La Superliga, una fractura abierta
Ocho meses después de su irrupción en el escenario del fútbol europeo, la fractura causada por la Superliga continúa abierta, a la espera de que se pronuncie el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).
Éste tiene que determinar si hay abuso de posición dominante de la FIFA y de la UEFA al impedir la organización de competiciones fuera de su ámbito, como plantea la Superliga, una idea que fue respaldada en principio por doce clubes y a la que sólo se mantienen fieles tres: el Real Madrid, el Barcelona y la Juventus.
El tribunal de la UE descartó abordar el tema por el procedimiento de urgencia –lo que puede retrasar su pronunciamiento más de un año–, pero lo tiene sobre la mesa desde mayo. Su palabra será clave para el desenlace de un conflicto latente, que enfrenta a clubes europeos entre sí y a clubes con organizaciones como la UEFA principalmente.
La última ficha en el tablero la ha movido el Parlamento Europeo, con la aprobación por amplia mayoría de un informe sobre la política de deportes de la UE, que rechaza competiciones rupturistas, contrarias a los principios de la libre competencia y el mérito deportivo.
Ni legislativo, ni vinculante, el informe fue aprobado, el 23 de noviembre, por 597 votos a favor, 36 en contra y 55 abstenciones. Su autor es el europarlamentario polaco Tomasz Frankowski, jugador de fútbol hasta 2013 en clubes como Wisla Cracovia, Wolverhamton, Elche, Tenerife y Nagoya. Sus afirmaciones sobre el peligro de la Superliga, como una idea que ataca el sistema actual sin ofrecer otras soluciones y que sólo sirve a los intereses de las élites, refuerzan la postura de la UEFA y de todas las partes que han rechazado su creación, como la Asociación Europea de Clubes (ECA) y el colectivo de Ligas (EPFL) y que también mira con recelo el sindicato mundial de jugadores Fifpro.
Aunque no llegó al primer plano con forma concreta hasta el 18 de abril, la idea de la Superliga empezó a estar presente mucho antes. A finales de 2020 el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, ya pidió una reforma urgente del fútbol para adaptarlo a los nuevos tiempos y ser más competitivo. En enero de este año la FIFA y sus confederaciones –UEFA, AFC, CAF, Concacaf, Conmebol y OFC– declararon que no reconocerían a una competición en Europa restringida a ciertos clubes.
Pese a esto, doce clubes europeos –Real Madrid, Barcelona, Atlético, Juventus, Milán, Inter, Liverpool, Manchester City, Chelsea, Arsenal, Manchester United y Tottenham– oficializaron su creación en abril para empezar a funcionar con 20 equipos, los fundadores, tres invitados y cinco que se clasificarían anualmente por rendimiento.