Europa Sur

El burgués errante

CONFLUENCI­AS EDITA, AMPLIADA, LA MONOGRAFÍA QUE MARÍA ISABEL CINTAS GUILLÉN DEDICÓ AL OFICIO Y LA PERIPECIA VITAL DE CHAVES NOGALES

- Manuel Gregorio González ► Manuel Chaves Nogales. Andar y contar. María Isabel Cintas Guillén. Confluenci­as, 2021. Vol. I: 552 págs. 24,90 euros. Vol. II: 330 págs. 22,90 euros

SE publica, ampliada con nuevos datos e imágenes, la biografía que María Isabel Cintas Guillén dedicó a Manuel Chaves Nogales, uno de los grandes periodista­s del XX europeo, y cuya obra completa –dentro de lo posible, como sabemos– ha sido editada ejemplarme­nte, hace unos meses, por Ignacio F. Garmendia, columnista y crítico literario en estas mismas páginas, basándose en los ingentes trabajos previos de la profesora Cintas Guillén y otros conjurados favorables al cronista sevillano. Las novedades, como ya se ha dicho, tienen un marcado carácter periodísti­co, en un doble sentido: un mayor conocimien­to de la biografía de Chaves, y una más abundante documentac­ión gráfica sobre su larga y asenderead­a peripecia vital, que acabará tempraname­nte en el Londres asediado por la aviación alemana.

Probableme­nte, el mayor logro de esta biografía de Chaves Nogales sea el de explicar la figura de un periodista (y la urgente modernidad de su oficio), al tiempo que se exponen, tanto la realidad política y vital del hombre, como el sustrato histórico y social donde se desplegó y con el que se alimentó su obra. Por el primer aspecto, Cintas Guillén recuerda el linaje periodísti­co al que perteneció Chaves Nogales, no sólo por lo que atañía a su padre, el periodista sevillano Manuel Chaves Rey, que ejerció un honesto magisterio tardorromá­ntico, cuanto por su tío, el también periodista José Nogales, y al fondo de los cuales se hallaba la estampa admirativa y el genio tutelar de Larra. En este mismo sentido, Cintas Guillén recordará algo tan obvio como reseñable: la modernidad del periodismo andariego, técnico, de carácter empresaria­l, que ejercería Chaves Nogales, y cuyo ápice se hallaba acaso en los grandes reportajes, ayudados de la aviación, con los que el periodista dató con exactitud el auge de los totalitari­smos en Europa; y, en consecuenc­ia, el descrédito de las democracia­s burguesas, que encontrarí­a en España su trágico ref lejo. Quiere decirse, pues, que el periodismo de Chaves Nogales tiene bastante de progreso técnico y financiero, por cuanto habilita una forma de hacer prensa que excluye el vínculo partidista y se apoya en la capacidad técnica y reproducti­va de la imprenta y la fotografía, así como en una lógica mejora de la soldada, que jubilará la atroz bohemia valleincla­nesca.

Hay otra cuestión en la que Cintas Guillén abunda oportuname­nte para explicar la posición humana y política de Chaves, en un mundo fascinado por las tiranías, y que encontraba en el parlamenta­rismo burgués una forma de poder inadecuada y débil. Chaves se definió como pequeño burgués y liberal, “ciudadano de una república parlamenta­ria y democrátic­a”, conceptos todos en franca remisión y en trance de desaparece­r, dado el triple carácter antilibera­l, antiburgué­s y antidemocr­ático de las corrientes políticas que enseñoreab­an el siglo y que en España se manifestar­on en toda su crudeza. Recordemos que en el breve lapso del periodo republican­o se dan cuatro golpes de Estado, tres de ellos felizmente abortados: el de Sanjurjo en agosto de 1932, la revolución de Asturias y la declaració­n de independen­cia catalana, ambos en octubre del 34; y un último golpe, de julio del 36, que resultaría triunfante después de una larga y encarnizad­a guerra civil. Todo lo cual quedará fiel y melancólic­amente consignado en el periodismo de Chaves Nogales, como luego lo haría con la dramática caída de Francia, también con parecidos agentes inductores: el pacto Ribbentrop-Mólotov que conduciría, poco después, a la traición de los comunistas franceses a la república.

De hecho, es esta universali­dad del autoritari­smo, esta necesidad de un fürer ,deun duce, de un caudillo, de un “padrecito” atroz como Joseph Stalin, que copaba las sociedades del XX (“el miedo a la libertad”, lo llamaría Erich Fromm) el que conducirá a Chaves Nogales a su último domicilio, al otro lado del Canal. Este paso postrer, bien documentad­o por María Isabel Cintas, es el que nos permite comprender el valor universal de Chaves Nogales; esto es, el valor de su modesto empeño liberal y democrátic­o, de impronta republican­a, cuando se vio asediado por los grandes Leviatanes de aquella hora: comunismo, nacional-socialismo y fascismo, los cuales redujeron el mundo, no sólo físicament­e, a escombros.

 ?? ?? María Isabel Cintas Guillén, biógrafa de Chaves Nogales.
María Isabel Cintas Guillén, biógrafa de Chaves Nogales.
 ?? ?? El periodista Manuel Chaves Nogales durante una ‘interview’.
El periodista Manuel Chaves Nogales durante una ‘interview’.
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain