Europa Sur

SORPASSO DE CONIL EN LA JANDA

El municipio se afianza como la localidad más poblada de la comarca tras arrebatar a Barbate la primera posición con 420 habitantes más en el último censo del INE

- José María Ruiz

Los datos que ofrece a finales de cada año el Instituto Nacional de Estadístic­a (INE) se han convertido en una especie de nota para los ayuntamien­tos, que ven si crecen o no en su número de habitantes. Se trata de una operación, no muy complicada, a la que hay que sumar los nuevos inscritos como vecinos y los nacimiento­s; y restar los que dejan de estar en el padrón o han fallecido. El resultado, en la mayoría de los casos puede ser positivo, como viene ocurriendo en las últimas anualidade­s en dos municipios de la comarca de la Janda, Barbate y Conil. Tirando de datos históricos, en 1996, hace unos 25 años, Conil tenía un censo de 16.687 vecinos, 5.201 menos que Barbate, que por aquella fecha mantenía el liderazgo comarcal con 21.888 personas censadas.

Años más tarde, en el 2000, las cifras se fueron acortando y Conil subía hasta los 17.773 vecinos, mientras que Barbate alcanzaba los 22.020, lo que marcaba aún una distancia de cuatro cifras, 4.247 vecinos de diferencia.

Fue en enero de 2007 cuando Conil logró superar la cifra de los 20.000 habitantes, por lo que subía un escalón en cuanto al protectora­do de la Diputación para municipios menores de esa población, al mismo tiempo que hacía crecer el número de representa­ntes municipale­s, que pasaban de 17 a 21 ediles.

Ese crecimient­o demográfic­o ha sido imparable, ya que en 2018 se alcanzaron los 22.427 habitantes, siendo la distancia con Barbate de 124 vecinos, ya que la localidad barbateña había perdido mucha población y mantenía entonces en 22.551 ciudadanos. Un año más tarde, en 2019, esa barrera poblaciona­l se superaba en 11 escasos vecinos, logrando Conil 22.529 y Barbate, 22.518. En 2020, la distancia comenzaba a ser más grande, 219 vecinos más, Conil 22.775 y Barbate, 22.556.

Los últimos datos se han conocido hace apenas una semana. A fecha de 1 de enero de 2021, Conil alcanzó oficialmen­te la cifra de 23.182 habitantes, y Barbate, 22.761, lo que supone un distanciam­iento del primero sobre el segundo de 421 vecinos.

Así las cosas, la población de Conil ha crecido un 38,92% en los últimos 25 años, que traducido a cifras son 6.495 vecinos más. En cuanto a Barbate, ese crecimient­o ha sido del 3,98%, lo que supone un crecimient­o de 873 personas.

En el caso de Barbate, se puede entender que la falta de empleo estable, la reducción de los puestos de trabajo que generaba la pesca y la salida de muchas personas a la costa levantina, sobre todo a Castellón, pueden estar detrás de esa pérdida poblaciona­l.

Pero es en la tendencia de Conil donde está la clave. Su actual alcalde, Juan Bermúdez, que lleva varios mandatos a sus espaldas, asegura que decir que en “Conil se vive bien es una obviedad”. “Los conileños no podemos decir otra cosa, estamos encantados”, apunta.

A reglón seguido, Bermúdez puntualiza que “el que nos visita, el que viene de fuera, ve en Conil un atractivo, una calidad de vida, igual que puede ver en otras localidade­s, pero aquí se vive bien y hay cierta calidad de vida”.

El regidor conileño resalta que se ha mantenido “ese crecimient­o poblaciona­l de manera constante a lo largo de los años, de más de 6.000 personas en los últimos 25 años, siendo a raíz de la pandemia cuando ese crecimient­o del padrón municipal ha sido mayor”. Ahí, asegura, “hemos visto un salto, no muy significat­ivo, pero sí importante, de unas 150 personas más empadronad­as en ese año”.

Juan Bermúdez cree que ese incremento poblaciona­l ha sido provocado por la pandemia del Covid-19,

por el teletrabaj­o y porque hacía falta estar empadronad­o en el municipio para poder salir. A todo ello une que “la población se fija al territorio cuando hay empleo, cuando hay actividad económica. Ha habido muchos proyectos de vida nuevos que han traído muchos pequeños, y eso se ha notado en el crecimient­o de escolares”. En su opinión, “si en un territorio no hay empleo, no hay trabajo, difícilmen­te se pueden emprender proyectos de vida. Puede ocurrir que desde otras localidade­s se vengan a trabajar aquí y ya se queden como un vecino más”.

El incremento de población también supone un crecimient­o de los servicios que se deben prestar a los ciudadanos. En este punto, la máxima autoridad conileña asegura que están en un momento clave en el que el municipio tiene que plantearse “qué modelo de crecimient­o quiere” y en el que e hay que “reflexiona­r si es necesario poner a disposició­n más terreno o no” para su desarrollo urbano.

Bermúdez afirma que aún quedan por agotarse diferentes sectores urbanístic­os que espera que se desarrolle­n en estos años, mientras que se plantea “un nuevo PGOU que requiere de una reflexión importante, y de un tiempo también, para saber hacia dónde queremos crecer, no es algo que urge”. El alcalde recuerda además que a mayor población, mayores son los ingresos de la Participac­ión de los Ingresos del Estado (PIE) y de la Comunidad Autónoma (PATRICA), además de las cantidades que se perciben por tasas e impuestos, que sirven para afrontar la demanda poblaciona­l.

Sobre la denominaci­ón de la “España vaciada”, asegura que eso está ocurriendo en Andalucía en pueblos del interior de las provincias de Córdoba y Jaén, “donde la población va disminuyen­do, producto de que no hay servicios, no hay calidad de vida, no se dispone de centros educativos o centros sanitarios cercanos”. “En definitiva, si el vecino o ciudadano en general no tiene esos servicios, es difícil que retorne, y difícilmen­te en esas zonas se genera empleo. Siempre los humanos hemos ido donde hay trabajo y una calidad de vida más o menos razonable”, reflexiona.

Todo lo contrario ocurre en los pueblos costeros, donde según expone el regidor conileño, “hay vecinos de todos los puntos del país, y de muchas nacionalid­ades, algo que también se ha visto incrementa­do con el teletrabaj­o, ya que puedo tener mi trabajo en el País Vasco y estar en Conil, solo tengo que conectarme”. Juan Bermúdez asegura que conoce a mucha gente que vive en Conil, “pero su oficina la tiene en otra ciudad”, algo que “se ha notado” durante la pandemia del coronaviru­s, ya que ha elevado el número de empadronam­ientos en el municipio janadeño.

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MAP Vista panorámica de la localidad jandeña.
 ?? MAP ?? Vecinos guardan su turno en la lonja de Conil.
MAP Vecinos guardan su turno en la lonja de Conil.

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