‘Nuestra Señora del Juncal’
Hasta el próximo 14 de abril se podrá disfrutar de una exposición en el Archivo de Indias sobre los misterios que rodean al naufragio del mítico galeón
MACHADO de Assis, escritor brasileño, afirmó que “alguna cosa se escapa al naufragio de las ilusiones”, un naufragio que sí se tornó realidad con el galeón español Nuestra Señora del Juncal. El 1 de noviembre de 1631, hace ya casi cuatrocientos años, las aguas del Golfo de México presenciaron la desaparición en el fondo del mar de una carga en bodegas de un millón de monedas de plata y reales, un tesoro que se perdió en la inmensidad del los océanos.
La travesía, que antes de zarpar ya temía un ataque de los holandeses, no llegó a La Habana, puerto que nunca estuvo presente en el horizonte de este fatídico viaje. Este galeón que, según los escritos perdió a su capitán, Miguel de Echazarreta, días antes de partir, tenía ya tintes negros debido a la sobrecarga ocasionada por el exceso de tripulación y kilos y más kilos de chocolate, seda, tintes y mucha plata en sus despensas.
Además, por si ya la Diosa Fortuna no estuviera dando buena cuenta de lo inevitable, un temporal hizo que a Nuestra Señora del Juncal, como diría Braulio Ortiz, “se lo tragara el mar”.
UNA EXPOSICIÓN LLENA DE VIDA
261 tripulantes perecieron en dicha travesía, pero 39 almas vivieron para contar una historia real que ahora se puede disfrutar en el sevillano Archivo de Indias con La Flota de Nueva España y la búsqueda del Juncal, una exposición que te adentra en este episodio histórico con obras, documentos, pinturas de la época, recreaciones audiovisuales e incluso un videojuego, y comparte con el público, además, las investigaciones realizadas en una campaña arqueológica que ha unido a España y a México y en la que se han buscado los restos de este navío, uno de los buques insignia de la Flota de Nueva España.
La exposición, organizada por el Ministerio de Cultura y Deporte, Acción Cultural Española y AECID y comisariada por el arqueólogo Carlos León y los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México Flor Trejo y Roberto Junco, surge como fruto de un acuerdo firmado entre España y México en 2014, que tiene como objetivo la cooperación internacional para la salvaguarda, protección, recuperación, conservación y difusión del patrimonio cultural subacuático.
88 PIEZAS CON MUCHA HISTORIA
Flanqueadas y presentadas por los retratos de Felipe IV y el virrey de la Nueva España, Rodrigo Pacheco y Osorio, marqués de Cerralbo, la exposición regala un total de 88 piezas que conforman la historia más pura de este galeón y la época que le tocó vivir. Por aquel entonces, la corona de España vivía momentos de incertidumbre y desasoiego. Ahora bien, como se puede apreciar en diversas ilustraciones, la capital hispalense y su río Guadalquivir tenían un protagonismo imperante en aquellos años gracias, entre otras cuestiones, al comercio con América.
Con permiso de Sevilla, el recorrido por el devenir de aquellos tiempos habla de la improtancia de la figura de los astilleros del Cantábrico, profesionales que contra viento y marea arriesgaban su patrimonio y vidas para la elaboración de barcos. Un claro ejemplo fue el del matrimonio compuesto por Antonio de Ubilla y María de Izaguirre, que pusieron todo su capital en llevar a término dos galeones. Uno de ellos, el Juncal. Una inversión que por desgracia no obtuvo el rédito que merecían María y Antonio.
UN GALEÓN PARA FINANCIAR LA GUERRA
Muchos historiadores cuentan que la desaparición en el fondo del mar del galeón Nuestra Señora del Juncal hizo que Felipe IV se quedara sin fondos para financiar la famosa Guerra de Flandes. “Se ha perdido la flota más rica que hasta ahora ha salido del Nuevo Mundo”, exclamó al conocer los desafortunados designios de la nave.
Junto con Nuestra Señora del Juncal, naufragaron otros 2 grandes navíos de la flota que le acompañaba, el resto pudo regresar, como pudo, a la costa mexicana.
Hace algunos años, la compañía estadounidense Odyssey, dedicada a la explotación de los restos de hundimientos de barcos, bien sea vendiendo los hallazgos o comercializando reportajes sobre las operaciones de recuperación de dichos restos, quiso apropiarse del cargamento del galeón, una acción que paralizó el Gobierno de México al considerar los restos de Nuestra Señora del Juncal como patrimonio cultural sumergido. Por tanto, se debe custodiar y conservar por las autoridades.
La realidad es que esta historia real tiene aún mucho que investigar. Se trata de parte de la historia de dos países que en otra época pugnaron por ser el centro del comercio, el centro del mundo. Un pedazo de historia que no debe perderse nunca.
Con la colaboración de la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía
Causas El galeón naufragó en el Golfo de México debido a su exceso de carga en sedas, tintes, monedas de plata y tripulación