Europa Sur

Una historia de Navidad que comenzó un día de verano

● ‘A Motown Christmas’, el disco de canciones navideñas más famoso y más vendido de todos los tiempos, surgió del afán del productor Artie Wayne de crear algo para un joven Michael Jackson

- José Miguel Carrasco

Es esta una historia de Navidad, aunque comience en verano. Artie Wayne estaba pasando por un periodo de gran sequía creativa, a pesar de que ya había demostrado ser uno de los mejores compositor­es de la Motown. Llevaba ya mucho tiempo escribiend­o canciones de relleno para los discos de los artistas de la compañía y no había escrito ni un solo éxito que pudiese editarse en single.

Era el año 1972 y el pequeño Michael Jackson daba sus primeros pasos en una carrera individual al margen de la que llevaba con sus hermanos en el seno de los Jackson 5. Wayne comenzó a pensar en algo bueno que ofrecerle para que continuase creciendo, pero por mucho que se estrujaba los sesos ante la partitura en blanco no era capaz de sacar nada que le convencies­e, así que decidió pedirle su ayuda al único escritor de su discográfi­ca que él sabía que podía componer instantáne­amente un clásico del soul: George Clinton Jr.

Cuando se dirigió a los estudios para contactar con él, Clinton no estaba allí, pero sí los dos productore­s que tanto éxito habían tenido arreglando sus canciones, Jerry Marcelino y Mel Larson, que habían sido además artífices del buen arranque de Michael Jackson, al que habían proporcion­ado dos grandes éxitos como Rockin’ Robin y Little bitty pretty one. Con ellos estuvo charlando sobre la nueva canción que habían producido para la joven estrella; una canción, Ben, creada para la banda sonora de la película del mismo nombre y que, como las dos anteriores, estaba comenzando a tener mucho éxito y a escalar a lo más alto de las listas de ventas.

Sentados los tres en aquellas oficinas estaban pensando sobre qué clase de canción podrían grabar ahora con Michael Jackson para continuar la cadena triunfal. Teniendo en cuenta que estaban en verano y que a Ben le quedaban algunos meses de buenas ventas, para seguir a esta lo mejor sería una canción de Navidad. Una canción que fuese muy comercial, para editarla como single y hacerse así con el mercado navideño. De forma sibilina, Wayne había llevado a su terreno a los dos

productore­s, a los que los ojos comenzaron a hacerles chiribitas con la idea cuando les dijo, marcándose un enorme farol, que él ya se estaba currando una canción así con Clinton, al que todavía no le había dicho nada.

Lógicament­e, Marcelino y Larson les pidieron enseguida que les dejase escucharla, pero Wayne les replicó que todavía estaban trabajando en ella, que ni siquiera podía decirles el título porque aún no lo habían pensado. Los productore­s estaban locos por ponerse manos a la obra con la canción y como se les avecinaban muchas otras obligacion­es querían empezar lo antes posible. “¿La podréis tener lista para el lunes?”, le preguntaro­n. “No hay problema”, les respondió Wayne.

Tras salir de allí, ya en la tranquilid­ad de su estudio, la seguridad se le fue esfumando y no se atrevía ni a ver a Clinton en persona para decírselo, así que optó por llamarle por teléfono: “¿Quééééé…?”, fue el alarido que primero oyó Wayne desde el otro lado de la línea. “No me puedo creer que les hayas dicho que vamos a tener una canción para el lunes… pero tío, ¡si hoy es viernes noche ya, y ni siquiera hemos empezado…!”.

Todavía mantenía la cara de cabreo la mañana siguiente, sábado, cuando Clinton llegó a la oficina de Wayne para reunirse con él. En mitad de verano y a 35 grados a la sombra, la verdad es que no había mucho ambiente navideño para meterse en situación. Pero este comenzó a contarle al otro cómo su novia, Diana, le había abandonado durante las navidades pasadas, mientras iba regando todo el suelo y los muebles con espumillon­es y ese corcho blanco que simula la nieve de los belenes. Consiguier­on así tal clima de navidades tristes que en muy poco rato ya tenían el estribillo: “Arbolito de Navidad, que estás tan triste y solo como yo. A nadie pareces preocuparl­e, solo pasan por tu lado y te dejan ahí, completame­nte solo en Nochebuena”. Lo demás no fue muy difícil desde ahí.

El lunes por la mañana Clinton hizo una grabación al piano de la canción y Wayne se la llevó por la tarde a Marcelino y Larson. Les gustó tanto que dejaron de lado todos los demás compromiso­s que tenían y el martes por la mañana ya estaban grabándola con Michael Jackson.

A Wayne se le saltaron las lágrimas cuando la escuchó completame­nte grabada la semana siguiente. Todos estaban encantados con la canción y no tenían ninguna duda de que iba a ser el número uno que siguiese a Ben. Pero las lágrimas se le saltaron del todo, y no precisamen­te de alegría, cuando poco antes de la fecha de edición recibió noticias de Berry Gordy, el fundador y propietari­o del sello discográfi­co. La película Ben, de la que la canción de Michael era el tema principal, estaba siendo un éxito mucho mayor de lo esperado, hasta el punto de que iba a ser nominada para los Oscar. No podían romper la cadena de ventas que esto iba a originar y por eso no se iba a sacar ningún nuevo single de Michael Jackson hasta después de la ceremonia de entrega de los Oscar, la cual era, obviamente, después de Navidad.

Wayne se llevó tal disgusto que casi le causó una úlcera. Era inviable sacar una canción como esta una vez pasadas las navidades. Pero cuando se sobrepuso pensó que tampoco era cosa de que se quedase en los baúles del olvido, así que se presentó en la oficina del jefe de la Motown con un plan alternativ­o: ya que la canción no podía editarse como single le proponía sacar un disco doble con sus artistas principale­s cantando una canción de Navidad de las que ya tenían grabadas anteriorme­nte e incluir como gancho una canción nueva –idea que después prosperó, y de qué modo, en todas las discográfi­cas–, que sería la de Michael Jackson.

Y así fue como se editó A Motown Christmas, el disco recopilato­rio de canciones navideñas más famoso y más vendido de todos los tiempos; lleno de canciones de las Supremes, los Temptation­s, Stevie Wonder, Diana Ross, Smokey Robinson… además del Little christmas tree de Michael Jackson.

Ese año, Jackson había escalado a lo más alto de las listas de ventas con la canción ‘Ben’

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Michael Jackson, en los tiempos de ‘Ben’ y ‘A Motown Christmas’.
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MOTOWN

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