad que ha dibujado y de la que responsabilizó al presidente Pedro Sánchez.
Casado recordó que se ha vuelto a registrar un “precio histórico” de la energía eléctrica, que en enero volverá a subir otro 15%, según dijo, mientras la izquierda se opone a los parques eólicos, y subrayó que a los españoles cada vez les cuesta más hacer la compra y que el país es el primero en la caída del PIB durante la pandemia y el que tiene mayor índice de paro de Europa.
La responsable de esa situación, para el líder del PP, es la ministra de Economía, Nadia Calviño, de quien dijo que se empieza a hablar de ella en Bruselas como un “bluf” porque en la Unión Europea “no son tontos”.
Al término del cónclave Casado se desplazó para visitar algunas de las zonas afectadas por la reciente avenida extraordinaria del Ebro. Para Casado, la naturaleza “no se puede controlar”, pero sí sus estragos si se hacen las cosas que hay que hacer, como limpiar el cauce o dragar lo que sea necesario.