El recuerdo de María Luisa Seco
La ‘madre’ de los niños de los años 70 y 80 debutó en TVE hace 60 años
El niño que todos llevamos dentro, si tiene más de 40 años, guarda entre sus recuerdos televisivos más entrañables los programas presentados por María Luisa Seco. En este día de Reyes rescatamos una foto de aquella responsable de la guardería nacional que abría por las tardes con distintas formas como Con vosotros o Un globo, dos globos, tres globos. María Luisa y su sonrisa, candorosa, siempre apegada a los más “peques”, era la voz dulce que se dirigía al 100% de la cuota de audiencia y que en su mayoría no rebasaba los dos dígitos (de edad). Tiempos de cuando la tele, TVE era única, se permitía un buen rato de cada tarde pensando en las nuevas generaciones.
La ‘madre’ de los niños en blanco y negro, sí, era María Luisa Seco, omnipresente durante quince años en el horario infantil. La que fue esposa del radiofónico Pepe Domingo Castaño (él la recuerda con mucho cariño) debutó en TVE hace 60 años. En 1962 comenzó junto a otro icono de la tele setentera, Alfredo Amestoy, en Buenas Noticias. El periodista vasco sigue en forma y contempla la vida desde Motril. La primera incursión de María Luisa en el ámbito menudo fue con Biblioteca juvenil y murió de cáncer en 1988, cuando sólo tenía 39 años, con las ganas de haber sido “la abuela de los niños”. Ese era su sueño. Tras el preescolar La Casa del Reloj, importado desde la BBC, en Con Vosotros, antes de algún episodio de Rin tin tín, Furia o La f lecha negra animaba a la lectura con un montón de libros de aventuras que nunca encontramos en la biblioteca municipal. Prosiguió enlazando series y dibujitos en Un globo, dos globos, tres globos, contando cuentos en el primer tramo. También inicitó a la menuda concurrencia a participar en las encuestas de la Feria del Juguete, la primera ocasión en la que los que rondan los 50 años ejercieron su derecho a la elección, entre Mortadelo o Zipi y Zape, bipartidismo de tebeo. Presentadora en El monstruo de Sancheztein, donde acuñó lo de “cantidubi” para la posterioridad, su recuerdo causa cosquilleo en un 6 de enero.