La Universidad de Cádiz participa en el descubrimiento de nuevos planetas errantes
Son un centenar que flotan libremente en nuestra galaxia, en una de las regiones estelares más cercanas a la Tierra
Un equipo científico internacional, en el que participa la Universidad de Cádiz, ha descubierto un centenar de nuevos planetas que flotan libremente en nuestra galaxia, concretamente en una de las regiones de formación estelar más cercanas a la Tierra. Esta investigación forma parte del programa del ERC Consolidator COSMIC-DANCE, dirigido por H. Bouy de la Universidad de Burdeos y es el principal resultado de la tesis doctoral de N. Miret Roig. Los resultados de este artículo A rich population of freef loating planets in the Upper Scorpius young stellar association se han publicado en la prestigiosa revista científica Nature Astronomy.
A partir de más de 80.000 imágenes de gran campo que suman hasta 100 TB y abarcan 20 años, han identificado hasta 170 planetas errantes de la asociación Upper Scorpius entre la ingente cantidad de estrellas y galaxias de fondo. Se trata de la mayor muestra de planetas errantes en una sola asociación y casi duplica el número de planetas errantes conocidos hasta la fecha en todo el cielo. Este número “excede claramente el número de planetas errantes esperado si éstos se forman como estrellas a partir del colapso de una pequeña nube molecular, lo que indica que deben estar en juego otros mecanismos. Con el conocimiento actual de los sistemas exoplanetarios (frecuencia, configuración, dinámica), estimamos que la eyección dinámica de los sistemas planetarios es un mecanismo importante en su formación”, en palabras de sus investigadores.
Núria Miret Roig, primera autora del artículo, afirma que el descubrimiento de esta gran población de planetas errantes jóvenes también tiene importantes implicaciones en la formación y evolución temprana de los sistemas planetarios y, específicamente, en la escala de tiempo de los procesos involucrados. Las observaciones “sugieren que los sistemas planetarios gigantes deben formarse y volverse dinámicamente inestables dentro del tiempo de vida observado en la región de 3-10 millones de años para contribuir a la población de planetas errantes”. Los estudios actuales proponen que la inestabilidad entre los planetas gigantes de nuestro Sistema Solar también puede haber ocurrido en épocas tempranas, aunque “fue mucho menos violenta que la inestabilidad necesaria para expulsar planetas tan masivos como los que hemos encontrado”.