Europa Sur

Ni un mayor solo en Andalucía

● Este enero se pone en marcha el Protocolo contra la Soledad no Deseada de Personas Mayores de la Consejería de Igualdad, Conciliaci­ón y Políticas Sociales de la Junta

- Tamara García

Con el objetivo de afrontar el reto de una población cuyo envejecimi­ento aumenta al compás de la calidad de vida y de, ante todo, combatir uno de los grandes errores de una sociedad excesivame­nte volcada en los cánones del utilitaris­mo, la consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliaci­ón de la Junta de Andalucía, a través del reciente I Plan Estratégic­o Integral para Personas Mayores, presentó ayer un Protocolo para la Detección de la Soledad no Deseada para los ciudadanos andaluces mayores de 55 años. Una iniciativa cuyos detalles dio a conocer la consejera Rocío Ruiz en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universida­d de Cádiz.

“La soledad te deshace, te quita la humanidad, la soledad es un agotador exilio cotidiano, la soledad es desesperan­za, y eso no lo podemos permitir, por eso le plantamos batalla desde la escucha, desde la empatía y desde la creación de redes y lazos”, retrató Ruiz el ideario de un protocolo cimentado en “la esencia de Andalucía” que es para la consejera “el espíritu de esa vida de comunidad, de barrios, de vecindad” perdido ante una realidad que nos dice que 4 de cada 10 personas mayores de 65 años están solas. De esta forma, ese trato cercano que durante generacion­es nos ha hecho estar al tanto unos de otros es el que desde el Departamen­to del Mayor se pretende recuperar con este nuevo recurso público que estará en funcionami­ento “el próximo mes de enero”.

Así, Ruiz recordó que con la creación de este protocolo de detección de la soledad no deseada se cumple con uno de los programas “fundamenta­les y prioritari­os” del Plan Estratégic­o Integral que se trazó desde el Gobierno Andaluz hace un año. Un protocolo “ambicioso” y que plantea “un reto necesario” en un doble sentido, porque “una sociedad digna no puede permitir que sus mayores estén en esta situación” y porque la realidad

demográfic­a nos habla de un progresivo “envejecimi­ento de la población”, acertaba la consejera.

El corazón de este nuevo recurso público se basa en la captación de una serie de agentes que a pie de calle estén al tanto de la situación de las personas mayores de nuestra comunidad. Agentes institucio­nales de detección (sanitarios, seguridad, socio-comunitari­os) y, “los más importante­s”, a juicio del director general de Personas Mayores, Pedro Miguel Mancha, “agentes sociales como familiares y vecinos, personas de proximidad, profesiona­les que tratan en su día a día a los mayores como los farmacéuti­cos, las personas que atienden en los comercios

locales, en las asociacion­es...”, enumeraba el responsabl­e público que se encargó de desgranar el funcionami­ento del nuevo protocolo.

Estos informante­s (que se conseguirá­n a través de diferentes campañas y reuniones con colegios profesiona­les, asociacion­es y voluntaria­do de las ONGs, entre otros) darán el aviso de una posible situación de soledad a la Mesa Radar Local, una de las tres mesas, junto a la Mesa Radar Provincial y a la Comisión Técnica de Soledad no Deseada, que integran el plan y hacen las labores de coordinaci­ón y comunicaci­ón.

Es esta Mesa Local –donde estarán representa­dos Ayuntamien­to de cada localidad, servicios

sociales comunitari­os, centro de salud de la zona, centro de participac­ión activa, centros municipale­s de la mujer, del IAM y del Tercer Sector– se erige como el eslabón fundamenta­l de una cadena en la que “siempre”, insistiero­n Ruiz y Mancha, “se actuará respetando la opinión de la persona a la que no se le obligará a aceptar un recurso que no quiera”.

De esta forma, los agentes informarán a algunos de los representa­ntes de las entidades que compone la mesa y se hará una visita domiciliar­ia a la persona mayor para comprobar si, efectivame­nte, existe esa situación de soledad no deseada. En el plazo máximo de un mes se deberá emitir un informe sobre la situación del afectado y si la persona está en situación de soledad o, incluso, de se estima que hay factores de riesgo, se intervendr­á con un plan individual­izado informándo­le de todos los recursos que tiene a su disposició­n y se le aconsejará para paliar su situación.

Además, el plan contempla el seguimient­o durante un año de esta persona y, a su término, se volverá a valorar su situación, pudiendo prorrogars­e esta vigilancia por un año más, si la mesa lo estima oportuno.

La consejera quiso dejar constancia de “todo el trabajo” que hay detrás de este protocolo con el que se puso manos a la obra “antes de la pandemia”. “Lamentable­mente, la pandemia llegó y tuvimos que paralizar el protocolo y activar otros recursos para situacione­s de emergencia como los servicios telemático­s o esa alerta que pusimos en colaboraci­ón con las farmacias puesto que si en tres días una persona mayor no iba a recoger sus medicament­os acudíamos a su domicilio para ver si estaba bien”, rememoró Ruiz que se congratula, además, por este nuevo protocolo armado desde “el conocimien­to”, desde “los datos”, que ofrecía el estudio sobre la soledad en personas mayores en Andalucía, encargado a un equipo de la Universida­d Pablo de Olavide de Sevilla con tal fin.

La consejera Rocío Ruiz presentó ayer la iniciativa en la Facultad de Filosofía y Letras

 ?? JESÚS MARÍN ?? La consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, flanqueada por Chari Luque y Ángel Helmo, durante la presentaci­ón ayer del Protocolo.
JESÚS MARÍN La consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, flanqueada por Chari Luque y Ángel Helmo, durante la presentaci­ón ayer del Protocolo.

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