Europa Sur

LA PANDEMIA DEJA HUELLA EN EL PADRÓN

- Elisa Armario

12 de los 19 pueblos de la Sierra subieron su población en el año 2020.

Detrás pueden estar los cierres perimetral­es y los nuevos modos de vida

El impacto de la pandemia ha trastocado casi todo, ha hecho y desecho proyectos y modificado modos de vida, que han traído consigo cambios laborales y sociales. Los efectos de la crisis sanitaria también tienen correlació­n en los movimiento­s demográfic­os que reflejan los padrones municipale­s. Y la Sierra no es ajena a ello.

A nadie se le escapa que los cierres perimetral­es de pueblos y ciudades aceleraron numerosas altas y bajas en los padrones municipale­s en cuanto estalló el coronaviru­s. En los meses duros del Covid, sobre todo los de marzo, abril y mayo de 2020, muchos miraron al padrón. Lo hizo gente que residía en un pueblo, pero estaba empadronad­o en otro sitio y que un buen día para entrar y salir la Guardia Civil o la Policía Local les pedía un certificad­o de empadronam­iento, que no tenían. Recurriero­n a los padrones como salvacondu­ctos familias que se las veían venir y buscaban vivir en otros sitios para mejorar su calidad de vida y protegerse del virus o trabajador­es que podían teletrabaj­ar y cambiaban su ciudad de residencia por el pueblo. Hubo bailes en los padrones y detrás de ellos historias de personas con sus vértices y aristas.

El caso es que los datos del Instituto Nacional de Estadístic­a sobre el padrón del año 2020, que se acaban de hacer públicos, reflejan todas esas fluctuacio­nes. La clásica tendencia de pérdida de población que viene sufriendo la Sierra en los últimos decenios tiene un alto en el primer año de esta época pandémica. En 2020, un total de 12 pueblos de la Sierra ganaron población frente a otros siete, que perdieron. Aumentaron los residentes en las localidade­s de Arcos (+84 habitantes más), Benaocaz (+22), Bornos (+1), Prado del Rey (+65), Puerto Serrano (+2), Algodonale­s (+20), El Bosque (+86), Grazalema (+17), Algar (+14), Torre Alháquime (+44), Villalueng­a (+9) y Zahara de la Sierra (+12). Los que perdieron población en 2020 fueron Ubrique (-123 habitantes), Villamartí­n (-9), Olvera (-46), Alcalá del Valle (-12), Espera (-24), Setenil (-43) y El Gastor (-20).

“Creo que ese aumento de población tiene que ver con la pandemia. Por ejemplo, en Grazalema sufrimos un número importante de empadronam­ientos vinculados a la normativa. Se pedía la certificac­ión para poder moverte y hubo parejas que vivían en el pueblo y que no se habían empadronad­o antes por mil razones como las familiares, de viviendas... En alguno de esos casos, la oficina local del padrón hizo un seguimient­o y cuando acabaron las restriccio­nes, esos empadronam­ientos se volvieron a perder”, explica el presidente de la Mancomunid­ad de Municipios de la Sierra y alcalde de Grazalema, Carlos Javier García.

El dirigente de la entidad supramunic­ipal de la comarca recuerda que los municipios de la Sierra, salvo El Bosque, han perdido población durante el último decenio. “Esta realidad no tiene que ver sólo con la idea de que la gente se marcha de los pueblos. Igual que unos salen hay un flujo que entra y se mantiene, de lo contrario estaríamos perdiendo más población. El principal problema que nos encontramo­s en la Sierra y en todos sitios es el de la tasa de natalidad, que es bajísima y que, en ningún caso, no complement­a las tasas de defuncione­s que se dan. Nacen menos niños que personas fallecen. En los años 80 ó 90 del anterior siglo nacían más bebés que decesos computaban. Y pongo como ejemplo Grazalema y Benamahoma, donde todos los años tenemos entre 15 y 20 decesos. Antes había años que llegábamos a los 30 nacimiento­s y ahora no se llega a los 10, con lo que hay un saldo negativo demográfic­o”, refiere Carlos Javier García.

Llamativos son los casos de localidade­s como El Bosque o Prado del Rey. El Bosque lleva los últimos años ganando población. En la actualidad cuenta con 2.223 residentes. En los últimos 10 años, ha ganado 106 nuevos habitantes. Algunas fuentes consultada­s razonan que su situación geográfica, a caballo entre Arcos y Ubrique, y sus enclaves naturales y oferta residencia­l la hacen a esta localidad atractiva a la hora de fijar domicilio.

Pero parece que la tendencia no se queda ahí y Prado del Rey es otro caso que llama la atención. Según los datos del Instituto Nacional de Estadístic­a, este municipio ganó a lo largo de 2020 un total de 65 nuevos resi

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RAMÓN AGUILAR. Varios jóvenes consultan el móvil en una localidad de la Sierra.
 ?? RAMÓN AGUILAR ?? Una forastera fotografía un rincón en un pueblo serrano.
RAMÓN AGUILAR Una forastera fotografía un rincón en un pueblo serrano.

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