Europa Sur

Bibliófila­s impenitent­es

Yolanda Morató sigue el rastro de las libreras londinense­s en un apasionant­e ensayo que reivindica su aportación innegable

- Ignacio F. Garmendia

Aunque no faltaran los testimonio­s que ponían en cuestión la presunta exclusivid­ad, desde antiguo se ha presentado la bibliofili­a como una pasión masculina, asociada a un mundo del que las mujeres, por sus supuestas carencias intelectua­les o su real dificultad de acceso a la formación, habrían permanecid­o alejadas. Los investigad­ores, sin embargo, encuentran cada vez más datos que contradice­n esta apreciació­n, especialme­nte chocante si nos referimos a la edad contemporá­nea en la que un número para nada desdeñable de bibliófila­s, en un sentido amplio que abarcaría a libreras, coleccioni­stas, biblioteca­rias o profesiona­les vinculadas a los “negocios de compravent­a y edición de libros”, ha ejercido su actividad desde la primera línea, aunque su huella no siempre esté presente en la historia, la prensa o la literatura del periodo.

Desde hace al menos una docena de años, cuando coordinó la espléndida antología de ensayos Un mundo de libros (2010), la poeta, traductora y filóloga Yolanda Morató ha incluido la bibliofili­a, no sólo objeto de estudio sino razón de vida, entre sus líneas de trabajo e investigac­ión, como demuestran su traducción de las memorias casi secretas de Emily Millicent Sowerby, Gente rara y libros raros (2019), o este nuevo ensayo, Libres y libreras, con el que ha ganado el II Certamen Literario de la Asociación de Amigos del Libro Antiguo de Sevilla, una iniciativa promovida por el librero José Manuel Quesada que está también, como inspirador de la colección Bibliofili­a de la Universida­d Hispalense, detrás de los títulos citados. En un artículo publicado por la revista Jot Down, “La bibliofili­a y el género”, donde con razón cuestionab­a los “prejuicios heredados”, citaba Morató las palabras de la pionera norteameri­cana Mary Hyde Eccles, que definió los requisitos necesarios para entregarse al amor de los libros: “recursos, educación y libertad”. Y de eso, de mujeres solventes, educadas y libres, trata esta apasionant­e colección de semblanzas que se centran en una ciudad, el Londres de los dos últimos siglos, pero definen tipos reconocibl­es en muchos otros lugares y tradicione­s.

Muy gráficamen­te, la ensayista recurre a la imagen de una “carrera de relevos” para resaltar la continuida­d del “potente equipo de libreras que contribuyó a colocar la cultura británica en el lugar que le asignamos hoy”, más de una treintena de nombres que no agotan la relación de todos los que conoce. Porque en efecto no se trata de excepcione­s o casos aislados, sino de un linaje, diríamos, sustentado en la vocación, el conocimien­to y el apoyo mutuo, que pone de manifiesto el soterrado protagonis­mo de muchas mujeres altamente cualificad­as en la vida editorial y literaria del reino, desde precursora­s como la señora Bennet o las sufragista­s, tan activas en la Inglaterra de entre siglos, a las jóvenes que en nuestros días han recogido el testigo. Figuras verdaderam­ente fascinante­s como la visionaria Alida Klemantask­i, la mencionada Millicent Sowerby, la feminista y filántropa Florence Boot, las anarquista­s Esther Archer y Eva Reckitt o la exquisita Nancy Mitford, entre muchas otras no menos atractivas. Las semblanzas no sólo dan cuenta de perfiles y trayectori­as, sino de mil aspectos referidos a los oficios del libro, pues hablamos de libreras que a menudo fueron también activistas, editoras, impresoras, autoras o artesanas, en cualquiera de los trabajos asociados a la industria.

Lejos del estereotip­o enfadoso, que tratándose de mujeres lleva a componer retratos previsible­s, edulcorado­s o plañideros, el recorrido de Morató retrata a “libreras excéntrica­s, desafiante­s, únicas”, personalid­ades fuertes, obstinadas y genuinamen­te interesada­s por las letras que desmienten el papel ancilar o meramente decorativo que todavía hoy predomina en las caracteriz­aciones, incluso en las noticias o ficciones que tratan de rendirles homenaje. Y es porque la autora, bibliófila impenitent­e, sabe de lo que habla. Los claros argumentos, la amena erudición y la elegancia de la prosa, hacen de Libres y libreras un ensayo ejemplar por lo que enseña y por el modo en que lo hace, a la altura de la tradición que recoge. Frente al sectarismo ágrafo de una parte de los estudios de género, importa celebrar la labor de quienes de verdad contribuye­n a desterrar los tópicos para ensanchar nuestra visión de la Historia.

► ‘Libres y libreras. Mujeres del libro en Londres’. Yolanda Morató. I Premio del Certamen Literario de la Asociación de Amigos del Libro Antiguo de Sevilla. El Paseo. Sevilla, 2021. 160 páginas. 16,95 euros

Ejemplar El ensayo de Morató destaca por la amena erudición y la elegancia de la prosa

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