Sobran y a la vez faltan
Los 114.244 habitantes que estaban empadronados en Cádiz a 1 de enero de 2021, última cifra oficial, indican una grave pérdida de población de la capital. Y por ello un problema de cara a su futuro como ciudad. Esta misma cifra junto a la superficie del término municipal de la ciudad nos aporta otro dato: hay más de 9.000 habitantes por kilómetro cuadrado, que nos traslada la elevada densidad de población de Cádiz.
La ciudad es una de las quince con mayor densidad de España y la segunda capital tras Barcelona. En la etapa de mayor número de habitantes, a mediados de la década de los noventa, este dato se disparaba aún más y llevó a Cádiz a cifras propias de las grandes ciudades de la costa asiática.
Estas decenas de miles de personas residen en un espacio aún más pequeño, porque del término municipal hay que eliminar el suelo industrial, el puerto, las playas y el parque natural. Al final, nos quedamos con poco más de 4,5 kilómetros cuadrados para meter a 114.244 personas. Peor están en el casco antiguo. En poco más de 1,5 kilómetros cuadrados residen algo más d e 30.000 personas. Antes del inicio de la rehabilitación integral de intramuros en 1999 se llegó a una situación de hacinamiento especialmente grave en las zonas más degradadas.
En Puerta Tierra, la alta densidad en general se dispara en la zona de Lacave y Segunda Aguada, donde se construyeron en los años 70 edificios de gran altura, sin espacios públicos y con calles muy estrechas, lo que disparó la densidad de población muy por encima de la media de la propia capital.
Aún hay más, porque cada día viajan a Cádiz miles de personas para trabajar, especialmente en las numerosas sedes de las administraciones públicas, que estudian en la universidad, que vienen de compras o, simplemente, de ocio. El último estudio que realizó el INE, hace ya unos años, aportaba que esta población flotante llegaba a superar las 70.000 personas, casi el doble de la que entraba por las mismas cuestiones a Jerez .
Durante décadas en el pasado siglo la ciudad ha buscado por dónde crecer. Rota la prisión de sus murallas, en la década de los 40 comenzó la expansión por Puerta Tierra. Una expansión totalmente caótica y especulativa. Son conocidos los planes de crecimiento entre Cortadura y el Río Arillo. Se intentó de todas las maneras urbanizar esta zona, rellenando parte del saco de la Bahía. Fueron tres los intentos, dos privados y un tercero animado desde el propio Ayuntamiento. Quedó también en el aire el sueño de José León de Carranza de expansionar la capital por el suelo del Bajo de la Cabezuela, en el término de Puerto Real.